En sentido estricto, lo que tiene el módulo de aterrizaje InSight de la NASA no es un micrófono, sino un sismógrafo. Un aparato pensando para estudiar los "martemotos" y ayudarnos a comprender mejor la estructura geológica profunda del planeta.
Sin embargo, una vez allí, la sonda empezó a captar otros sonidos de la cotidianidad marciana: las ráfagas de viento, los movimientos del brazo robótico del módulo e incluso los sonidos internos que el mismo sismógrafo produce cuando cambia la temperatura. Ahora los podemos escuchar y generan una extraña sensación.
Así suena Marte
En este tiempo, poco menos de un año, que lleva la misión en el planeta rojo ha escuchado más de 100 temblores compatibles con martemotos. Por ejemplo, hemos confirmado que en la Tierra las ondas sísmicas viajan mucho más rápido porque los procesos geológicos activos rellenan los huecos de la corteza terrestre.
En Marte, en cambio, todo parece estar lleno de rincones y grietas que interrumpen el flujo de ondas sísmicas a lo largo y ancho del planeta. Además, las particulares condiciones atmosféricas del planeta rojo se reflejan en las grabaciones de InSight y nos permiten imaginar cómo se oiría la vida humana allá arriba.
Lo que ha hecho la NASA es 'sonificar' esos registros para que podamos escuchar cómo suenan y los ha subido a internet. En el primero, podemos escuchar un martemoto de magnitud 3.7 (detectado el 22 de mayo de 2019); en el segundo, uno de magnitud 3.3 (del 25 de julio de 2019) y en el tercero, el sonido que hace el sismógrafo al enfriarse.
Imagen | La imagen principal es una foto de Jordania de Yuliya Kosolapova