Todos los años hemos sonreído con la eterna promesa linuxera. 2016 —como los años anteriores— iba a ser el año de Linux en el escritorio. Y 2017, y 2018. La relevancia de Linux en otros segmentos como el móvil con Android es enorme, pero los ordenadores de sobremesa y portátiles se le han escapado siempre.
Eso podría haber cambiado y en 2019 quizás no deberíamos reírnos tanto: puede que las tradicionales distribuciones Linux no estén conquistando a muchos más usuarios, pero Linux sí está más en el escritorio que nunca: Microsoft ya lo integra en Windows 10, Google en sus Chromebooks e incluso Apple aprovecha las virtudes de los sistemas UNIX en macOS.
El escritorio ha escapado a Linux
Linux siempre ha tenido un papel muy secundario en cuanto a cuota de mercado en el escritorio, esto es, en PCs y portátiles. Microsoft lleva décadas dominando este segmento con Windows y suele contar con cuotas que superan el 85% a nivel global según los datos de NetApplications.
Apple cuenta con el segundo sistema operativo de escritorio más usado a nivel global: se acerca al 10% de cuota, mientras que Linux no suele pasar del 3% y otras alternativas como ChromeOS no llegan ni al 1%.
Esa presencia es muy distinta en otros ámbitos, por supuesto. Linux es pilar absoluto de Android, la plataforma móvil de Google, pero además es absoluto protagonista en el segmento de la supercomputación y los servidores que forman el tejido de internet.
Una conquista silenciosa
Sin embargo el papel de Linux en entornos de escritorio ha cambiado en los últimos tiempos. Las grandes empresas se han dado cuenta del potencial que tiene atraer el talento de desarrolladores que trabajan en el ámbito Linux y Open Source, y les han ofrecido soluciones para llevar sus flujos de trabajo a sus plataformas.
Microsoft lleva haciéndolo hace tiempo con Windows Subsystem for Linux (WSL), una opción que mejorará aún más en los próximos meses con la integración de un kernel Linux desarrollado por Microsoft y que habilitará por ejemplo el uso de contenedores vía Docker.
En Google no se han quedado atrás, y sus Chromebooks llevan años haciéndole un guiño a Linux. El soporte ha ido aumentando gradualmente, y en la reciente Google I/O la empresa ha anunciado que todos los Chromebook que se lancen a partir de este año estarán preparados para ejecutar distribuciones y aplicaciones Linux de serie.
En Apple ese soporte no es tan 'oficial', y de hecho la empresa se mantiene bastante más alejada del Open Source aunque mantiene algunos desarrollos interesantes en este ámbito.
No hay esa vocación por abrazar Linux que existe en Microsoft o Google, pero la relación con este sistema operativo sigue siendo notable si tenemos en cuenta que la base de macOS, su núcleo, se deriva del de Mach OS, que a su vez es una variación de los que se usa en los UNIX BSD. La terminal de macOS nos recuerda constantemente esa herencia, por ejemplo.
Linuxeros del mundo, reuníos
La intención de los movimientos de Microsoft o de Google es clara: atraer a esos desarrolladores y fans de Linux y el Open Source para que trabajen y disfruten con sus plataformas sabiendo que tendrán acceso tanto a las virtudes de ambas opciones.
El acercamiento parece estar funcionándole bien a Microsoft, cuya filosofía en los últimos tiempos —"si no puedes con tu enemigo..."— ha hecho que plataformas como Azure crezcan de forma notable.
En Google parecen querer potenciar también esa versatilidad de sus equipos y su sistema Chrome OS, y todo ello no hace más que beneficiar a los usuarios de Linux, que tienen más opciones que nunca para disfrutar de este sistema operativo (o al menos de muchas de sus opciones) sin renunciar a lo que pueden ofrecerles otras alternativas.
Eso claro, si es que no quieres pasarte a Linux de forma nativa: las razones, como decían nuestros compañeros de Genbeta, son las de siempre, pero un poco mejores. Si no te decides, tranquilo, porque esa integración de Linux en otras plataformas lo pone todo más fácil que nunca.