Antes las cosas funcionaban así: el altavoz inteligente le preguntaba a la bombilla inteligente algo tipo "Hola bombilla, ¿estás encendida?". Entonces ella contestaba "No", a lo que el altavoz respondía "Bueno, pues enciéndete y pon luz cálida, que acaba de dar la orden nuestro amo".
Desde hace un año ese diálogo ha cambiado. El altavoz no necesita preguntarle nada a la bombilla, porque la bombilla se chiva constantemente al fabricante de su estado. Si está encendida o no y a qué temperatura de color, por ejemplo. Amazon o Google saben todo eso, y por tanto saben cómo y cuándo utilizamos esos dispositivos inteligentes de forma constante. La pregunta, claro, es por qué lo hacen.
Dispositivos chivatos
Las cosas cambiaron a principios de 2019. De repente Google y Amazon comenzaron a necesitar datos constantes de actualizaciones de estado de todo tipo de dispositivos. Como decían en Bloomberg entonces, eso hacía que estos fabricantes pudieran estimar la hora a la que te ibas a dormir... entre otras muchas cosas.
Eso no solo incrementa las opciones de que estos dispositivos puedan ser objetivo de ciberatacantes, sino que también recolectan más y más datos de nuestra actividad diaria con estos dispositivos inteligentes.
¿Para qué recolectan esos datos? En CNET un portavoz de Amazon indicaba que "la información sobre el estado de los dispositivos inteligentes del hogar de los clientes [...] se usa para ayudar a que Alexa complete sus acciones en beneficio de los clientes" y "para proporcionar una gran experiencia de hogar inteligente".
Aunque dicha información podría no parecer demasiado relevante en comparación con la que cedemos a diario a través de nuestros móviles, los fabricantes pueden con ella completar aún más ese mapa de actividad de cada usuario que parecen no querer dejar escapar con distintos fines. El más claro, el de la segmentación de la población para distribuir cierto tipo de publicidad a cierto sector demográfico que se ajuste a cierta actividad.
También pueden servir para otras cosas. Por ejemplo, para lanzar al mercado nuevos productos. Eso es al menos lo que apuntan en CNET, donde indican que el nuevo modelo del Amazon Echo Dot con reloj se inspiró precisamente en esa recolección de datos: como había una cantidad enorme de gente que usaba sus Echo para preguntar la hora, en Amazon detectaron una necesidad y crearon un nuevo producto. Sin más.
En Amazon ya mencionaban entonces que la empresa no vende estos datos y no utiliza la información que recolecta de esos informes de estado para enviar mensajes publicitarios. Para ellos, explicaba ese portavoz en Bloomberg, la idea es utilizar esa información para activar características que sean útiles para los usuarios. Ni Amazon ni Google explicaron cómo almacenaban la información o qué hacían con ella a largo plazo.
Tanto la una como la otra comenzaron a recomendar —e incluso requerir— a los fabricantes de dispositivos que activaran esas actualizaciones constantes de información, pero no todas las empresas parecen estar de acuerdo. Ian Crowe, yno de los responsables de Logitech, explicaba que "probablemente compartir de más simplemente por el hecho de compartir más no es nunca algo bueno. Deberíamos tener una buena razón para ello, y nuestros usuarios deberían estar de acuerdo en que es una buena razón".
Ese es precisamente uno de los puntos clave de este nuevo modo de funcionamiento de los dispositivos inteligentes. Probablemente no haya muchos usuarios que sepan que esa recolección constante del estado de sus dispositivos inteligentes se está produciendo.
Ni Google ni Amazon ni otros fabricantes son especialmente transparentes en esto, y aunque eso permita que nuestros dispositivos puedan funcionar de forma más fluida, lo ideal sería que informaran al usuario claramente y que fuera éste quien tomara la decisión de prescindir de ciertas ventajas —explicando cuáles— al desactivar esa monitorización constante, o no.
En Xataka nos hemos puesto en contacto con los responsables de Google y Amazon para tratar de obtener más aclaraciones sobre este tema, y actualizaremos el artículo si recibimos respuesta.