¿Motorización en crisis en Colombia?: el país ocupó el puesto 11 en el índice de motorización

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Colombia ocupó el penúltimo lugar en el índice de motorización latinoamericano, un dato preocupante que evidencia la necesidad de una política pública para la renovación y fomento del parque automotor.

El año pasado, en Colombia se vendieron apenas 3,8 vehículos por cada 1.000 habitantes, una cifra inferior a la de otros países de la región, incluso aquellos con menor PIB per cápita.

"Lo que muestra este indicador es que el país clama por una política automotriz que no solamente renueve el parque, sino que promueva su expansión", explicó Pedro Nel Quijano, presidente ejecutivo de la Asociación Gremial de Concesionarios de Automotores (Aconauto).
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La reducida dimensión del mercado genera un círculo vicioso, precios elevados en vehículos, créditos, impuestos, seguros y repuestos, lo que dificulta el acceso a un automotor para una mayor parte de la población. Además, el país ha retornado a niveles de motorización similares a los del año del confinamiento, pese al incremento del PIB per cápita.

Factores como el incremento del tipo de cambio, las tasas de interés, la inflación y la disminución de la confianza del consumidor e inversionista han contribuido a esta situación.

Una solución integral

Los concesionarios afiliados a Aconauto insisten en la urgencia de una política automotriz expansiva que fomente el consumo de vehículos en beneficio del país.

Además de los datos económicos, esta política es clave para la renovación del parque automotor, lo que redundaría en mejoras en la calidad del aire, la reducción de la accidentalidad y el fortalecimiento de las cuentas nacionales.

En primer lugar, el gobierno tendría un papel clave al implementar un programa de fomento que incluya la reducción de aranceles, así como la eliminación del IVA y del Impoconsumo. Estas medidas permitirían reducir los costos de adquisición de vehículos y facilitar su acceso a más ciudadanos.

Por su parte, el Banco de la República contribuiría bajando el DTF, lo que ayudaría a disminuir las tasas de interés y mejorar las condiciones de financiamiento para los compradores.

Asimismo, la banca comercial jugaría un rol fundamental al ofrecer líneas de crédito blando para la adquisición de automotores, facilitando el acceso a financiamiento con tasas más favorables.

Finalmente, los concesionarios se comprometerían a reducir sus márgenes de venta, siempre y cuando se implementen las medidas mencionadas anteriormente, que permita asegurar precios más competitivos en el mercado.

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