Hace poco más de un año, una foto dio la vuelta al mundo. Más de 300 personas se agolpan en la cordada que conduce al punto más alto de la Tierra: una hilera de alpinistas hacía cola (de más de tres horas) para llegar a la cima del Everest. Pero luego, llegó la pandemia. China y Nepal prohibieron el acceso a equipos extranjeros y la paz volvió a la cima del mundo.
Solo un equipo de topógrafos chinos consiguieron llegar a lo alto del Everest durante la pandemia. Su misión era sencilla: medirlo.
Parece una tontería. Se ha repetido tantas veces que el Everest mide 8.848 metros que... ¿qué sentido tendría mandar de nuevo a un equipo a medirlo cuando, en fin, su reinado sobre el resto de picos del planeta no está en disputa? Para responder a esa pregunta tendremos que irnos al 25 de abril de 2015, cuando un enorme terremoto causó casi 9000 víctimas mortales, casi 22.000 heridos e innumerables daños materiales.
En la cima del mundo
Desde ese día, tras toda esa destrucción, muchos científicos se preguntaron qué habría pasado allá arriba. En 2017, Nepal decidió encontrar una respuesta, pero la situación era complicada. En 2010, después de décadas de conflictos, los dos países que poseen la montaña habían llegado a un acuerdo. Es decir, la altitud oficial sería la que aseguraba Nepal (8.848 metros), pero ambos países reconocían la pertinencia de las estimaciones históricas chinas que situaban esa altura cuatro metros más abajo.
Como los seres humanos tenemos tendencia a crear conflictos diplomáticos con cualquier excusa, el gobierno nepalí intentó atraer al proyecto a China aprovechando que Xi Jinping, el presidente del gigante asiático, viajaba a Katmandú en 2019. Y lo consiguieron. Juntos, instalaron receptores específicos para medir la altura por satélite, utilizaron sistemas de posicionamiento e hicieron lecturas con radares terrestres.
El resultado final han sido 8.848,86 metros. Es decir, 86 centímetros más de lo que marcaba la, hasta ahora, altura oficial. No se puede decir que el Everest "haya dado el estirón", pero como explicaba la jefa de topografía de Nepal, Susheel Dangol, en el Washington Post, "podemos estar seguros de que esta es la altura más precisa del Everest que jamás hayamos tenido". Y eso, ya es mucho.
Imagen | Christopher Burns