Alphabet ya no se mete en tantos proyectos locos (o geniales) últimamente, pero de cuando en cuando nos sorprende con ideas llamativas. Es lo que ha ocurrido con Mineral, un proyecto que sale de su misterioso laboratorio X que tiene como objetivo aplicar las ventajas de la inteligencia artificial a la agricultura.
Los responsables del laboratorio X anunciaban esta semana el despegue definitivo de Mineral, ese proyecto de "agricultura computacional" que se hace realidad tras años de desarrollo de prototipos hardware y software para tratar de revolucionar la agricultura.
Bienvenidos a la agricultura computacional
Entre las herramientas que proponen para impulsar la agricultura con la ayuda de sistemas de inteligencia artificial está un curioso robot en forma de "buggy".
Ese singular vehículo de cuatro ruedas está alimentado por paneles solares y va recorriendo los cultivos para analizar el estado de las plantas gracias a una serie de cámaras y sensores, y con la ayuda de imágenes de satélite y datos del terreno y de la meteorología se pueden identificar patrones y ayudar al agricultor a evitar problemas o mejorar la producción. Al menos esa es la idea.
De hecho una de las promesas de esta tecnología es la de plantear una solución mucho más fina a la hora de tratar la producción agrícola. Por ejemplo, estos sistemas pueden ayudar a detectar qué zonas del campo o qué grupo de plantas necesitan la aplicación de pesticidas por su situación, algo que puede además evitar los efectos colaterales del uso de esos productos.
Según los responsables de Mineral, hay una necesidad enorme de mejorar que la agricultura sea más sostenible y productiva, y de hecho aseguran que será necesario "producir más comida en los próximos 50 años que en los 10.000 anteriores" incluso teniendo en cuenta el peligro del cambio climático.
La propuesta de Mineral no es tan llamativa como la que por ejemplo ofrecía Waymo, pero su impacto puede ser mucho mayor aunque acabe llegando más tarde. El proyecto está ya en marcha en varias regiones de Estados Unidos, Argentina, Canadá o Sudáfrica, y aunque puede que tardemos algún tiempo en conocer sus progresos, la idea de Alphabet y de su laboratorio X es desde luego llamativa.