Los Mac de Apple se transforman. Abandonan los procesadores Intel y la arquitectura x86-64 para pasar a integrar procesadores de la propia Apple con arquitectura ARM.
Esta transición tiene una importancia enorme para Apple, pero la empresa quiere que se produzca sin impacto para el usuario, que teóricamente no debería notar prácticamente ningún efecto colateral negativo (aunque los habrá al princicipio) y con alguna sorpresa positiva.
Los Mac quieren ser mejores que nunca, y Apple cree que esta es la forma de lograrlo. ¿Lo hará? Para hablar de ese reto tenemos a Juan Carlos López (@juanklore), editor en Xataka, y un servidor, Javier Pastor (@javipas), también editor en Xataka. A los mandos está Santi Araújo (@santiaraujo) editor en Genbeta y productor de este y otros podcasts de la casa como Loop Infinito.
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Muchos retos para un futuro prometedor (sobre todo para Apple)
La importancia de esta transición es espectacular para Apple: gracias a ese cambio a sus propios chips se asegura el control de prácticamente todo el ciclo de desarrollo del producto. No depender de terceros como Intel libera los Mac de esa atadura y permite a la empresa de Cupertino controlar características, costes y ciclos de renovación como ya hace con los iPhone.
El reto es significativo, pero no es nuevo para la empresa. Tim Cook hablaba de esta como la cuarta transición de Apple. Primero pasaron los Mac de CPUs de Motorola a las de PowerPC, luego hubo transición software con el lanzamiento de Mac OS X, y en 2005 se anunció el salto de los procesadores PowerPC a los Intel. Esa era ha durado 15 años, pero ahora toca a su fin.
Entre los retos, dos especialmente destacados. El primero, ¿qué pasa con el rendimiento? ¿serán los Mac ARM más potentes que los que teníamos en Intel o menos? Esa pregunta es difícil de responder, pero todo apunta a que esos procesadores son prometedores e incluso usuarios exigentes no tendrán ningún tipo de problema a la hora de utilizar sus máquinas en los mismos escenarios en los que las usan actualmente.
El segundo, ¿qué pasa con el software? ¿Podrán los usuarios de esos Mac seguir usando el software que ya usaban en sus "antiguos" Mac? Aquí Apple tiene experiencia de la anterior transición y ha planteado hasta cuatro formas distintas de atacar el problema y hacer que el usuario ni se entere. De hecho se espera no solo que el software para los Mac sea mejor que nunca, sino también más cuantioso gracias a la posibilidad de ejecutar todas las aplicaciones de iOS y iPadOS de forma nativa.
El movimiento tendrá consecuencias evidentes en diversos ámbitos. Para empezar, en Apple han asegurado que no se podrán arrancar estos Mac con sistemas operativos como Linux o Windows, aunque sí se podrán correr como máquinas virtuales. La segunda, el hecho de que los fans de los Hackintosh, los clones oficiosos basados en macOS parecen condenados a desaparecer cuando la transición hardware y software de Apple a ARM se complete en unos años.
El futuro es realmente prometedor para una Apple que con esta transición abre las puertas a posibilidades llamativas, como la de unificar software: ya tiene una sola plataforma hardware en marcha (sus micros ARM) así que quizás veamos una fusión de iOS/iPadOS con macOS en el futuro. Además se plantea incluso el soporte táctil en macOS para dar más sentido a ese soporte nativo de aplicaciones de iPadOS en los Mac ARM.
Nos esperan sin duda años emocionantes en los que sin duda puede haber algún conflicto y alguna desventaja inicial propia de un cambio tan relevante, pero aquí Apple parece haber tomado una decisión realmente destacable. Veremos cómo le sale la jugada.
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