En Microsoft quieren ir paso a paso con las Hololens para tratar de evitar lo que ha pasado con Kinect, pero hay han dado un paso importante. Los desarrolladores que mostraron su interés por hacerse con el dispositivo para comenzar a trabajar con él podrán hoy confirmar su apuesta reservando estas gafas de realidad aumentada y pagando los 3.000 dólares que cuesta cada unidad.
Las unidades comenzarán a enviarse a sus compradores el próximo 30 de marzo, pero en Microsoft quieren dejar claro que este es solo un paso preliminar, y que esta tecnología tiene aún mucho trabajo por delante. Aún no hay escenarios claros de aplicación ni suficientes herramientas para poder sacar provecho a estas gafas, y su versión final aún podría tardar bastante en aparecer.
Despacito y con buena letra
En Microsoft no han dado fechas concretas, pero en una entrevista para Re/Code Alex Kipman, el ingeniero que creó Kinect, aseguró que en Redmond "no tienen prisa" por ofrecer la versión comercial. La idea, claro, es que el ecosistema de aplicaciones y juegos que puedan sacar partido de las HoloLens pueda ser lo suficientemente nutrido para que haya interés real por el dispositivo.
Para tratar de ofrecer prestaciones interesantes a los desarrolladores, en Microsoft sí que incluyen seis aplicaciones de realidad aumentada que tratan de resaltar las capacidades "únicas" de las Hololens y que podrían servir como inspiración para esos desarrolladores. Entre ellas están una versión específica de Skype o HoloStudio, que permite crear holo-objetos 3D fácilmente.
En Microsoft tienen claro que quieren tratar de que ese ecosistema de aplicaciones sea lo más potente y cuantioso posible antes de lanzar estas gafas a nivel comercial para que no se produzca la situación que ha acabado produciéndose con Kinect. Habrá que ver si los desarrolladores realmente confían en un producto que tiene competidores muy serios en las gafas de realidad virtual que comenzarán a despegar este año.
Vía | Engadget
En Xataka | He probado HoloLens y no quiero volver atrás: por fin la realidad aumentada es alucinante