Los paneles solares se han convertido en una pieza fundamental de la transición hacia energías más limpias y sostenibles. En este apartado, exploraremos cómo funcionan los paneles solares, los diferentes tipos disponibles y los beneficios que ofrecen.
Estos dispositivos, aprovechan la abundante y gratuita energía del sol, y no solo permiten generar electricidad de manera eficiente, sino que también representan una solución viable para reducir la huella de carbono y disminuir los costos energéticos a largo plazo.
¿Cómo funcionan?
Los paneles solares están compuestos por muchas celdas fotovoltaicas, generalmente hechas de silicio. Cuando la luz solar incide sobre estas celdas, los fotones (partículas de luz) transfieren su energía a los electrones en el material semiconductor, estimulándolos.
Al ser estimulados, los electrones comienzan a moverse, y crean una corriente eléctrica directa (DC). Este flujo de electrones es la base de la electricidad generada por los paneles solares.
La electricidad generada por las celdas solares es en forma de corriente continua (DC). Sin embargo, la mayoría de los hogares y empresas utilizan corriente alterna (AC). Por esta razón, se utiliza un inversor solar para convertir la corriente continua en corriente alterna.
Una vez convertida, la electricidad puede ser utilizada para alimentar dispositivos electrónicos, electrodomésticos, o incluso para cargar vehículos eléctricos. Además, si se genera más energía de la que se consume, es posible almacenarla en baterías solares o venderla a la red eléctrica.
Tipos
Existen varios tipos de paneles solares, entre los más comunes se encuentra los monocristalinos, que están hechos de un solo cristal de silicio y son conocidos por su alta eficiencia y longevidad.
Los policristalinos están compuestos por múltiples cristales de silicio, lo que los hace menos eficientes que los monocristalinos, pero más económicos.
Por otro parte, de película delgada que utilizan materiales como el cadmio o el seleniuro de cobre, lo que los hace flexibles y ligeros, aunque generalmente menos eficientes.
La energía solar ofrece múltiples beneficios, entre los que destacan la reducción de la huella de carbono, el ahorro en costos de electricidad y la independencia energética.
En Colombia, este tipo de energía ha ganado relevancia en los últimos años, gracias a que por su ubicación geográfica privilegiada, el país cuenta con un alto nivel de radiación solar durante todo el año.
El país ha avanzado en la adopción de paneles solares, tanto a nivel residencial como en proyectos a gran escala, impulsados por políticas gubernamentales que promueven las energías renovables y una creciente conciencia ambiental entre los colombianos. Este crecimiento posiciona a Colombia como un actor clave en la transición hacia un futuro energético más sostenible en la región.
¿Cuánto valen?
El costo de los paneles solares en Colombia varía dependiendo de varios factores, como la calidad del equipo, la capacidad del sistema (medida en kilovatios pico, kWp), la marca, y si se incluyen servicios de instalación.
A grandes rasgos, los sistemas residenciales pequeños (1-2 kWp), pueden costar entre 4 y 8 millones de pesos colombianos, incluyendo instalación. Los sistemas residenciales medianos (3-5 kWp), el precio suele estar entre 10 y 20 millones de pesos.
Mientras que los sistemas más grandes (más de 5 kWp), pueden superar los 20 millones de pesos, dependiendo del tamaño y la complejidad de la instalación.
Es importante destacar que el costo inicial puede verse compensado a largo plazo por el ahorro en facturas de electricidad y, en algunos casos, los usuarios pueden acceder a incentivos fiscales o financiamiento que reduce el impacto económico inicial.
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