Ante el corte del grifo para la Estación Espacial Internacional, la NASA ha repartido el presupuesto para el próximo año y parte ha ido a una futura misión que tiene que ver con su reemplazo. Pero el año que viene no sólo se empezarán a dedicar fondos, sino que también se iniciarán las primeras operaciones en miras de que la Estación Espacial Lunar esté lista en 2023.
Sobre ella hablamos al ser un proyecto colaborativo de varias agencias, o al menos eso se rumorea. Parece que no sólo la ESA pondrá parte y que Rusia colaborará también en la construcción de la EEL, aunque lo que se confirman de momento son los planes y las fechas de las agencias estadounidense y europea.
¿Para qué queremos la estación en la Luna con lo lejos que está?
La Estación Espacial Internacional está a unos 400 kilómetros de altura en la órbita terrestre, lo cual es algo cercano hablando de elementos en el espacio. Una ubicación lógica teniendo en cuenta que sus propósitos son estudios en un ambiente espacial que no necesita nada más allá de este punto, y que cuando más cerca estuviese menos problemas tendrían los transportes entre la Tierra y la estación.
La Estación Espacial Lunar tiene un propósito distinto y conviene que esté orbitando la Luna. Aún no sabemos a qué altura se prevé que esté, pero se trata de que sea un centro para la realización de estudios sobre la Luna y el "ambiente espacial lejano".
Tan lejano como Marte, porque según especificó el administrador asociado William Gerstenmaier en el Simposio sobre el Espacio en Colorado Springs (Colorado, EEUU) (de lo cual se dan eco en Bloomberg) la EEL será una estación de paso para los astronautas que viajen a Marte. También será de ayuda en futuros alunizajes y para entender mejor la mecánica orbital alrededor de la Luna, con el fin de poder aprovechar la gravedad lunar para reducir la velocidad en los viajes de ida y vuelta a Marte (y ahorrar combustible), así como estudiar una reentrada a la Tierra más sencilla.
Hilando con esto está el proyecto de base lunar del que también se habló ya en 2015. La proximidad de la estación será también una ventaja a la hora de explorar el suelo y ver qué lugar será idóneo para el establecimiento en el satélite, de hecho la NASA especificó que se desarrollarán misiones robóticas destinadas a la superficie lunar para evaluar el satélite en tanto a la vuelta del ser humano (si bien no hablaba como tal de una base, sino de volver a pisar el satélite en sí).
Lo que dice la NASA también es que la tripulación de la estación participara en misiones comerciales y de exploración tanto en la Luna como en los alrededores, de hecho ya se están evaluando proyectos de investigación desde el pasado mes de febrero con el fin de determinar qué camino se seguirá en cuanto a investigación en la estación. La estación será además otra cuna para el desarrollo y maduración tecnológica de conceptos necesarios para misiones más allá de la Tierra y la Luna.
La tripulación, por cierto, será de cuatro astronautas en misiones de 30 días, según especificó también Gerstenmaier (aunque la NASA hablaba de permanencias hasta 60 días). Se partirá al menos de este número de astronautas, aunque quizás en un futuro haya más si las cosas van bien para la EEL y se añaden más módulos.
Las fechas para la Estación Espacial Lunar
Como comentábamos al inicio, las primeras inversiones económicas para la EEL se realizarán en 2019, empezando por los elementos para la fuente de energía y la propulsión, siguiendo con los componentes para los habitáculos. Los lanzamientos de los elementos se sucederán también en ese orden a partir de 2022, con fecha en 2023 para los módulos habitables.
En 2019 se realizará también el primer vuelo de prueba (sin tripulación) de la Orion, la nave que hará los viajes a la estación lunar entre otras misiones. Llevará el módulo de servicio fabricado por la Estación Espacial Europea y corre a cargo de la empresa Lockheed Martin, de la cual hablamos hace poco por una patente y la posibilidad de que lograsen construir el primer reactor de fusión compacto real y por la colaboración con la NASA para la construcción de un avión supersónico silencioso.
Aunque en lo referente a propulsión la NASA tirará de otras cinco compañías para que estudien un sistema de propulsión solar de alta potencia (en colaboración con NextSTEP) que sería clave también para las telecomunicaciones (con la Tierra, la Luna y otros puntos). Algo que no se hará sólo para la estación lunar, sino para otras muchas misiones dado que los futuros proyectos espaciales (cada vez con objetivos más lejano) requerirán una fuente de energía con el triple de capacidad de las actuales.
La idea es que entre que se construyen, se prueban y se envían elementos la Estación esté orbitando en 2025. Desde la agencia estadounidense matizan que es algo incluido en el presupuesto y era Gerstenmaier quien volvía a recordar que no supondría un extra, como ya vimos que ocurría con el telescopio espacial James Webb.
Veremos si se cumple también por este lado y si el proyecto no sufre recortes o ampliaciones de plazo como los planes para Marte. Además, lo que también mencionaba el administrador es que la estación podrá "adaptarse a colaboradores comerciales"y que la EEL dirigiría "la actividad con socios comerciales e internacionales" además de ser de ayuda para la exploración.
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