Google presentó Google Fotos el 28 de mayo de 2015. Bueno, siendo sinceros, lo que hizo en realidad fue arrojar algo de luz sobre el futuro de esta plataforma que, hasta el momento, había estado integrada en Google+. El anuncio dejó a gran parte de la comunidad con la boca abierta porque la Gran G puso el puño sobre la mesa y ofreció algo que muchas personas demandaban: almacenamiento gratuito de fotos y vídeos en la nube. Entre ellos estaba yo.
Si Google Fotos se presentó el 28 de mayo, el 29 de mayo Google ya tenía todas las fotos que, hasta el momento, tenía guardadas entre Dropbox, Google Drive y Facebook. La idea de poder tener todos mis recuerdos (que encantándome la fotografía ya os adelanto que no son pocos) guardados en un único sitio sin que apenas perdiesen calidad me parecía sencillamente brillante. Y más si no tenía que pagar ni un solo céntimo.
Con ese valor como principal arma, Google Fotos, en cuestión de tres años, se ha convertido en mi plataforma de alojamiento de fotos y vídeos por defecto. Es la herramienta que uso para hacer copias de seguridad, para compartir archivos, para hacer álbumes y tenerlo todo organizado. Está instalado en todos y cada uno de los dispositivos que hay en mi casa para que ni una sola foto se pierda. Hoy me gustaría contar qué ofrece Google Fotos, cuáles son sus principales bondades y, con permiso, cómo lo uso yo en mi día a día.
Antes de nada, hablemos de compresión
Como es lógico, algo que es completamente gratuito debe tener alguna limitación. En el caso de Google Fotos es que la calidad de las imágenes se ve reducida ligeramente cuando supera determinados parámetros. Estos son los siguientes:
- Si una foto es superior a 16 megapíxeles se reduce a dicha resolución.
- Si un vídeo está grabado en resolución 4K o superior se reduce a FullHD (1.080p).
¿Por qué esto, a efectos prácticos, me da más o menos igual? Porque Google Fotos está enfocada a los smartphones. Si bien algunos móviles tienen cámaras superiores a los 16 megapíxeles, mi iPhone 8 Plus, que es mi móvil principal, tiene 12, así que no me preocupa la compresión. Tampoco grabo en 4K porque no tengo una televisión o monitor que me permita sacarle provecho y soy de los que piensan que, actualmente, la resolución FullHD es más que suficiente.
Sea como sea, también guardo las fotos que saco con la réflex (una Nikon D3300 de 24,2 megapíxeles) y ya os adelanto que la bajada de calidad es simplemente inapreciable. Mucho tienes que ampliar la imagen para ver una pérdida de detalle. Evidentemente, no usaría Google Fotos si quisiera imprimir esas imágenes después o usarlas para otros fines más allá de guardar mis recuerdos. Para eso hay alternativas, generalmente de pago.
De hecho, puedes usar tu almacenamiento de Google Drive para subir los archivos sin compresión. Eso, claro está, en el largo plazo supondrá un desembolso mensual a cambio de más espacio, ya que Google Drive solo da 15 GB de forma gratuita. Según los GB que quieras, la mensualidad será:
- 100 GB: 1,99 euros al mes.
- 1 TB: 9,99 euros al mes.
- 2 TB: 19,99 euros al mes.
- 10 TB: 99,99 euros al mes.
- 20 TB: 199,99 euros al mes. 30 TB: 299,99 euros al mes.
Es importante destacar que, probablemente, gran parte de las fotos y vídeos que hacemos hoy en día van destinadas a las redes sociales, que aplican su buena dosis de compresión sea del tamaño que sea el archivo original, por lo que tampoco debería ser un drama que Google Fotos comprima ligeramente la foto. Sobre todo cuando el resultado es… brillante. Para muestra, un botón.
Esta foto fue tomada con una Canon EOS 6D de 20 megapíxeles. Su peso original, una vez revelado el RAW, era de unos 20 MB. La foto comprimida por Google Fotos pesa 1,6 MB y tiene un tamaño de 4.898 x 3.256 píxeles. He sacado algunos recortes de detalles para que veas que, a efectos prácticos, la compresión no afecta tanto al resultado final.
Todo lo que sale de mi cámara va a Google Fotos, y luego ya veremos
No es que sea una persona demasiado ordenada y debo reconocer que tiendo a olvidar ciertas cosas con facilidad, entre ellas los backups de seguridad. Sé que es una práctica sana para evitar sustos, pero a quién quiero engañar. Google Fotos, como Dropbox, Google Drive, MEGA o cualquier servicio de nube que se precie, hace una copia de seguridad de mis fotos y vídeos nada más se conecta el móvil a la red WiFi.
Actualmente tengo un iPhone 8 Plus, en el que tengo que abrir la aplicación para que se inicie, y un par de smartphones Android (defecto profesional) que intercambio según el día, y que sí hacen la copia de seguridad automática). Eso me quita un peso de encima.
Cuando tengo un momento para consultar la biblioteca, algo que suele pasar los fines de semana, borro u organizo las fotos en álbumes y comparto todo lo que quiera. Puedo subir cientos de fotos mal encuadradas, movidas o borrosas y luego ya, con tiempo, cuando las pueda ver con tranquilidad, borrarlas y quedarme solo con las mejores. Una persona que no sea tiquismiquis con las fotos como lo soy yo también puede dejar todas las fotos, incluso las malas, y hacer álbumes con las buenas. Total, es gratis.
Lo mismo hago cuando saco fotos con la réflex. Lo primero que hago después de revelarlas, y siempre teniendo en cuenta que no las vaya a usar para algo más profesional (como hacer una sesión o cubrir un evento), es subirlas a Google Fotos. Hay un cliente de PC que lo hace automáticamente, aunque yo prefiero hacerlo a través del navegador. ¿Por qué? Porque cuando acaba la subida me permite hacer un álbum directamente.
Recientemente estuve en Bruselas de viaje. Saqué cerca de 600 fotos y todas ellas están correctamente organizadas cronológicamente en un álbum compartido con mi pareja. Este tipo de álbum permite que las personas que tú quieras puedan subir también las fotos que hayan sacado. Mandar las fotos de una quedada por un grupo de WhatsApp está, sencillamente, sobrevalorado.
Un puntazo de Google Fotos es que, cuando has hecho la copia de seguridad de las imágenes, te avisa y pregunta si quieres borrar las fotos del dispositivo para liberar espacio. Al fin y al cabo, si ya las tienes en la nube y las puedes compartir desde allí, ¿para qué las quieres en el dispositivo? Puede que muchas personas prefieran tenerlo todo en el móvil, pero yo, al menos, cuantas menos cosas tenga en él, mejor.
Un enorme abanico de opciones para organizar y compartir
Google Fotos ofrece al usuario una buena cantidad de opciones de cara a organizar sus archivos y crear nuevo contenido. La que más uso a nivel personal son los álbumes y los álbumes compartidos, ya que el resto de funciones, si bien son interesantes, para mí gusto tienen margen de mejora. Pero no nos adelantemos.
- Álbumes: poco hay que decir al respecto. Puedes hacerlos tanto manualmente con las fotos que quieras (simplemente debes seleccionarlas una a una) o crearlo nada más subir los archivos. Gracias a que Google Fotos conserva los datos EXIF de la cámara, las imágenes se organizan en orden cronológico de arriba a abajo. De vez en cuando, Google Fotos coge algunas de las imágenes que acabas de subir y, usando los datos EXIF, te crea un álbum temático. De mi viaje a Bruselas hizo uno a los 30 minutos de subir las fotos, por ejemplo. Aquí tienes algunos de los míos.
- Álbumes compartidos: igual que los álbumes pero con la ventaja de que puedes compartirlos con cualquier persona para que suba sus fotos, comente, de ‘me gusta’ a sus favoritas y, cómo no, las descargue todas. Esto puedes hacerlo compartiendo el enlace por WhatsApp, por ejemplo.
- Películas: para crear películas, la plataforma te ofrece una serie de plantillas temáticas como “Películas gatunas” o “Películas de selfie”. Básicamente, cuando seleccionas una de ellas, Google Fotos navega entre tus archivos, coge los que considera mejores y los monta metiéndole transiciones y música de fondo. Importante destacar que puedes editar el resultado para quitar o añadir planos y modificar su duración. Esta que tienes aquí abajo la hizo Google Fotos con algunos planos y fotos sacados con el Xiaomi Mi MIX 2S.
- Animación: con esta función puedes escoger entre 2 y 50 imágenes y crear un GIF animado. Es muy divertido porque, algunas veces, al subir un vídeo Google Fotos detecta los movimientos más interesantes y crea el GIF automáticamente. A mí me ha hecho verdaderas joyas con vídeos de fiesta con mis amigos (después de un par de copas). Aquí tienes una de ejemplo -no de fiesta, sino en un parque-.
- Collage: no tiene mucho misterio. Simplemente eliges entre dos y nueve fotos y te hace un montaje aleatorio con las imágenes. Igual que las dos opciones anteriores, la herramienta los crea automáticamente y te permite guardarlos, aunque en estos tres años no los he usado nunca.
Al igual que permite organizar y crear contenido derivado, Google Fotos también permite editar imágenes individuales a través de un editor muy sencillo. Este ofrece diferentes filtros, correcciones de luz, color, sombras, nitidez y detalle y funciones de rotación de imagen. Es útil si no has editado las imágenes antes de subirlas y para corregir alguna cosilla puntual. De hecho, Google Fotos suele hacerlo automáticamente en algunas imágenes a las que llama “Imágenes estilizadas”. Estas aparecen en el asistente, así que vamos a hablar antes de él.
El asistente es donde Google te pone todas sus creaciones. Siempre que subes alguna cosa, Google Fotos intenta ofrecerte una versión mejorada, un vídeo, una animación o un collage de fotos, que ya te adelanto, lector, que mejor dejarlas ahí. Si bien algunas animaciones son graciosas, las películas parecen hechas con Movie Maker (aunque la transición de imágenes está muy bien encajada con la música, todo sea dicho), los álbumes quedan mejor cuando los haces tú y las fotos estilizadas… hablemos de las fotos estilizadas.
Por lo general, Google Fotos tiende a coger las mejores tomas y a “mejorarlas”, entre comillas. Básicamente, lo que hace es subir la saturación, la claridad y el brillo, lo que hace que la imagen resultante sea mucho peor que la imagen original. Los naranjas y los verdes, así como los azules y el contraste tienden a subirse demasiado, dando un aspecto poco natural y más bien feo, hablando en plata. Juzga por ti mismo.
De vez en cuando hace algunas cosas interesantes, como poner fotos en blanco y negro (que quedan muy bien) y, algunas veces, en un alarde de originalidad, en algunos retratos deja el fondo en blanco y negro y al sujeto en color. A mí personalmente no me gusta el resultado porque me parece antiestético, pero debo decir que el recorte y la interpretación de la escena es excelente.
Finalmente hay que hablar del buscador, que es una de las mayores bondades de Google Fotos. Este reconoce lo que aparece en la escena y es capaz de filtrarlo, lo que te permite buscar fotos de una ciudad concreta, un edificio como una iglesia, fotos de tu perro o gato o lo que te de la gana. Si tienes activada la agrupación de caras también permite encontrar fotos en las que salgan determinadas personas (hablaremos de esto más adelante).
Y ahora, si quieres, puedes comprar un álbum de fotos
Estamos de acuerdo en que tener las fotos en la nube y accesibles desde cualquier dispositivo es un puntazo y que, de una forma u otra, el formato físico está condenado a desaparecer. Eso no significa que los nostálgicos no gusten de tener algunas de sus imágenes impresas en un libro. Podrías usar algún servicio como Hoffman, pero ¿para qué cuando puedes usar Google Fotos directamente?
La plataforma de Google permite crear e imprimir álbumes de hasta 100 fotos a un precio bastante interesante, algo que ya hemos probado en Xataka. Sea como sea, no está de más darle un repaso. El servicio de impresión nos ofrece tanto recomendaciones de álbumes (“Lo mejor del verano 2018” o “Viaje a Marbella”), empezar desde un álbum concreto o empezarlo desde cero eligiendo las fotos manualmente.
- Precio tapa blanda (18 x 18 cm): 12,99 euros por 20 páginas más 0,49 euros por cada página adicional hasta un máximo de 100.
- Precio tapa dura (23 x 23 cm): 22,99 euros por 20 páginas más 0,69 euros por cada página adicional hasta un máximo de 100.
El resultado es bueno aunque las opciones de edición están algo limitadas por el momento. Se puede cambiar el orden de las páginas y el diseño (si quieres marcos o no) y añadir texto a pie de página para describir las imágenes. No es que sea la panacea, pero se puede hacer desde el móvil y desde el ordenador en un par de segundos, por lo que se configura como una alternativa a tener en cuenta por las personas que no quieran complicarse al imprimir un álbum. Eso, evidentemente, implica tener que subir las fotos a los servicios de Google, algo que no le hará gracia a todo el mundo. Y hablando de esto...
¿Usa Google nuestras fotos para algo?
Llegamos así a hablar de la privacidad y las condiciones de uso de Google Fotos. En sus términos, la empresa estipula que “algunos de nuestros Servicios te permiten subir, enviar, almacenar o recibir contenido” y que, si lo haces, "seguirás siendo el titular de los derechos de propiedad intelectual que tengas sobre ese contenido”. En pocas palabras, resume Google, “lo que te pertenece, tuyo es”. Ahora bien, al subir una foto o vídeo a Google Fotos estás dándole una licencia mundial que permite, y cito textualmente:
“[...] usar, alojar, almacenar, reproducir, modificar, crear obras derivadas (por ejemplo, las que resulten de la traducción, la adaptación u otros cambios que realicemos para que tu contenido se adapte mejor a nuestros Servicios), comunicar, publicar, ejecutar o mostrar públicamente y distribuir dicho contenido.
El fin del uso de este contenido, dicen, es “proporcionar, promocionar y mejorar los Servicios y desarrollar servicios nuevos”. La licencia seguirá vigente incluso cuando dejes de usar los servicios. Puede ser un poco lioso, así que he preguntado directamente a Google si eso significa que la empresa puede usar nuestras fotos para, por ejemplo, hacer un anuncio.
Fuentes de la empresa afirman que “las fotografías son una de nuestras cosas más personales y en Google nos tomamos muy en serio el tema de la privacidad de los usuarios. Google Fotos no utilizará imágenes o vídeos subidos a Google Fotos de ninguna manera comercial ni para propósitos de publicidad, a menos de que pidamos directamente al usuario su permiso explícito”.
Los últimos datos de Google Fotos muestran que se ven más de 5.000 millones de fotos cada día y que cuenta con más de 500 millones de usuarios mensuales que suben a diario la friolera de 1,2 mil millones de fotos y vídeos. Solo el día de Año Nuevo de 2017 se subieron más de 3.000 millones. ¿Por qué ofrecer un servicio como el de Google Fotos de forma gratuita? La respuesta que me han dado desde Google es que “siempre piensan en ofrecer servicios que la gente quiera utilizar para que vuelvan a Google”. En ese sentido, el motivo de su lanzamiento es que “existe un problema y es que hay muchas formas de guardar las fotos pero ninguna es demasiado organizada o fácil de usar, así que quisimos resolverlo”.
Una misión encomiable donde las haya, sobre todo para las personas un poco desastre como yo, pero la duda estaba en el aire. ¿Qué saca Google de ello? En pocas palabras, dinero vendiendo los álbumes de los que hemos hablado anteriormente. “Google hace dinero de varias maneras incluyendo a través de los álbumes de fotos, pero la fuente primordial de las ganancias es a través de la publicidad”, me cuentan. “Gracias a las ganancias que se hacen en otros productos que sí tienen publicidad”, siguen, “podemos ofrecer todos nuestros servicios gratuitamente, incluyendo la aplicación de Fotos”.
Una duda que muchos usuarios se plantean es si Google usa las fotos que subimos para un fin más tecnologico, a saber entrenar una IA o un motor de reconocimiento de imágenes. Es un pensamiento más común de lo que pensaba, pero los chicos de Google me han quitado el gorrito de papel de plata y me han puesto los pies en la tierra: “No estamos usando tus fotos para entrenar nuestros modelos de aprendizaje automático”, afirman.
Para ello, me cuentan, usan las fotos que se pueden encontrar en Google Imágenes (a las que cualquiera puede acceder) y otras bases de imágenes públicas. De esa forma, si miles de fotos muestran un perro, Google Fotos sabe que las fotos de mi perro muestran exactamente eso, un perro. No lo sabe porque analice mis fotos, sino porque hay millones de fotos de perros en Internet indexadas en Google Imágenes.
Siguiendo con la privacidad, quisimos saber si alguien de Google puede ver nuestras fotos, y la respuesta fue que “solo en circunstancias muy específicas”. “Pueden ser revisadas, por ejemplo, cuando imprimes un álbum de fotos con motivos de control de calidad, pero siempre con obligaciones de confidencialidad”. También pueden hacerlo para “investigar un fallo o cualquier cosa muy específica”.
Una función interesante es la agrupación de caras, de la que hablamos antes. Esta función permite que Google reconozca las caras de las personas que salen en las imágenes para agruparlas. Por ejemplo, podría decirle a Google que este que sale en las últimas cuatro fotos que he subido soy yo, de forma que la herramienta cree un modelo de mi cara y encuentre otras fotos en las que salgo. Esto Google no lo hace sin permiso. Es el usuario el que debe aceptar el proceso y decir quién es quién. Google Fotos te ofrece la posibilidad, pero eres tú el que decide si quieres usarla o no. En ese sentido, apuntan, “no es identificar quién es la gente, sino agrupar caras”.
¿Y qué pasa cuando borramos una foto de Google Fotos? ¿Se borra de los servidores? Lo primero que hay apuntar aquí es que cuando borras una foto se va a la papelera, donde permanece 60 días para que puedas recuperarla. Pasado el tiempo el usuario no puede volver a importarla a su biblioteca y, confirman desde Google, también es eliminada permanentemente, sin posibilidad de recuperación.
En conclusión, ¿por qué le he regalado mis fotos a Google?
En cierto modo, y viendo las declaraciones del equipo de expertos de Google, no es que se las haya regalado puesto que no las usan para nada o, al menos, eso dicen. Sea como sea, y al menos a mi juicio, Google Fotos es uno de los mejores servicios de la Gran G. Es ilimitado, gratuito y el resultado y catálogo de opciones es variado, pero lo mejor es que es fácil y automático.
Trabajos como el que hacemos en Xataka requieren, entre otras cosas, hacer muchas fotos para los análisis, y es un gustazo saber que cuando llegues a casa todo se guardará en la nube nada más conectarte al WiFi y que no corres el riesgo de perderlas. Lo mismo se puede decir de los viajes o las fiestas / reuniones en familia. Antes todo era un caos porque cada uno hacía sus fotos y las pasaban al grupo de WhatsApp con un calidad malísima. Casi que prefería no tenerlas a tenerlas así. Ahora es tan sencillo como hacer un álbum de Google Fotos y pasar el link.
A pesar de lo que mucha gente cree, Google Fotos es completamente privado. Nadie ve tus fotos, nadie accede a ellas, nadie las usa para nada. Están seguras. Entiendo la duda de los usuarios vistas las últimas polémicas con respecto a Google, pero cuando un servicio funciona bien, funciona bien.
En mi caso, veo Google Fotos como el negocio de las maquinillas de afeitar. La maquinilla es barata (gratis, en este caso) y las cuchillas son las que generan dinero. Con Google es igual. Puedes usar Google Fotos gratis y, a través de él, meterte en el ecosistema de Google, que son las cuchillas. Posiblemente de Fotos pases a Drive o al propio motor de búsqueda -si es que no lo usas ya-, que son servicios con los que la empresa sí gana dinero. Puede que, después de todo, esa premisa de que si un producto es gratis el producto eres tú no sea siempre del todo cierta.