iPhone X, iPhone 8 y iPhone 8 Plus: así son sus cámaras y la tecnología que esconden

Lo que presentan grandes fabricantes como Samsung o Apple siempre levanta expectación, pero lo que también levanta es la lupa de quienes miramos con más detalle las capacidades de un nuevo terminal, sobre todo si hablamos de nuevos buques insignia. Apple cautivó el pasado año con el modo retrato del iPhone 7 Plus, pero ¿qué podemos esperar de las cámaras de los nuevos iPhone 8, 8 Plus y iPhone X?

Las mejoras se han producido en mayor o menor medida según hablemos de uno u otro terminal. Pese a esperar una democratización de la doble cámara en los smartphones de Apple, el iPhone 8 mantiene la cámara única en su parte trasera, aunque mejorando con respecto a lo anterior como lo hace la del 8 Plus. Por su parte, el iPhone X cambia por fuera y por dentro, con una disposición en vertical y un modo retrato que llega también a la frontal.

iPhone 8, iPhone 8 Plus y iPhone x: especificaciones técnicas de las cámaras

iPhone 8 y 8 Plus: el tamaño importa

Esperábamos que con esta evolución, dado que Apple ha maquillado la "s" que no hemos visto hasta hacerla desaparecer (en apariencia), al pequeño de los iPhones le llegase por fin el turno de integrar doble cámara. No obstante, ayer desde California echaron un jarro de agua fría para quienes aún preferimos algo por debajo de las 5 pulgadas y de nuevo la dupla de smartphones difiere en la capacidad fotográfica, tanto en lo referente a hardware como en software.

iPhone 8: la renovación por castigo

Como decíamos, el año pasado una de las grandes diferencias entre el iPhone 7 y el iPhone 7 Plus era la combinación de cámaras traseras, de hecho era la ausencia de la misma en el de 4,7 pulgadas la distinción en sí. De nuevo tener una diagonal mayor es merecedor de tener dos lentes en Apple, y el iPhone 8 se queda con una sola cámara trasera.

Lo que sí hace el iPhone 8 con respecto al 7 es integrar un sensor mejorado con respecto a lo anterior. No se nota en los números (manteniendo los 12 megapíxeles) como ya vimos del iPhone 6s al 7, si bien en esta ocasión se mantiene la apertura f/1.8 (y no se amplía como en la anterior evolución). ¿Qué tiene de distinto y de mejor entonces? Según Apple el nuevo sensor es más grande y más rápido, capaz de captar el 83% más de luz que sus antecesores y es más eficiente a nivel energético.

Todo esto está movido por un nuevo motor, el chip A11 Bionic, que a su vez integra un nuevo procesador de señal de imagen (ISP). A falta de saber especificaciones más concretas, en este nuevo ISP se han centrado en la detección de elementos de las escenas (iluminación, ítems en movimiento, etc.) y procesa los píxeles con mayor precisión.

El iPhone 8 será el cuarto modelo de 4,7 pulgadas con una sola cámara trasera.

Con esto nos prometen un mejor HDR y un enfoque más rápido, optimizando las fotografías de manera predictiva (no disparando como los Sony Xperia, sino a nivel de procesado y de "entender" la escena). Acompañando a este sensor, además, está la estabilización óptica de imagen (OIS) que (por fin) llegó a las 4,7 pulgadas con el iPhone 7, todo bajo una lente de seis elementos.

iPhone 8 Plus: dos ojos ven más que uno y ahora retratan también mejor

Combinación de nuevo de dos sensores de 12 megapíxeles: un gran angular (al igual que el 8) y un teleobjetivo, tal como se hizo con el Plus. Combinado que ha hecho que Apple se distinga de otras apuestas por una doble lente, si bien lo que destacó el año pasado (incluso desde su estado en fase beta) fue el modo retrato que en este nuevo iPhone vemos mejorado.

La cámara con gran angular integra, además del sensor de 12 megapíxeles, una lente de seis elementos de f/1.8 y el OIS. El teleobjetivo por su parte tiene una lente con apertura f 2.8, y su acción conjunta es la que permite el zoom óptico y el modo retrato, como ocurría con el iPhone 7 Plus.

Pero, ¿qué tiene de nuevo el modo retrato? Aquí entra en juego la parte computacional, como ya vimos en el 7 Plus, si bien esta vez contamos con nuevo SoC y nuevo ISP (el A11 Bionic), los cuales hacen evolucionar este efecto bokeh aportando la posibilidad de que el usuario elija a posteriori la iluminación aplicada.

Para ello se tira de nuevo de detección facial y la creación del mapa de profundidad junto con la información que proporcionan los dos sensores, así como de inteligencia artificial para hacer un examen más preciso del rostro y de su iluminación. Con esto lo que el usuario obtiene es un menú añadido de opciones en cuanto a la luz que se aplica sobre su rostro, yendo desde luz natural a luz de estudio, de contorno, de escenario y de escenario mono (blanco y negro).

• Luz natural: el efecto de profundidad de campo estándar, con el sujeto enfocado y el fondo desenfocado.
• Luz de estudio: más brillo sobre el rostro.
• Luz de contorno: brillos y sombras más dramáticos.
• Luz de escenario: el sujeto recibe un aporte de luz como un foco de escenario, quedando sobre un fondo oscuro.
• Luz de escenario mono: lo mismo que el anterior, pero en monocromático.

Lo que matizan en este punto es que por cómo se obtiene todo, esa combinación de informaciones y el recurrir a machine learning, se trata de una aplicación de un análisis a tiempo real, a diferencia de la de los filtros que puede hacerse a posteriori. Y tal y como ocurría el año pasado en la presentación del modo retrato original, de momento este "modo retrato iluminado" está también en fase beta.

Ejemplos del modo retrato del iPhone 8 Plus en la web de Apple.

Pero una de las novedades importantes es que las cámaras del iPhone 8 Plus están preparadas para la realidad aumentada, con un giroscopio y un acelerómetro más precisos que los anteriores, y lo necesario también a nivel de software para la calibración para este uso. También aquí tiene su parte el nuevo SoC, con una CPU para el registro del movimiento y de escenas, y la ayuda de la nueva GPU renderizando gráficos realistas y el nuevo ISP (aportando la iluminación a tiempo real).

Vídeo y cámara frontal: en la misma liga

Quizás la cámara frontal de estos smartphones fue uno de los elementos con menos protagonismo de la presentación de ayer. De hecho, la ausencia de matización o confirmación nos hace pensar que en este caso se repite sensor con respecto a los iPhone 7, teniendo cámaras FaceTime HD de 7 megapíxeles con apertura f/2.2.

Tampoco cambia el flash, recurriendo de nuevo a la acción de la pantalla para aportar iluminación si el usuario lo desea. Esta aparente ausencia de evolución en la cámara subjetiva tampoco es algo negativa per se, ya vimos que el iPhone no quedaba mal ante la competencia en cuestión de cámara frontal (aunque le dimos el oro al Pixel XL).

Otras características en común en ambos teléfonos son la compresión en formato HEIF, lo cual permite que las fotografías ocupen menos volumen, el flash trasero True Tone de cuatro LEDs de sincronización lenta (combina el pulso estroboscópico corto con un disparo lento, habitual en baja luz) y las mejoras en vídeo, que ahora veremos en detalle.

Con la evolución de la(s) cámara(s) trasera(s) hay una ligera mejora en la captura de vídeo. El 4K ya lo vimos en las cámaras de lo iPhones, también la posibilidad de capturar instantáneas de 8 megapíxeles mientras se graba con esta calidad y la compresión HEVC (para que los vídeos ocupen menos), pero ahora son capaces de capturar también hasta 60 fps (los 7 lo hacen únicamente a 30 fps), y han ido también más allá con la cámara lenta con la captura en 1080p hasta 240 fps.

Esto es posible gracias a un nuevo codificador diseñado por la casa que es capaz de registrar vídeos a más fotogramas por segundo y que realiza análisis a tiempo real de la imagen y el movimiento. Un análisis de 2 millones de fragmentos de la imagen por segundo que permite esa pequeña anticipación que comentábamos en el procesado, identificando en cada uno de ellos si se está capturando cielo, suelo, piel, etc.

iPhone X: porque todas las cámaras merecen lo máximo

Como hemos visto en la introducción, la edición especial del iPhone (que finalmente se pronuncia "iPhone 10" y no "iPhone equis") también combina dos sensores de 12 megapíxeles de mayor tamaño a los de sus predecesores. Las aperturas en este caso varían ligeramente con respecto al iPhone 8 Plus, siendo de f/1.8 para el gran angular y f/2.4 para el teleobjetivo, y como en el caso de los 8 hay un nuevo filtro de color, píxeles con mayor profundidad y un enfoque más rápido que en los smartphones de anteriores generaciones.

El modo retrato iluminado también estará en este terminal, así como el flash cuádruple que vemos desde los iPhone 7 y las mejoras en vídeo que hemos comentado gracias al nuevo codificador. Pero eso sí, la estabilización óptica en este caso está presente en ambas lentes.

Por supuesto, en este caso no iban a dejar la realidad aumentada a parte y estas dos cámaras también están preparadas para este uso, del cual ya vimos muchos ejemplos creativos y curiosos por parte de los desarrolladores que ya andan trabajando con él desde hace meses. Cada cámara está calibrada para AR, también con nuevos acelerómetro y giroscopio y las aportaciones de los procesadores, pero en este caso también es una característica de la cámara frontal.

Cámara frontal: ahora sí es protagonista

Si antes veíamos unas cámaras frontales con una evolución aparentemente ausente, en el caso el iPhone X la cosa cambia y bastante. Vemos de nuevo un sensor de 7 megapíxeles con apertura máxima f/2.2, pero en este caso incluye el popular modo retrato también.

Las distintas modalidades del nuevo modo retrato en la cámara Face ID del iPhone X.

Aunque más allá de la fotografía el protagonismo se lo llevó al ser la piedra angular de la seguridad en el iPhone X, sin TouchID, por el desbloqueo por reconocimiento facial, función que consigue gracias al séquito de sensores que custodian a esta cámara frontal rebautizada como TrueDepth. Y sobre ello habló Javier Lacort ayer en profundidad, con todo lo referente a Face ID que así es como se denomina este desbloqueo.

¿Qué aporta esta TrueDepth en lo referente a las autofotos? Además del modo retrato para los selfies, Apple promete una captura con un control de la exposición más preciso y un alto rango de colores, así como la estabilización automática (electrónica) que también vemos en las frontales de los iPhone 8.

Mucho por comprobar y muchas ganas de hacerlo

Con todo lo que vimos ayer, y con lo fuerte que están pisando los móviles de alta gama en cuestión de cámaras, nos quedamos con muchas ganas de ver de qué es capaz todo este nuevo ejército de procesadores, sensores y lentes que constituyen las cámaras de los nuevos iPhones. Sobre todo el más vitaminado, el iPhone X, que tiene el reto de que su cámara frontal saque los mejores retratos junto con el enfrentarse al TouchID en cuestión de comodidad, facilidad y efectividad de la identificación del usuario.

Veremos de qué son capaces los nuevos terminales de Apple en la práctica en cuestión de fotografía, sobre todo viendo cómo es la evolución más allá de lo que se nos dijo ayer y cómo quedan con respecto a todo lo que han ido presentando LG, Huawei y otros, con sus dobles cámaras y efectos (ya también bautizados como) retrato.

Imágenes | Apple
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