Con la llegada de la Semana Santa y el incremento de lluvias típicas del mes de abril, las condiciones en carretera se vuelven más exigentes. En este contexto, mantener los neumáticos en óptimas condiciones no solo mejora el rendimiento del vehículo, sino que también es clave para garantizar la seguridad de los ocupantes, especialmente al conducir sobre superficies mojadas.
Recomendaciones clave
Revisar la presión de los neumáticos es una tarea esencial. Según Roberto Falkenstein, consultor del área de tecnologías innovadoras de Pirelli, esta debe verificarse en frío, al menos una vez por semana, y ajustarse según lo indicado en el manual del vehículo, en el pilar de la puerta del conductor o en el tapón del tanque de gasolina.
Además, cuidar de la suspensión y los frenos del vehículo es fundamental. Una suspensión en buen estado y frenos correctamente calibrados permiten mantener el control, especialmente en curvas o al frenar sobre pavimento mojado. Un vehículo bien alineado y con ruedas balanceadas mejora significativamente el agarre y ayuda a evitar derrapes.
Otro elemento que no debe pasarse por alto es el TWI (Tread Wear Indicator), un pequeño relieve en el fondo de las ranuras de la llanta que indica su nivel de desgaste.
Si el dibujo del neumático se encuentra al mismo nivel que el TWI, es señal de que ha llegado el momento de cambiar las llantas. Esta verificación es esencial en temporada de lluvias, ya que una adecuada evacuación del agua es clave para evitar deslizamientos.
Evita el aquaplaning
En condiciones de lluvia intensa, también es fundamental prevenir el aquaplaning, fenómeno que ocurre cuando una capa de agua impide el contacto entre la llanta y el asfalto, lo que hace que el vehículo pierda adherencia.
Para reducir el riesgo, se recomienda disminuir la velocidad, aumentar la distancia de frenado y evitar frenadas bruscas o giros repentinos. En caso de que el vehículo patine, lo correcto es mantener las manos firmes en el volante sin girarlo, y evitar tanto frenar como acelerar, para permitir que el auto recupere el control de manera natural. Si las lluvias son demasiado fuertes, lo más seguro es detenerse en un lugar protegido, como una estación de servicio.
Se recomienda a los conductores prepararse con anticipación para las temporadas de lluvias, verificando el estado general de sus llantas y realizando mantenimiento preventivo. Contar con llantas en buen estado, adecuadas al tipo de vehículo y al entorno de conducción, es una inversión en seguridad.
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