El derecho a reparar nuestros dispositivos está en peligro. Megacorporaciones como Microsoft y Apple hacen productos cada vez más difíciles siquiera de abrir por parte de los usuarios, pero hay una empresa que es la excepción a la regla.
Se trata de HP, que ha demostrado una mente mucho más abierta a ese derecho a reparar. Lo ha confirmado recientemente con el lanzamiento del HP EliteBook 800 G5, una familia de portátiles que ha sacado un sorprendente (en estos tiempos) 10 sobre 10 en el índice de reparabilidad de iFixit.
El portátil empresarial que muchos querríamos tener
Los HP EliteBook 800 G5 fueron presentados ayer, y lo hicieron en diversos tamaños y configuraciones.
Tenemos modelos de 13'3, 14 y 15,6 pulgadas con pantallas con distintas resoluciones, distintas gráficas integradas (hasta Radeon RX540), puerto Thunderbolt 3, hasta 32 GB de RAM y hasta 1 TB de almacenamiento SSD. Y no solo eso: hasta cuentan con el sistema HP Sure View que permite tapar la webcam, un elemento cada vez más de moda que ayuda a proteger nuestra privacidad.
Puede que estos equipos algo más orientados a entornos empresariales no tengan un diseño ultradelgado o especialmente destacable ni estén preparados para sesiones de gaming intensivas, pero todo eso lo suplen con una oferta hardware realmente fantástica (la inclusión de un puerto RJ45 es casi un milagro en estos tiempos) que se suma a otro apartado igualmente llamativo: ponen muy fácil que les "metamos mano".
De hecho lo que ofrece el EliteBook 800 G5 no es del todo nuevo: otros equipos empresariales (y no tan empresariales) de distintos fabricantes también facilitan esas labores. La propia HP viene adoptando esa filosofía en esta familia desde hace tiempo, pero incluso el tablet convertible Elite X2 sorprende por esa faceta. Varias familias como los Dell Latitude o los ThinkPad de Lenovo también suelen contar con dicha capacidad, y este EliteBook es el último ejemplo de una corriente que esperamos que vaya a más.
Todo pensado para que el equipo dure muchos años
La propia iFixit calificaba este equipo como "Amigo del usuario" y sus responsables dedicaban diversos elogios a un fabricante que lo ha hecho todo bien a la hora de ofrecer a los usuarios la capacidad de sustituir piezas o repararlas.
Eso se nota desde el primer momento: la tapa inferior hace uso de tornillos Phillips sencillos que además se quedan "cautivos" para que no se pierdan a la hora de volver a cerrar el equipo y asegurar ese cierre.
Una vez abierta la tapa, el equipo muestra su interior de forma envidiable: la batería, la pantalla, los puertos USB, la memoria RAM, la unidad SSD o la tarjeta WiFi están accesibles y son reemplazables de forma sencilla. Ni pegamentos, ni soldaduras: HP casi te pide a gritos que quitas y pongas a tu antojo.
HP no solo no lo impide: te da instrucciones para reparar el equipo
La cosa no se queda ahí: HP no solo no impide esas reparaciones y sustituciones de componentes, sino que ofrece instrucciones precisas para hacerlo: los tornillos están etiquetados en la placa base para que no te equivoques, los cables identificados e incluso las ranuras de conexión de los distintos periféricos muestran para qué son sin timidez.
Como dicen en iFixit, "este fabricante quiere que actualices y mantengas este equipo tanto tiempo como sea posible físicamente". Hay algunas sombras, como el hecho de que hay que eliminar el teclado antes de poder extraer el ventilador y la placa base, pero es que HP no esconde cómo hacerlo: hay instrucciones detalladas para llevar a cabo el proceso en la web de soporte de HP.
Aunque hay algún que otro puertos externos soldados, sigue habiendo un puerto USB que podemos reemplazar, como también lo es la pantalla, las bisagras o el cable que conecta esa pantalla con la base del equipo. Aun con algunos pequeños componentes soldados y alguna que otra confusión con los cables, estos expertos en reparar lo irreparable lo tienen claro: HP es una asombrosa excepción a la regla habitual.
Si queréis un equipo reparable, ya sabéis. Bendito seas, HP EliteBook 800 G5.
En Xataka | Bienvenidos a la era de la tecnología desechable (y cara)