Aunque el Hubble sigue dándonos imágenes tan espectaculares como valiosas, la NASA ya tiene muy avanzado a su sustituto (pese a los contratiempos) y por supuesto no será el último telescopio que coloquemos en el espacio. Eso sí, el observatorio James Webb ya es bastante más grande que el Hubble y la evolución lógica es que cada vez lo sean más, y en vistas a esto la NASA se está planteando establecer un sistema de montaje de telescopios en el propio espacio.
Hace algo más de un año ya vimos las dimensiones del colosal sustituto del Hubble en las imágenes de su montaje, cuyo espejo principal mide 6,5 metros. Este observatorio irá al espacio en un cohete Ariane 5, un cohete diseñado para enviar cargas de hasta 6.200 kilogramos, pero esto no parece suficiente para lo venidero en instrumentos ópticos espaciales.
No hay cohetes para tan grandes telescopios
En un tú a tú del Hubble y el James Webb (JWST) vimos que una de las grandes diferencias entre ellos son sus dimensiones y, sobre todo, sus espejos primarios. El Hubble incorpora uno de una sola pieza, de 2,4 metros de diámetro, y el del JWST mide 6,5 metros (formado por 18 segmentos hexagonales) como hemos comentado.
De este modo, el tamaño importa en cuestión de observación espacial y de qué manera. Los ingenieros espaciales ya han empezado a desarrollar la tecnología necesaria para construir la próxima generación de telescopios espaciales, pero han dado con una importante barrera: los telescopios resultantes serán con bastante probabilidad demasiado grandes como para lanzarlos con los cohetes existentes hoy en día.
Explicaba Nick Siegler, jefe de tecnología en el programa de exploración de exoplanetas de la NASA, en la reunión 233 de la American Astronomical Society (en enero) que "los telescopios grandes dan unas mejores resolución angular y espectral" (lo recogen en Space.com), y que por ello los telescopios serán más grandes. De ahí que se estén estudiando las posibilidades de montar el telescopio en el espacio, de modo que no habría que esperar a que se diseñasen cohetes aún más grandes y que además se pudiesen reducir costes en el lanzamiento de estos grandes observatorios.
Se trata del estudio titulado iSAT (in-Space Assembled Telescope), llevado a cabo por investigadores de la NASA como hemos introducido. En él se está viendo si esta construcción en el espacio es posible, si realmente sería eficiente a nivel de costes y si sería llevada a cabo por astronautas, robots o una combinación de ambos.
El propio Siegler considera que los robots son la solución óptima para este caso. Se han enviado astronautas previamente a realizar misiones de montaje y reparación, de hecho hace poco vimos la hazaña de los rusos usando herramientas como un cuchillo, pero además del riesgo que implica es más caro que enviar robots.
Mientras tanto, esperando al JWST
Por el momento se trata de una propuesta en estudio y tendremos que esperar unos meses para que el equipo presente las opciones de montaje en el espacio (si no pasa nada será este verano). Pero teniendo en cuenta las grandes dimensiones que están alcanzando los telescopios espaciales y sus espejos principales no sería algo demasiado inesperado, y de ese modo el lanzamiento de los mismos no dependería de esperar más o menos al desarrollo de nuevos cohetes.
Por otro lado, tenemos al JWST cuyo lanzamiento ha sido pospuesto en numerosas ocasiones como hemos repasado. En principio lo veremos subir a los cielos en 2021 de la mano de ese Ariane 5, aunque por precedentes en este caso nunca se sabe.
Imagen | NASA/Desiree Stover