El final de la cuarta temporada de Superman & Lois es también el final de la serie. Y, por eso, estábamos preparados para una considerable dosis de acción. Lo que no esperábamos, lo que aún no terminamos de creer, es que una serie del CW haya logrado hacer lo que no pudieron hacer tres películas (cuatro, dependiendo de cómo cuentes) del Sniderverse: darle una representación digna e inspiradora -y de paso, un final perfecto- al último hijo de Kriptón.
Con esto no estoy diciendo que el episodio final -que se emitió ayer en los Estados Unidos y llegará en una semana a la plataforma de Max en América Latina- haya sido perfecto.
Pero si el final de la serie no es a prueba de balas -¿vieron lo que hice ahí?-, el final del personaje lo es y pasa automáticamente a la Historia como una de las mejores representaciones de un héroe sumamente difícil de llevar a la pantalla en nuestros días.
Así que consideren esta una súper advertencia de spoilers para un episodio que va a resonar con los fans -o no- dependiendo de cómo se sientan con la evolución de los personajes de la serie.
--Siguen spoilers del episodio final de Superman y Lois-
Un comienzo agitado
Debe decirse que el episodio final no es perfecto porque para abrirle espacio al elemento emocional que cerró la serie despachó de manera innegablemente inceremoniosa a sus villanos.
El trabajo realizado para construir a Luthor y a Doomsday como dos fuerzas imparables (la primera, por su determinación y astucia y la segunda por su furia irracional) hace que necesariamente decepcione que el primero caiga cuando Superman se decide, por fin, a pelear con todas su fuerzas y el segundo lo haga por una combinación del poder exagerado del martillo de John Henry y… ¿el remordimiento de una criatura enceguecida por la ira unos minutos antes? Es difícil no sentir que alguien en la sala de escritores hizo trampa.
En cuanto a Luthor, pasó de tener un traje embebido de kriptonita -capaz de noquear a los gemelos con un mínimo esfuerzo- a fallar en su tarea más básica: matar a Superman.
Este tipo mató a Doomsday con un solo disparo, pero sus armas no le hicieron básicamente nada a un Superman con sus poderes disminuidos. La suerte de Luthor en prisión, pasando de mandamás a ‘silla’ de Bruno Maheim es, por lo menos, risible.
Y no ayuda para nada el tiempo perdido con una boda entre dos personajes que tuvieron -lo juro por Dios- UNA escena juntos en toda la temporada.
Muchos otros arcos se resolvieron así: John aparentemente puede emitir pulsos de energía, y Jordan, súbitamente, es feliz. Entiendo la necesidad de darle un final, pero fue mucho más poderoso verlo, en el noveno episodio, ayudando a una mujer presa de un ataque de pánico usando su propia experiencia con la ansiedad. Pero todo vale la pena por ver a Superman volando junto a sus hijos y a los Irons en una escena simplemente bella.
‘Un año después’
Entonces, bien podría pensarse que se trató de un final a las carreras y poco satisfactorio. Nada de eso. Aunque me sostengo en mis críticas, todos los atajos y las esquinas redondeadas despejaron 15 minutos para un final conmovedor que le quita lo súper al súperhombre y deja, por tanto, al hombre.
El hilo conductor del segmento es una narración en la voz de Clark que repasa los acontecimientos de lo que, nos enteramos, fueron los últimos 32 años de su vida.
A medida que los poderes de Superman lo abandonaban, Clark dedicó sus esfuerzos para construir, junto a Lois e incontables seres humanos, un mundo mejor. Es una sobria mirada a la futilidad de muchas de las hazañas de los héroes que seguimos en cómics, películas y series como esta. Es fácil pensar que si Superman existiera en el mundo real podría fácilmente "arreglar el mundo", y escuchar a Superman decir que así no es como funciona es… sobrecogedor.
Y luego llegan las cosas que ni Superman puede vencer: el cáncer de Lois regresa y esta vez, es demasiado. Un Clark viudo y nevejecido pasea junto a su perro (Krypto!!) por una Smallville diferente a la que salvó tantas veces, pero halla alegría en su legado, representado en sus hijos, sus nietos y sus amigos.
Luego, en una escena llamada a dividir al fandom de aquí al año 3.000, Clark Kent muere de modo muy similar a como murió su padre.
El episodio sigue, entonces, la ruta de muchos otros productos, de Lost a Titanic, con un encuentro en el más allá en el que Clark visita por última vez el recuerdo de virtualmente todos los personajes hasta encontrarse con una innecesariamente vestida de gala Lois -en serio, ¿qué fue ese vestido rojo?- y cerrar no solo el episodio, sino la serie y el Arrowverso con un fundido a blanco lleno de belleza y esperanza.
Superman & Lois entiende, de verdad, a Superman. Su éxito en ese cometido solo subraya las omisiones y los errores de las adaptaciones recientes del personaje. Se suma en eso al acierto que es Mis aventuras con Superman, también de la plataforma de Max, y eleva la vara de lo que será la próxima aventura cinematográfica del Hombre de Acero, en manos de James Gunn.
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