Estos días hemos asistido a la inminente llegada a España de OPPO, el fabricante chino de móviles que recientemente ha incluido algunos países más del Viejo Continente en sus canales oficiales. Una llegada que ha llamado la atención no sólo por con qué móvil se ha hecho, si no por las cartas que ha jugado OPPO y la diferencia de estrategia con otros compatriotas que se han establecido en el continente.
Fabricantes como el tsunami Xiaomi, con la efectiva fuerza motriz del boca a boca y que también se ha expandido recientemente por España. Dos estrategias distintas, dos momentos distintos y un único objetivo doble: tener presencia en Europa mientras se escalan puestos en el top 5 de fabricantes mundiales.
OPPO llega a Europa a lo Beyoncé
París, 19 de junio de 2018. Tras rumores y rumores de su desembarco en Europa, apuntando por ejemplo a tratos con grandes operadores en España o los nuevos perfiles en redes sociales sociales de la marca, la Ciudad del despilfarro del amor fue la elegida para acoger un evento con motivo doble: presentar el OPPO Find X y confirmar la expansión por Europa, concretamente a Italia, Holanda, Francia y España.
La manera de hacerlo ya la hemos dejado caer: un móvil tan característico como el OPPO Find X. Como dijimos en la toma de contacto, lo tiene todo para destacar; la fórmula mágica de lo último en hardware, adoptar alguna de las modas e intentar mejorar una moda al mismo tiempo que se incorpora algo rompedor: un módulo que integra las cámaras y que sobresale o se esconde a conveniencia. Dos pájaros, una bala.
Pero no sólo eso. El fabricante asiático no sólo se conformó con elegir París como ciudad para la celebración del evento, sino que éste se realizó bajo la pirámide de cristal del archiconocido museo del Louvre. Museo que cerró en exclusiva para todo lo relacionado con la presentación, demo incluida, y que puede interpretarse como un golpe un la mesa que suena a "aquí estamos, esto somos y esto podemos hacer".
¿Era necesario? Eso lo habrán valorado los departamentos correspondientes de la empresa, pero la intención que trasciende es justo eso que decíamos: darse a conocer. Algo que quizás no debería requerirse cuando un fabricante tiene la trayectoria de éste: la empresa nace en 2004 (son 14 añazos de currículum), internacionalizándose en 2012 con el OPPO Find 5, algo que ya había empezado con los componentes de los teléfonos (atendiendo a materias como la compatibilidad de redes) o a los canales de venta.
Aunque la presentación no ha sido ni mucho menos la primera inversión fuerte a nivel de marketing con motivo de esta ampliación de horizontes. No todo el mundo está al tanto de la trayectoria de los fabricantes y el top 5 de éstos no es que sea algo que se comente en los bares, pero sí lo es el fútbol, sobre todo en España, y ahí quisieron dar con el patrocinio del Barcelona FC en 2015. Un surtido de móviles edición especial Barça y figurar en las vallas del estadio durante los partidos, y con esto segundo se aseguraban que al menos algunos millones de personas pudiesen sentir curiosidad por ver qué era esa marca que de repente campaba a sus ancha en el Camp Nou.
El combo de sorprender con un amalgama de factor forma diferente y efecto "estelar" (por llamarlo de algún modo, en referencia a todo lo que es ceremonia, patrocinios y demás) tampoco es que fuese algo nuevo para la marca. Además de aquel OPPO N1, está la campaña con Leonardo Dicaprio en 2011 con el OPPO Find, el primero de esa serie que se establecería como la de los buques insignia de la marca.
Algo que ha reafirmado el Find X, por características y por pretensiones. Filtradas sus características y reafirmadas incluso antes de su presentación, lo que quedaba en el aire era cuál iba a ser la estrategia con el precio: optar por un precio de derribo como OnePlus en us viejos tiempos, o más cercano a lo que hace Xiaomi, o bien inflarlo subirlo hasta los 1.000 euros o sus proximidades como parece ser requisito en la jet set del smartphone.
¿Qué ocurrió? Que el precio de salida del OPPO Find X es de 999 euros (al menos el modelo de 256 GB, que no han desvelado si habrá más), y que el de su mellizo con disfraz de Lamborghini estará a partir de 1.699 euros. Pudimos preguntar a Venus Dang (directora de producto) Fan Xiaoyu (director de diseño) por qué ahora y por qué con ese precio, y nos dijeron que "la llegada tenía que ser con un producto así" (además de toda la fase de estudio y preparación, un total de 10 años) y que efectivamente el OPPO Find X tenía que encajar en el rango de precios de los topes de gama.
De este modo, el que se ha colocado como quinto fabricante mundial y segundo en Asia y China ahora ha de escalar en un mercado que se le resiste, donde de momento no logra estar aún entre los diez primeros. ¿Qué se encontrará ahora con respecto a la competencia, a la opinión sobre los móviles chinos y a su propia reputación en España y en Europa?
Xiaomi: de recomendación techie a demanda popular
Hilando con esto, con lo de la reputación de los móviles chinos, está el caso Xiaomi. En Xataka Móvil ya destacaron la fama que este fabricante ha logrado en España, que además de hacerse conocida por tener móviles con buena relación calidad-precio parece haber estado contribuyendo de alguna manera a que se diluyan los prejuicios ante los móviles chinos que pueden existir (en relación a su calidad).
¿La táctica de Xiaomi para lograr esa fama en este país europeo? Ninguna (a continuación matizamos), fabricar y el boca a boca. Y como decían en Xataka Móvil, aunque las propuestas de OPPO son muy interesantes (siguiendo modas como las pantallas sin marcos), no ha gozado de ese caballo de Troya que al final Xiaomi ha tenido con la fama que han creado los usuarios.
A mí antes me preguntaban “qué móvil barato me recomiendas” y ahora me dicen directamente “qué Xiaomi me aconsejas”. Aquí una guía útil si te pasa lo mismo o si eres tú quién se plantea uno: https://t.co/uxRE3EUe7i
— Martinelli (@__Martinelli) 29 de mayo de 2018
Por supuesto, no estamos diciendo que a este fabricante chino le haya venido la gloria por suerte o sin haber trabajado para ello. Ya cuenta con unos años de experiencia y también con un crecimiento digno de mención.
Xiaomi no nace a principios de milenio, pero tampoco se dio a conocer ayer y desde la nada. Empezando con el software, dando a conocer la ROM MIUI, se empezó a especular su salto al smartphone hasta que en 2011 conocimos al Xiaomi Phone.
Quizás lo conocimos (a nivel internacional) un público más restringido, más aficionado a este tipo de noticias al "nacer" de terreno ROM, y dado que fue una presentación que podríamos definir como convencional (local y sin excesos). Pero lo cierto es que tuvo buena acogida al proponer algo que siempre es jugoso: características de tope de gama a precio de media.
El ascenso de este fabricante se producía junto con el de su ambición, buscando los 5 millones de ventas y ya queriendo "mirar a Apple de tú a tú". De hecho, además de por sus cuantiosas ventas "flash" y por la relación calidad-precio de sus terminales, la fama que se iba creando en el mercado internacional era de intentar copiar a Apple (incluso en el estilo del CEO).
Sumando todo esto Xiaomi se convertía en segundo fabricante en China en 2014 y en primero en 2015. Y no sólo era profeta en su tierra (con todos los rivales compatriotas que hay), ya que según los últimos datos de IDC Xiaomi era cuarto fabricante a nivel mundial en cuanto a distribuciones, y logra estar en el top 10 español.
De hecho, según Conterpoint Research fue el fabricante que más creció en el último trimestre de 2017, tras un exitoso Xiaomi Mi A1 y una época de pocas alegrías de la que parecen haber salido. Prueba de ello fue una expansión internacional, que se hizo esperar después del fichaje de Hugo Barra (que disparó los rumores y que posteriormente dejó la compañía), llegando a España antes que OPPO.
Y, aunque quizás con menos marketing que otros, fue ya con tienda física (que ruido hubo) y luciendo catálogo, que no son pocas las líneas de productos que tiene (y muchas de ellas gozan de de esa relación calidad-precio que les dio la fama, como el famoso patinete). De hecho, poco a poco fue dando también sus particulares muestras de poder como aquel Xiaomi Mi MIX con oro de 18 quilates en 2016, por el cual se disculpaban "en prevención a unos precios que la industria aún tenía que asimilar".
Lo curioso de todo esto es que tras repasar datos y trayectorias, visto en perspectiva la llegada de Xiaomi y OPPO a Europa se ha producido casi de manera inversa en muchos sentidos.
- Por un lado tenemos al fabricante con más experiencia, que opta por las grandes inversiones en marketing y un móvil a precio de buque insignia de 2018 para tener presencia en Europa, mostrando potencial (económico) y sin hablar de móviles de otras gamas (al menos en la presentación). Y con la identidad propia por bandera.
- Por el otro tenemos a un fabricante con menos tiempo de vida que se da a conocer por el boca a boca y por móviles a precio relativamente bajo, conocidos precisamente por encajar frecuentemente en aquello de "bueno, bonito, barato" (con salvedades, y para gustos, colores). Y con el san Benito de ser el plagiador de Apple que aún conserva (sobre todo después de ese Mi 8).
La cruzada de Europa pasa por superar a lo que viene de casa
Dos trayectorias distintas las de Xiaomi y las de OPPO que al final han acabado en un punto de unión: la llegada a (más países de) Europa. Faltará ver si al final es un punto de inflexión o si los ascensos de ambas seguirán, sobre todo en estos nuevos mercados entre los cuales está España (OPPO habló de Estados Unidos en la presentación pero no de Latinoamérica).
Y, aunque hemos hablado de éstos dos, no son los únicos fabricantes chinos cuya expansión y ascenso cabe destacar. De Huawei ya destacábamos su ascenso hace tres años, sabiendo de sus inversiones en I+D y marketing, y Vivo ya destacaba por su marcado crecimiento en 2016 junto a OPPO, cuando ni Xiaomi ni Samsung se encontraban en el top 5 chino.
De hecho, era Vivo quien se adelantaba a esto de esconder la cámara frontal con el Vivo Nex, tras haber carraspeado cara a la competencia con los móviles con lector de huellas incorporado a la pantalla. Una propuesta distinta a la del Find X, pero que guarda cierto parecido conceptual con el Vivo Nex, con el matiz añadido (y siempre interesante) de que sean dos fabricantes chinos potentes, rivales y del mismo grupo empresarial.
Con respecto a este tema les preguntamos OPPO directamente por qué comprar un OPPO Find X y no un Vivo Nex, más barato además. Y la respuesta (resumida) fue que OPPO y Vivo son muy distintas porque la primera "siempre ha querido explorar y encontrar el equilibrio", y que con el Find X han querido "encontrar el equilibrio entre tecnología, ciencia y arte" de modo que el usuario aprecie incluso el deslizamiento del módulo de las cámaras, igual como gusta una flor pero también es bonito ver el proceso del florecimiento (el símil es cosa de Xiaoyu, director de diseño de la marca).
También les preguntamos por qué no habían puesto jack de audio y aludieron a que será otra tendencia de cara al futuro y que no querían más agujeros ni cables. Y, aunque no fueron demasiado concretos, sí nos dijeron que llegarían más móviles a Europa y que habría un catálogo para este continente, sin concretar las gamas.
Así que seguiremos pendientes de la evolución de OPPO fuera de Asia, de si le ha resultado la "táctica de la grandiosidad" y de si sigue su expansión. También de si innovaciones como las del Find X son el tenue preludio del ocaso de las muescas en pantalla, y si ya se están dibujando las "pantallas infinitas" reales sin renunciar a la cámara subjetiva, aunque faltará ver si estos sistemas resisten tanto como dijo el fabricante (prometiendo una resistencia del módulo de cámara de 300.000 usos). ¿Quién dijo que estaba todo inventado en los móviles?