Colombia se ha convertido en una potencia mundial… en motos. Con una proyección cercana al millón de unidades vendidas en 2025 y más de 15.000 motocicletas por cada millón de habitantes, el país no solo lidera en América Latina, sino que ocupa el cuarto lugar en el mundo en cantidad de motos per cápita.
Solo lo superan Indonesia, Tailandia y Vietnam, naciones donde este tipo de vehículo es también el eje de la movilidad individual y la actividad económica.
Cifras
Actualmente, el parque automotor colombiano alcanza los 20 millones de vehículos, de los cuales el 62% son motocicletas y apenas el 37% automóviles. Esta cifra deja claro que la moto no es una moda ni una solución temporal: es el medio de transporte principal para millones de colombianos, especialmente en ciudades intermedias y zonas rurales donde el transporte público es deficiente o inexistente.
Este fenómeno tiene una raíz estructural. Hace dos décadas, ante la inseguridad, la incomodidad y la insuficiencia del sistema de transporte público, muchos colombianos optaron por la motocicleta como una solución asequible, práctica y eficiente. Esa decisión transformó por completo el panorama de la movilidad en el país.

Sin embargo, tras 20 años de protagonismo de la moto, el país podría estar a las puertas de una nueva transición: millones de esos motociclistas que iniciaron su vida laboral sobre dos ruedas han mejorado su nivel socioeconómico y contemplan ahora la posibilidad de adquirir un automóvil. El reto es que las condiciones para hacerlo no están dadas.
¿Más carros y menos motos?
Aconauto, el gremio de los concesionarios automotores, señala que Colombia tiene una oportunidad única para transformar su parque vehicular y facilitar el salto de la moto al carro. Esto, afirman, no solo beneficiaría a las familias colombianas que buscan una movilidad más segura y cómoda, sino también al medio ambiente, al recaudo fiscal y al crecimiento económico del país.
Para lograrlo, proponen un acuerdo nacional entre el sector público y privado. El Gobierno podría reducir impuestos como el IVA, los aranceles de importación y el Impoconsumo. El Banco de la República debería facilitar el crédito con tasas más bajas.
El Ministerio de Minas y Energía debe seguir fortaleciendo la red de carga pública para autos eléctricos, mientras el Ministerio de Transporte impulsa una política clara de reposición vehicular. A esto se sumaría el compromiso de la banca comercial con tasas preferenciales y el ajuste de márgenes por parte de las marcas para hacer los vehículos más accesibles.
Aunque la moto seguirá siendo parte esencial de la movilidad nacional, Aconauto cree que ha llegado el momento de ofrecer una alternativa real a quienes están listos para dar el salto.
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