Desde que fue lanzado, en una memorable presentación de Steve Jobs en 2007, el iPhone ha llegado a ser, para muchos, un objeto de deseo, un símbolo de estatus y una herramienta indispensable de la vida moderna. Pero ante la incertidumbre suscitada por los aranceles impuestos por Washington a los productos provenientes de China, no falta quien pronostique que podría, también, convertirse en un artículo de lujo con un precio similar al que tienen hoy un MacBook Pro o, incluso, un carro usado.
Según el analista de tecnología de Wedbush Dan Ives, el escenario económico suscitado por las medidas de la administración Trump podría evolucionar hacia una guerra comercial con el potencial de elevar el precio de un iPhone hasta los 3.500 dólares.
Esos son, al cambio actual, 15 millones de pesos. El único celular de ese precio que hemos visto es el recientemente lanzado Huawei Mate XY Ultimate Edition, un plegable de pantalla triple y especificaciones de lujo.
La de Ives no es una opinión mayoritaria, no en vano representa un aumento de más del triple con respecto a los modelos actuales, que rondan los 1.000 dólares. Pero lo cierto es que al momento de escribir este texto, los aranceles de EEUU a China ya son del orden del 104 por ciento, con la Casa Blanca comprometida a seguir adelante con su plan y comenzar a aplicarlas el miércoles.
Ives, que calificó la situación derivada de los planes anunciados por Trump como un "Armagedón económico", dice que la escalada de las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China deja a las tecnológicas estadounidenses enfrentadas a un escenario sin salida. La posibilidad de que Apple y otros gigantes tecnológicos se vean obligados a trasladar partes significativas de su fabricación de Asia a Estados Unidos, explicó en una entrevista con Yahoo! Finance, existe, pero tomaría tiempo y conllevaría considerables sobrecostos.

"En EEUU a la gente, ya sea en Starbucks o en Chipotle, se le paga 22 o 24 dólares la hora. Y aunque los hagas aquí, muchas partes vienen de afuera. Si los iPhones se fabricaran en Estados Unidos bajo los aranceles anunciados, superarían los 2.000 dólares", indicó. A eso habría que sumar otros gastos asociados, además de “otras presiones inflacionarias” vinculadas, dijo, a la cadena de suministro nacional.
“A Apple le costaría entre 20.000 y 30.000 millones de dólares en tres años trasladar solamente el 10 por ciento de la cadena de suministro a Estados Unidos. Ese nivel de inversión descomunal no es algo que Apple pueda absorber tranquilamente. El consumidor, inevitablemente, paga el precio”.--Dan Ives, analista.
El impacto psicológico
Pero el impacto va más allá. Según explico Ives, el hardware es apenas parte del problema.
El impacto psicológico de lo que está pasando ya se está extendiendo por todo el mundo de la tecnología y Apple ha acusado, como pocas firmas, el golpe. Las acciones de la compañía de Cupertino han perdido más de una quinta parte de su valor en las cuatro sesiones desde que el presidente Trump anunció su plan arancelario.
La compañía perdió su título como la empresa pública más valiosa del mundo el martes y los más de 600 billones de dólares que ha perdido Apple en su cotización de mercado le habrían permitido comprar a Coca Cola y a Home Depot, o a Samsung… dos veces.
La expresión que usa Ives para describir esta realidad que se avecina es un “cisne negro”, un escenario altamente disruptivo e impredecible con consecuencias absolutamente masivas. Y no se equivoquen, advierte, las consecuencias no se detendrían en Apple.
Si los aranceles persisten más allá de abril, Ives predice una recesión garantizada. Si el Día de los Caídos -el último lunes de mayo- llega sin una solución, los iPhones podrían superar el umbral de los 2.000 dólares. A partir de ahí, dependiendo de cuánto se desplace la fabricación en el país, la idea de un iPhone 17 de 3.500 dólares, apunta el analista, se vuelve no solo posible, sino incluso lógica.
"Esta es la peor decisión política autoinfligida en 100 años", dice rotundamente Ives. "Ni siquiera creo que sea un tema abierto a debate".
¿Apple asumirá el costo?
Con todo, otras voces sugieren que, a falta de una actitud más calmada desde lo público, las empresas harán lo posible por ayudar a mantener la calma.
Samir Estefan, cofundador de Techcétera, expresó esa posición en una columna: “Mi apuesta es que eso no va a pasar. Por lo menos no en los modelos actuales. Apple se va a “tragar” ese costo así como lo ha hecho hasta ahora. Y lo logrará hacer, por una parte, porque anticipándose a los aranceles la compañía ha acelerado el proceso de importación de dispositivos hacia Estados Unidos 'sobre-stockeándose' antes de que sus costos incrementaran (…) y por otra porque se estima que sólo entre el 33 y el 36% de los ingresos de la compañía provienen de Estados Unidos”.
Ahora bien, el analista reconoce que eso es sostenible de aquí a septiembre. Si el iPhone 17 ve llegar su fecha de lanzamiento sin que Apple haya logrado presionar un cambio en las condiciones, el impacto, dice, sería mucho mayor, “aunque no creo que vaya a ser tan grande como el 54%”.
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