Después de años de anticipación y más de una década de desarrollo, la misión OSIRIS-REx (Origins, Spectral Interpretation, Resource Identification and Security - Regolith Explorer, su nombre en inglés) de la NASA aterrizó en la Tierra trayendo consigo materiales recolectados de Bennu, un asteroide ubicado a más de 82 millones de kilómetros.
La misión recolectó un total de 250 gramos de material que será transportado al Johnson Space Center de la NASA en Houston, Texas. Allí, científicos van a desmontar el aparato, extraer la muestra, pesarla y crear un inventario de los tipos de rocas y polvo que encuentran antes de distribuir piezas a grupos científicos alrededor del mundo.
Esta misión marca la primera vez que la NASA recupera exitosamente material original de un asteroide y, según la entidad, representó el trabajo de cientos de personas que han ayudado en el proceso de la misión desde su lanzamiento, el ocho de septiembre de 2016.
Después de su lanzamiento, la astronave llegó a Bennu en diciembre de 2018 y empezó a estudiar el asteroide para encontrar un sitio seguro para recoger materiales durante 2019 y 2020. Finalmente, el 20 de octubre de 2020 se llevó a cabo la misión de recolección antes de iniciar el largo camino a casa en mayo de 2021.
La importancia de Bennu
En los últimos años, el asteroide Bennu ha sido mencionado varias veces debido a que la NASA prevé que tendrá un contacto cercano con la Tierra en el futuro. Más allá del sensacionalismo de que Bennu pueda impactar con la Tierra (existe una probabilidad de 1 en 2.700), la misión OSIRIS-REx representa una oportunidad importante para estudiar la composición temprana de nuestro Sistema Solar.
Una teoría actual sostenida por algunos científicos es que asteroides como Bennu impactaron la Tierra hace miles de millones de años y plantaron las semillas que luego engrendarían la vida en nuestro planeta. Vale la pena aclarar que la teoría no es que los asteroides hayan traído vida a la Tierra, sino simplemente elementos básicos que se combinaron con las condiciones de nuestro planeta.
Si bien esta no es la primera vez que la humanidad trae exitosamente materiales de asteroides a la Tierra, OSIRIS-REx trajo consigo mucho más material que en misiones pasadas. La misión japonesa Hayabusa, por ejemplo, trajo poco menos de un miligramo de material en 2010, y una década después Hayabusa2 recuperó 5 gramos de material.
En esa misión, los investigadores nipones encontraron evidencia que los asteroides posiblemente trajeron agua a la Tierra, así como materiales como uracilo, uno de los cuatro componentes básicos del ARN y el código genético.
La misión OSIRIS-REx existe oficialmente desde el 2011, cuando la NASA aprobó el proyecto y destinó recursos, pero algunos de sus investigadores han trabajado en la idea original desde el 2004.
Alrededor del 75% del material recolectado será guardado y preservado para que científicos en el futuro puedan estudiarlo con métodos más avanzados. En los dos años que vienen, la NASA llevará a cabo el análisis exhaustivo del material y lo compartirá con la agencia espacial japonesa y la canadiense.