Dejad el pasado como está. Es básicamente lo que defienden algunos historiadores, que han denunciado que los procesos que permiten mejorar los vídeos y fotografías antiguas para mostrarlos en color y con mayor definición y resolución no tienen sentido.
Esos procesos se han hecho famosos gracias a los sistemas de inteligencia artificial que han permitido disfrutar de unos vídeos restaurados en 4K que para muchos son una verdadera maravilla pero que a los historiadores no les gustan nada.
Estos procesos son "un sinsetido" para algunos historiadores
Denis Shiryaev es uno de los referentes en este tipo de procesos. Su canal de YouTube está lleno de ejemplos alucinantes de antiquísimos vídeos que gracias al uso de técnicas de inteligencia artificial cobran un nuevo sentido y una nueva vida.
Los procesos que permiten colorear las imágenes del vídeo se unen a los que permiten interpolar fotogramas, mejorar la definición de todos los detalles y llegar hacer ese escalado 4K que hace que vídeos (y fotos) que se veían bastante mal se vean ahora como si hubieran sido grabados hoy mismo.
El efecto es extraordinario, pero no gusta a todos por igual. Para Elizabeth Peck, una de las componentes del equipo de Shiryaev en su recién formada empresa, Neural Love, estos vídeos "te llevan más a esa sensación real de 'estoy aquí viendo cómo alguien hace esto', cuando antes los contemplabas como algo más artístico o cinemático".
Emily Mark-FitzGerald, profesora asociada del University College en Dublín, explicaba que "el problema con el coloreado es que lleva a la gente a pensar que estas fotografías son una especie de ventana al pasado sin más, y eso no es lo que son".
Estos procesos fueron de hecho utilizados por el documental de Peter Jackson de 2018 'They Shall Not Grow Old': allí se escalaron y colorearon vídeos de la 1ª Guerra Mundial, algo que para Luke McKernan, de la British Library, "era un sinsentido. El coloreado no nos acerca al pasado; hace crecer la distancia entre entonces y ahora".
Para él el efecto "crea diferencias" porque se añaden fotogramas o unos colores que jamás estuvieron ahí en la grabación original y que básicamente se estiman (o se inventan). Herramientas como DeOldify son menos precisas de lo que podría parecer, aseguran en Neural Love, donde afirman que el proceso "lleva un montón de entrenamiento y un montón de experimentos fallidos".
Para Mark-FitzGerald y otros historiadores estas herramientas son peligrosas. Aunque reconocen que los resultados son impactantes, siempre acaban preguntándose qué información han añadido y qué han eliminado de la imagen original.
Para McKernan el esfuerzo de contemplar una vieja película o fotografía es "lo que crea la comprensión. Sin eso no hay verdadera simpatía, sólo un falso sentimiento. La película que parece haber sido rodada la semana pasada pertenece sólo a la semana pasada".
Para los responsables de Neural Love el proceso permite acercar esos contenidos a las nuevas generaciones. "Consideramos que nuestro trabajo es una adaptación del original, similar a una versión moderna de una obra de Shakespeare o la traducción de una obra literaria a otro idioma", explicaba Shiryaev en un correo a Wired.
Su idea, de hecho, "no es el de establecer retos a su autenticidad o a su mérito artístico, sino transformar tanto el conocimiento como la conciencia de la existencia de esos contenidos originales".
Vía | Wired