Cuidado, Intel. Primero fue Apple la que dijo adiós a estos procesadores y anunció hace meses la transición a sus propios chips ARM en sus equipos de sobremesa y portátiles, pero parece que no son los únicos que se plantean ese salto.
Según Bloomberg News, Microsoft está trabajando en el diseño de sus propios procesadores ARM, unos chips que utilizaría en sus servidores y su infraestructura en la nube, pero que por lo visto también podrían estar dirigidos a su familia de ordenadores Surface.
Problemas para Intel (y para AMD)
En Bloomberg destacan cómo los servidores de los centros de datos que conforman la plataforma Azure están basados en procesadores de Intel, que también utiliza en la mayoría de los equipos de la gama Surface.
En los últimos tiempos, no obstante, la empresa ha comenzado a plantear alternativas basadas en procesadores ARM como el Snapdragon SQ1 que formaron parte del Surface Pro X. Unos meses después renovaron ese producto con un ligera variación de ese microprocesador, el SQ2, codesarrollado entre Microsoft y Qualcomm.
El movimiento del que hablan en Bloomberg parece especialmente centrado en aprovechar las ventajas de los micros ARM en sus centros de datos, pero también podría haber versiones preparadas para ser utilizadas en sus Surface.
Si los datos son correctos, a Intel (y por extensión AMD) podrían complicársele mucho las cosas: precisamente el segmento de los centros de datos es parte fundamental de su negocio, y si la tendencia se contagia a otros fabricantes podríamos estar asistiendo a una verdadera disrupción del mercado con los chips ARM como absolutos protagonistas.
La cuestión no está solo en que Microsoft diseñe estos chips, sino en que su sistema operativo Windows 10 (que desde hace tiempo cuenta con versión para chips ARM) aproveche todas esas prestaciones y plantee una transición transparente a los usuarios.
Precisamente una de las limitaciones de los actuales equipos basados en chips ARM y Windows 10 ARM está en el software, que permite ejecutar aplicaciones x86 de 32 bits y que justo hace unos días comienza a permitir la emulación de aplicaciones de 64 bits. El reto para la empresa de Redmond si decide apostar por ese camino es por tanto colosal.
Vía | Bloomberg News