A pesar de que el Gobierno niega que vaya a pasar, los colombianos comenzaron la semana enfrentados a la posibilidad muy real de que Colombia enfrente en el corto plazo una escasez de pasaportes.
¿La razón? La licitación que buscaba un operador para la emisión del documento fue declarada desierta sin un plan de contingencia y la Cancillería se vio abocada a decretar una urgencia manifiesta para enfrentar problemas con la producción de los pasaportes tan pronto como en 15 días.
La licitación fracasó a pesar de que, en principio, participaban once empresas. Sin embargo, una a una se fueron retirando del proceso por considerar que las condiciones de la licitación favorecían a un único oferente: Thomas Greg & Sons de Colombia S.A., una firma de propiedad británica que ha tenido este contrato en los últimos 17 años y que llegó sola al final de la licitación.
El Gobierno consideró que adjudicar el contrato con un solo oferente no respondía a los principios de transparencia y selección objetiva por lo que ordenó declarar desierto el proceso y prorrogó el plazo de ejecución del contrato actual hasta el 2 de octubre de 2023.
La decisión de declarar desierta la licitación no fue aceptada por la empresa Thomas Greg & Son, que se ha informado contempla demandar al Ministerio de Relaciones Exteriores por una cifra que se estima estaría entre los 80.000 y los 100.000 millones de pesos.
¿Habra escasez?
Una escasez de pasaportes podría tener graves consecuencias para el país. De manera inmediata afecta a aquellos que necesitan tramitar por primera vez el documento o renovar el que poseen, porque podrían verse impedidos de viajar al exterior.
La Cancillería ha asegurado que no habrá escasez de pasaportes, pero la realidad es que el riesgo existe. Por su naturaleza, los pasaportes son documentos sensitivos, cuyas especificaciones de seguridad son importantes de maneras que trascienden nuestras fronteras.
La declaratoria de urgencia manifiesta indica que el Gobierno podría celebrar el contrato de manera directa, pero probablemente descubran muy pronto que no es tan sencillo como elegir a una empresa. Se trata, en cambio, de asegurarse de que la empresa escogida tiene acceso pronto al papel, los chips, las carátulas y los elementos de seguridad que han llevado a varias naciones a levantar restricciones para los colombianos.
Entonces, si los pasaportes no se producen a tiempo es un problema, pero si se producen con menores estándares de seguridad, también, porque se ponen en riesgo cosas como la exención de la visa Schengen a los nacionales que visitan Europa.
Si la producción de pasaportes se interrumpe en 15 días, el país comenzará a utilizar las libretas que tiene en reserva, que con el ritmo de producción normal deberían bastar para entre cuatro y seis semanas.
Hasta que se determine qué empresa asumirá el proceso, que irónicamente fue hasta hace poco uno de los referentes en materia de eficiencia en el sector público, el país seguirá enfrentado al riesgo de que se empiecen a generar problemas con la producción de los pasaportes.