A Microsoft no le fue bien con su "viejo" navegador Edge, pero eso hizo que tomaran una decisión singular que acabó con el abandono de esa versión y el desarrollo del nuevo Microsoft Edge basado en Chromium, que está disponible desde hace meses.
Este navegador ha cosechado muy buenas críticas, pero todo ha quedado empañado por una reciente decisión de Microsoft, que afirma que no podrás desinstalarlo una vez instalado en Windows 10.
Una vez lo instales ya (casi) no habrá marcha atrás
Microsoft deja clara esa situación en su web de soporte, donde indica que quieren "garantizar que todos los clientes de Windows tienen el último navegador Microsoft Edge por el rendimiento, privacidad, seguridad, productividad y características de soporte que ofrece".
Ese argumento queda algo comprometido cuando uno descubre que el instalador de Edge basado en Chromium comienza a importar los datos de usuario de Chrome en cuanto se inicia la instalación. Es cierto que luego se pregunta al usuario si quiere completar el proceso, pero que dicha tarea se inicie sin más resulta, cuando menos, discutible.
Algunos argumentan que hay una buena razón para no poder desinstalarlo: hay que tener algún navegador preinstalado en el sistema operativo para luego poder instalar otro navegador distinto. Sin embargo, ¿por qué no poder eliminarlo después?
Es posible ocultarlo, pero no eliminarlo oficialmente de Windows 10. Algunos usuarios han encontrado métodos oficiosos para hacerlo, pero el planteamiento de Microsoft sigue siendo llamativo, y nos recuerda a aquellos tiempos en los que la Unión Europea acabó imponiéndole una multa mmillonaria precisamente por este tipo de prácticas.
Vía | ExtremeTech