Encontrarnos con un nuevo ‘superdeportivo’ también es sinónimo de estreno de tecnología, por eso decidimos indagar en las novedades que trae bajo el brazo el nuevo Ford GT. Nos podíamos esperar cualquier sistema de propulsión híbrida, o sistemas operativos conocidos en su interior, pero lo principal que nos encontramos es un parabrisas confeccionado con Gorilla Glass.
Seguimos de cerca las novedades de Corning, sus protecciones son de sobra conocidas en el mundo de los dispositivos móviles, y como era de esperar, se iban a ir extendiendo por otras industrias. El año pasado ya tuvimos ocasión de conocer que el BMW i8 contaba con su tecnología, pero ahora es Ford la que compone todo un parabrisas con Gorilla Glass.
Ford dice que el peso disminuye en cinco kilos con respecto a un laminado tradicional, y es de un 25 a un 50% más delgado
En este tipo de supercoches cada gramo cuenta, pero deben seguir pasando las estrictas pruebas de los organismos norteamericanos, así que al menos podemos esperar la misma protección. También nos aseguran que el aislamiento acústico en el Ford GT 2017 se mantiene, a pesar de disminuir el grosor.
Las tres citadas capas tienen la siguiente configuración: una más interna que utiliza los niveles empleados en la industria automovilística, una intermedia termoplástica que absorbe ruido y golpes, y una exterior de vidrio templado que hace las veces de tela de araña cuando se produce un impacto.
La principal barrera para su democratización está en el precio, ya que el coste se incrementa en unos 4 dólares por 450 gramos de peso. Aunque en un automóvil-laboratorio de 400.000 dólares no parece un mayor problema. Un precio al nivel del Lamborghini Aventador, y únicamente 250 unidades disponibles en 2017.
Donde no se ha decidido emplear Gorilla Glass es en los laterales, las lunas de las puertas están confeccionadas con el cristal habitual. Por lógica, es bueno que ese espacio se rompa con facilidad por si es necesario sacar a alguien del vehículo.
El desarrollo de los cristales se ha realizado de forma conjunta entre Corning y Ford, y se supone que habrá un coche andando por las carreteras reales en unos cuatro meses. A la empresa americana parece haberle gustado la idea, y puede que se la lleve a otros vehículos de la casa.