En ocasiones apreciar la belleza de las cosas está en la velocidad en la que se aprecian, o mejor dicho, en ocasiones la belleza está en la velocidad en sí. A casi todos nos embelesa hasta cierto punto una cámara lenta (servidora se pasaría horas viendo a un guepardo correr en slow-motion), pero lo que ha hecho este diseñador es combinar la súper cámara lenta y la tinta electrónica para crear un curioso dispositivo.
No se trata de un invento para satisfacer una serie de necesidades como muchos de la electrónica de consumo, sino de un elemento decorativo muy original y con cierto aire vintage (siempre de moda) que además es variable. Así, es lo opuesto a algo estático como un marco con una foto y tampoco es el manido marco electrónico; es una manera de tener cualquier película decorando nuestra casa de una manera imperceptiblemente activa.
La belleza de pasar de frames por segundo a frames por hora
En alguna ocasión hemos hablado de dispositivos electrónicos que priorizan algo más la función decorativa y que ésta es parte de su reclamo, sobre todo cuando se trata de algo interactivo o variable. Ejemplo de ello son los televisores The Frame de Samsung, o algún concepto curioso como el del calendario interactivo con tinta electrónica que planteaba una curiosa y posible evolución del calendario tradicional de papel.
Y precisamente la pantalla de tinta electrónica es uno de los principales componentes de VSMP, el invento que Bryan Boyer explica en su Medium y que vemos funcionando en el siguiente vídeo. Un marco electrónico que no muestra una presentación de fotos, sino que "traduce" un vídeo a monocromo y lo emite a una velocidad lentísima, de modo que es un elemento decorativo que cambia por sí sólo.
En concreto se compone de una Raspberry Pi una pantalla de tinta electrónica similar a la de los Kindle de Amazon, una caja impresa en 3D y un software propio. El funcionamiento es casi tan sencillo como su estructura: cada dos minutos y medio un fotograma de la película o vídeo se extrae de la tarjeta de memoria de la RPi para ser convertido a blanco y negro recurriendo a un algoritmo, para ser transmitido a la pantalla.
Con ello se consigue una emisión de 24 frames por hora, siendo mucho más lenta que la convencional velocidad de 24 frames por segundo. Algo que crea un efecto llamativo casi sin darnos cuenta, y que supone una manera original de decorar un rincón de la casa, y que si nos animamos puede ser nuestro proyecto DIY (aunque eso sí, fácil, fácil tampoco es).
Un dispositivo que respeta el entorno
La elección de la pantalla con reflejo no es por casualidad o una cuestión de costes. Explica Boyer que se decidió por esta pantalla y no por un LCD, OLED o similares porque "no respetan el contexto" y que la pantalla de tinta electrónica "se porta correctamente con la oscuridad". Es decir, está en sintonía con el brillo de la escena y no supone un choque o una ruptura con la oscuridad o la baja luz.
¿En qué se inspiró Boyer? En algo que le ocurrió al andar por Brasilia (Brasil), dándose cuenta de que "no entendía" lo que veía a nivel arquitectónica porque está diseñado para observarse a velocidad de un vehículo, de modo que al observarlo a velocidad de peatón es como ver una película en cámara lenta.
Esto, de hecho, no es negativo o "un fallo", sino una manera de que el peatón sea en cierto modo recompensado según explica el diseñador, ya que así se tiene la oportunidad de descubrir detalles, sombras y variaciones que del otro modo no se aprecian. Y esto fue el germen de la idea que hemos visto.
De ahí que lo que buscara Boyer con su curioso invento fuese transformar un vídeo o una película en un retrato. Y una vez más, ha salido algo muy chulo con eso de que se encuentren el ingenio, el arte y la tecnología.