James Earl Jones: la voz que hizo temible a Darth Vader y majestuoso a Mufasa se extinguió a los 93 años

Murphy
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Murió James Earl Jones, un titán de la pantalla grande cuya sola voz podía provocar tanto un aplauso atronador como una reflexión sombría. Murió a los 93 años en su casa de Pawling, Nueva York, y a su partida nos deja un silencio estruendoso.

Con una carrera que abarca más de siete décadas, las contribuciones de Jones al cine, la televisión y el teatro quedan grabadas indeleblemente en los anales de la historia del cine.

Nacido en Arkabutla, Mississippi, en 1931, los primeros años de vida de Jones estuvieron marcados por pruebas y tribulaciones, pero su talento innato y su determinación pronto trascendieron sus dificultades.

En sus comienzos humildes nadie podía augurar que llegaría a convertirse no solo en una estrella, sino en una de las figuras más distintivas e influyentes de la industria y uno de los pocos artistas en alcanzar el estatus de EGOT, habiendo ganado un Emmy, un Grammy, un Oscar (honorífico) y un Tony.

Vader

La carrera de Jones se elevó a alturas notables con su inolvidable interpretación del temible Darth Vader en la épica saga de George Lucas Star Wars. Su voz se convirtió en sinónimo del lado oscuro y llegó a personificarlo más de lo que podría hacerlo cualquier rostro. La mera mención de Darth Vader evoca el timbre profundo y autoritario de Jones, cuya actuación vocal por sí sola elevó al personaje de un mero villano a un icono de la mitología cinematográfica y de la cultura pop.

Jones

Del mismo modo, en El Rey León, su caracterización de Mufasa añadió un aire de majestuosa autoridad y sabiduría paternal, y enriqueció, en últimas, el clásico animado con una seriedad que sólo Jones podía proporcionar.

Mucho más que una voz

Sin embargo, reducir a James Earl Jones a la mera voz detrás de Vader o Mufasa sería pasar por alto un vasto e ilustre cuerpo de trabajo.

Desde su conmovedor papel en Broadway como el noble y trágico Otelo hasta su desgarradora actuación como un atormentado veterano afroamericano en The Great White Hope, Jones demostró en las tablas su constante capacidad para transmitir las capas más intrincadas de la emoción y la complejidad humanas.

Su interpretación del personaje principal en The Great White Hope no solo le valió un premio Tony, sino que también allanó el camino para una nominación al Oscar con su adaptación cinematográfica, en la que Jones ratificó su extraordinario rango y profundidad. En 1985, fue incluido en el Salón de la Fama del Teatro Americano.

Jones hizo su debut cinematográfico en 1964 en Dr. Strangelove de Stanley Kubrick. Recibió una nominación al Globo de Oro por Claudine diez años más tarde.

Sus actuaciones en todos los géneros, desde el drama de Shakespeare hasta la animación familiar, ejemplificaron una versatilidad y dedicación que pocos podrían igualar y son, quizá, demasiadas para listar: En Field of Dreams, dio vida al enigmático escritor Terence Mann, y capturó tanto la mística como la melancolía de un hombre que lucha con su propio legado. En The Hunt for Red October interpretó al director de la CIA y en Sneakers, al de la NSA.

King

No estuvo por fuera de su rango la comedia, en la que es muy recordada su participación como otro monarca, el rey de Zamunda, en el clásico de Eddie Murphy Un Príncipe en Nueva York.

Jones no se mostró reacio, ni siquiera, a burlarse de sí mismo, como participaciones como estrella invitada en comedias televisiva Will and Grace y The Big Bang Theory. Y, no es posible olvidar, prestó su voz a varios personajes de la serie animada Los Simpson en tres temporadas distintas (1990, 1994, 1998), incluyendo entre ellos a ‘Encías Sangrantes Murphy’.

Por todas esas razones, el legado de Jones no se limita a sus actuaciones en la pantalla y el teatro, sino que se extiende a su influencia en generaciones de actores y artistas. Su compromiso con su oficio, su capacidad para dar vida a la palabra escrita y su dedicación a sus papeles han inspirado a muchos otros a dedicarse a las artes con un fervor similar.

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