TransMilenio es mucho más que los buses y estaciones que vez al momento de utilizar este sistema de transporte de Bogotá. Y si alguna vez te has preguntado cuál es el cerebro detrás del sistema mueve a millones de ciudadanos, la respuesta está en el Centro de Control, el cual visitamos en Xataka Colombia.
Se trata de un punto neurálgico en el que un equipo de decenas de expertos monitorea en tiempo real la movilidad y posibles afectaciones en la operación de más de 2000 buses articulados y biarticulados, 900 buses alimentadores y cerca de 7000 buses zonales.
Además, emplea tecnología avanzada como sistemas de geolocalización para el seguimiento detallado de cada vehículo en la red de rutas de TransMilenio, así como un sistema de videovigilancia que aprovecha las capacidades de la inteligencia artificial.
Una operación de casi 24 horas al día

Entre cámaras, mapas digitales y comandos de voz, el transporte público de Bogotá se mantiene en movimiento gracias a una red de tecnología y personas comprometidas con hacer que todo funcione sin pausa.
Desde las 3:30 a. m. hasta casi la 1:00 a. m., el centro de operaciones nunca duerme. En las dos horas de inactividad, el equipo se enfoca en el mantenimiento de la flota y la planificación del siguiente día.
"Tenemos tres turnos de trabajo y estamos en comunicación directa con todos los buses del sistema, gestionando recursos ante cualquier novedad", explicó a Xataka Colombia, Jaime Monroy, Director Técnico de Operaciones de TransMilenio.
La misión desde el centro es "mitigar los eventos y las novedades y las afectaciones en el sistema y hacer que los buses se acomoden a la programación habitual o tomar las decisiones para que se mantenga la regularidad en el servicio".
Monitoreo total gracias a la tecnología

En sus 25 años de operación, TransMilenio pasó de una supervisión manual con radios a un sistema digitalizado de control total.
"El salto tecnológico de 2018-2019 fue clave con la incorporación de cámaras y sensores avanzados", destacó Monroy. Y es que para mantener el control de la operación y la seguridad, se cuenta con más de 1500 cámaras distribuidas en estaciones y troncales.
Asimismo, un software con inteligencia artificial detecta ingresos irregulares, como usuarios saltando torniquetes, y genera alertas en tiempo real para coordinar con la Policía.
Pero esto no es todo, debido a que cada bus cuenta con una unidad lógica que permite geolocalización, envío y recepción de mensajes de voz y texto. "Cuando se presenta una novedad, desde el centro de control nos comunicamos con el conductor para relocalizar su ruta y tomar decisiones rápidas", aseguró Monroy.
Y esta unidad es monitoreada por un software de control de flota, que recibe la posición en tiempo real de las rutas operativas, con la referencia de donde debería estar por programación en este momento y su ubicación actual.
Dicho de otra forma, se trata de un sistema de comunicación en tiempo real entre los conductores y el personal en el centro, con el que se gestiona la oferta en función de las necesidades que se vayan presentando en la operación.
Esto mientras un equipo de community managers monitorea redes sociales para identificar problemas reportados por los usuarios, confirmarlos o descartarlos, para luego difundir las novedades.
Sensores de peso, mapas de calor y botón de pánico

Gran parte de los buses que hacen parte de TransMilenio incluyen sensores de peso que determinan el nivel de ocupación.
"Podemos visualizar en mapas de calor cuáles rutas tienen mayor demanda y redistribuir la flota para evitar congestiones", señaló Monroy, destacando que también permite el monitoreo de velocidades promedio y puntos críticos con tráfico denso para tomar decisiones operativas en tiempo real basadas en datos.
En caso de incidentes graves, los también conductores pueden activar un botón de pánico que transmite la situación en tiempo real.
"Esto activa el micrófono ambiental del bus y nos permite escuchar lo que está ocurriendo para gestionar rápidamente con Policía, Bomberos o ambulancias", explicó Monroy.
Que también destacó que TransMilenio maneja un "código T", que se trata de un sistema de clasificación para reportar emergencias y agilizar la respuesta.
Así se atiende una novedad en el sistema

Cuando ocurre un incidente que afecta el funcionamiento del sistema, el Centro de Control activa un protocolo de respuesta estructurado para minimizar impactos en la operación y la seguridad de los pasajeros.
La novedad puede ser detectada por cámaras de vigilancia, reportes de conductores, sensores en los buses o alertas de usuarios en redes sociales. Luego, los operadores especializados analizan la información recibida y determinan la gravedad del evento.
Si es necesario, se activan códigos de emergencia para coordinar con la Policía, Bomberos o servicios médicos. Mientras que para incidentes menores (como fallas mecánicas o congestión), se envían instrucciones al conductor para desviar la ruta o solicitar asistencia técnica.
En caso de accidentes o alteraciones del orden público, el equipo de seguridad y movilidad implementa planes de contingencia para evitar mayores retrasos. Mientras que se actualizan los canales de información, como redes sociales y pantallas en estaciones, para alertar sobre desvíos o tiempos de espera.
Finalmente, se analiza en tiempo real los efectos de la novedad en la movilidad y toma decisiones para minimizar el impacto en otras rutas. Un enfoque que garantiza que cualquier imprevisto se maneje con rapidez y eficiencia.
Entrar y enviar un comentario