Hay muchas cosas especiales en la historia de Studio Ghibli, pero una de ellas es su apuesta por la animación tradicional, que logra secuencias prodigiosas como esta de 30 segundos que sus responsables tardaron un año y tres meses en crear.
La escena es parte de "El viento se levanta", la producción que estuvo nominada a los Óscar en 2013 (ganó Frozen), y en ella puede verse a una marabunta de gente que fue creada de forma artesanal: cada una de las personas que se ven plasmadas en la escena se dibujó y animó por separado.
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La animación tradicional como filosofía
La obsesión por el detalle y ese método artesanal es simplemente fantástica en esta pequeña pero significativa escena de una película que levantó cierta polémica en Japón por su temática y por declaraciones de Miyazaki, pero que aún así fue un éxito mundial de crítica y de taquilla, consolidando una vez más a Studio Ghibli.
Esta escena de la última película de miyazaki está animada manualmente. Cada persona tiene su propia reacción y tardaron más un año en animarla. Si esto no es arte yo ya no sé pic.twitter.com/I3RaQJrQ5D
— Mon Suárez (@MonSuarezTv) 14 de abril de 2019
El legendario director anunció su retirada tras esa producción para luego confirmar que volvía al ataque con la futura 'Kimitachi wa Dou Ikiru ka' (¿Cómo vives?), programada para estrenarse antes de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 aunque podría retrasarse.
La escena causaba sensación en redes sociales estos días. Mon Suárez, que participa en los podcasts de Frikimalismo FM nos contaba cómo él tan solo tradujo el tuit original de un usuario japonés que descubría ese singular dato: un año y tres meses de trabajo para esa secuencia de 30 segundos.
Ese dato no es extraño para un estudio de animación como Studio Ghibli, cuyos artistas trabajan en la inmensa mayoría de los casos con animación tradicional: cada fotograma se dibuja a mano por parte de los animadores para luego unirlos todos y que se cree así la ilusión del movimiento.
El proceso artesanal tiene sus desventajas
Para Miyazaki ese amor por la animación tradicional es casi una obsesión. "Dibujar en el papel es lo fundamental de la animación", explicaba en una entrevista, y desde su creación el estudio ha renunciado en varias ocasiones a la mayoría de técnicas modernas de animación por ordenador o CGI (Computer Generated Imagery).
Eso sí: estas técnicas sí se han usado en producciones como 'La Princesa Mononoke', donde se usó para colorear cada fotograma de forma más rápida y llegar a tiempo a la fecha límite de finalización de las películas.
Como indican en este blog especializado, los plazos de producción hacen que se use un calendario especial para estimar cuándo se finalizará la película, pero los retrasos son frecuentes y es habitual contratar nuevos animadores en las etapas finales para acelerar esa producción.
El trabajo en esas escenas puede ser larguísimo, y hay ejemplos claros como el de 'Ghost in the Shell 2: Innocence' cuya escena del festival tardó más de un año en completarse. Es cierto que otras muchas producciones generadas por ordenador son igualmente fascinantes y también pueden ser consideradas perfectamente como obras de arte, pero el uso de ese proceso artesanal hace que las películas de Studio Ghibli tengan algo muy especial.