Pocos pondrían en duda que la IA ha dominado el panorama noticioso de la tecnología desde ese 30 de noviembre de 2022 en el que OpenAI reveló al mundo a ChatGPT.
Es por eso que no sorprende que, en la era de la disrupción constante de la IA, tres nombres que dominan el panorama tecnológico global, con al menos alguna relación con ese campo, suenen para ser el personaje tech más influyente de 2024.
Elon Musk, CEO de Tesla, X y SpaceX; Sam Altman, CEO de OpenAI; y Jensen Huang, CEO de Nvidia. A los tres les sobran méritos, y puede argumentarse que cada uno, a su manera, está moldeando el futuro de la humanidad. Pero si tuviéramos que elegir al personaje tech más influyente de 2024, ¿quién debería ser?
A continuación, vamos a repasar el año de tres titanes con visiones diferentes pero igual de ambiciosas.
El año de Elon Musk
Si bien es posible que el logro más importante de Elon Musk haya sido político, no tecnológico, es imposible negar las proezas de las firmas asociadas a su nombre.
Es cierto que su giro a la derecha, su uso descarado de la red social X (antes Twitter) y, sobre todo, sus millonarias donaciones, probaron ser instrumentales en la victoria de la campaña reeleccionista de Donald Trump.
Pero su faceta como halcón de la derecha no cambia que Elon Musk logró con SpaceX revolucionar el papel de los privados en el programa espacial.
Como lo reportó Xataka en su momento, antes de SpaceX se lanzaban 60 cohetes al año. En 2024, solo SpaceX lanzó 144. Hoy la empresa de Musk pone en órbita casi 10 veces más toneladas que su competidor más cercano: toda la nación de China.
Y como si fuera poco, SpaceX ha conseguido lo que parecía inalcanzable: recuperar el cohete Super Heavy en pleno vuelo. Con esto, inaugura formalmente la era del cohete reutilizable y da un paso gigantesco hacia la noción de vuelos espaciales más baratos y -algún día- rutinarios.
Igual de trascendentes pueden ser, eventualmente, los triunfos de Neuralink. La otra empresa de Musk implantó con éxito en un segundo paciente su dispositivo diseñado para dar a los pacientes paralizados la capacidad de usar dispositivos digitales solo con pensarlo. Ahora la firma está en el proceso de probar su dispositivo, que está destinado a ayudar a las personas con lesiones de la médula espinal.
Frente a semejantes proezas, resulta casi trivial que Tesla no haya tenido un año estelar, en medio de recalls, accidentes y despidos masivos. Es difícil señalar esos aspectos (o la crisis de X, por no ir más lejos) cuando Musk ha revelado un juego que no es, al menos no completamente, acerca del éxito financiero.
Lo cierto es que su manejo de X en provecho propio, su cercanía con Trump y sus avances en metas colosales como enviar humanos a Marte integrar la IA en el cuerpo humano a niveles antes impensables le han otorgado a Musk más poder mediático del que tiene probablemente cualquier otra persona que no sea una megaestrella global.
Su capacidad para mezclar avances concretos hacia el futuro de la humanidad con una dosis de cinismo mediático que inquieta a muchos lo pone como un fuerte contendiente al título de personaje tech del año. Sin embargo, sus controversias y posiciones políticas, a menudo polarizantes, podrían jugar en su contra.
Sam Altman: El evangelista de la IA
Si Musk es el rostro de la innovación, Sam Altman, CEO de OpenAI, es el rostro de la revolución de la inteligencia artificial. Pasado el huracán que fue 2023, con un ascenso meteórico y un cisma al interior de la empresa, que incluyó el despido temporal del propio Altman, 2024 fue un año de sentar cabeza.
Literalmente. En enero del 2024, Sam Altman y su pareja, Oliver Mulherin, se casaron en una ceremonia privada en Hawaii.
Volviendo a OpenAI, hoy el rol de Altman es más que administrativo… ¿filosófico?
Quizá no sea la palabra que usarían todos, pero lo cierto es que no es posible negar que las posiciones de Altman dentro y fuera de OpenAI han jugado un papel crucial no solo en el desarrollo de ChatGPT, sino del paisaje mismo de la IA y lo han puesto en curso de colisión con al menos otro integrante de este listado.
Lo que hace a Altman tan relevante no es solo su capacidad para crear productos que son viralmente disruptivos, sino su visión sobre cómo la IA podría transformar todos los aspectos de la sociedad: desde la educación hasta el trabajo, la economía e incluso las políticas públicas.
En 2024, OpenAI ha avanzado enormemente con modelos multimodales y con la integración de IA generativa en cada rincón de la vida humana, desde el arte hasta la medicina. Pero la pregunta en las mentes de muchos es: ¿Es la IA realmente una bendición? ¿O está empujando al mundo hacia una peligrosa dependencia de los algoritmos?
La principal muestra de la influencia de Altman en los destinos de OpenAI es que, tras su regreso a fines de 2023, llevó a la firma a dar un giro radical en su visión, que llevó, en septiembre, a una reestructuración radical de su negocio principal.
Desde ese mes, OpenAi ya no está controlada por su junta sin fines de lucro. Si bien la organización sin fines de lucro OpenAI seguirá existiendo, poseerá una participación minoritaria en la compañía con fines de lucro, que pasa a ser más una corporación. De seguro, nada de qué preocuparse.
Jensen Huang: El arquitecto de la IA
Puede que Musk y Altman compitan por el protagonismo en áreas como el espacio y la inteligencia artificial, pero ni el uno ni el otro podrían hacerlo sin el hardware que produce Nvidia, la firma de la que Jensen Huang es fundador y CEO.
La infraestructura que Huang ha construido a través de sus innovaciones en procesadores gráficos (GPU) es la columna vertebral de la inteligencia artificial moderna, el gaming, el metaverso y, más recientemente, la simulación digital avanzada.
En 2024, NVIDIA se encuentra en el centro de la convergencia de los mundos físico y digital. Su tecnología es esencial para el entrenamiento de modelos de IA, la creación de mundos virtuales inmersivos y la computación de alto rendimiento que está transformando sectores que van de la biomedicina a la investigación científica. Huang es el conductor de la orquesta, el tabique del engranaje, la pieza clave que conecta todas las piezas del rompecabezas tecnológico.
El 2024 marcó un punto de inflexión en el que Huang pareció abandonar, al menos en parte, su tradicionalmente bajo perfil (bajo, al menos, en comparación con las personalidades más mediáticas de Musk o Altman).
Ese bajo perfil no le ha impedido convertirse en uno de los líderes más respetados del sector, pero parece que el CEO ha entendido que podría jugar en su contra en un paisaje centrado en protagonismos y estrellatos.
En un mundo donde la narrativa personal se ha vuelto tan importante como la innovación misma, Huang es un hombre que prefiere que hablen sus productos, no su persona, pero eso le quita mérito a lo que ha logrado. De eso da cuenta una acción que no para de crecer.
Hace apenas un par de semanas, la firma reportó ingresos trimestrales de 35.100 millones de dólares, un 17 por ciento más que en el trimestre anterior y un 94 por ciento más que hace un año. Durante 2024 disputó con Microsoft el título de la empresa más valiosa del mundo.
El personaje 2024
La pregunta sobre quién debería ser el personaje tech de 2024 no tiene una respuesta fácil. Musk sigue siendo un protagonista central en el imaginario colectivo, pero su enfoque en el largo plazo, combinado con su falta de habilidad para navegar la política y las relaciones públicas, le ha dado tanto seguidores como detractores.
Altman, por su parte, es un jugador esencial en el auge de la inteligencia artificial, una de las tecnologías más influyentes de esta década, pero también está lidiando con las enormes responsabilidades que conlleva esa influencia. Y Huang, aunque sigue siendo una figura relativamente discreta, se mantiene como el arquitecto de la infraestructura digital del futuro.
Si la pregunta es "quién está liderando el cambio más radical", Musk puede ser el que esté en la cabeza del pelotón, pero si la pregunta es "quién está construyendo el futuro", es posible que el impacto de Jensen Huang sea más fundamental. Y si la cuestión es "quién está modelando la sociedad del mañana", es decir, la forma en que las máquinas, las mentes humanas y los algoritmos coexisten, Sam Altman probablemente se llevaría el primer puesto.
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