Mozilla ha querido darle la vuelta a la tortilla con Firefox 57, popularmente conocido como Firefox Quantum. La última versión de este navegador web Open Source representa un cambio importante tanto a nivel interno como a nivel externo.
Hay muchas buenas razones para cambiar a Firefox si no lo usábamos antes, y tras dos semanas usándolo a todas horas hemos podido comprobar cómo se comporta en distintas pruebas y, por supuesto, en la rutina diearia.
Los números solo son parte de la historia
Una de las promesas de Firefox es la contar con un nuevo motor de renderizado llamado Servo que aprovecha mejor los procesadores multinúcleo que son ahora convencionales en PCs de sobremesa y portátiles.
Eso se une a otras mejoras internas que teóricamente favorecen la eficiencia y rapidez en la carga de páginas en Firefox 57, y para tratar de evaluar ese comportamiento pusimos a prueba a los cuatro principales navegadores del momento: Firefox 57.0, Chrome 62.9.3202.94, Opera 49.0.2725.39 y Microsoft Edge 40.15063.674.0. Los navegadores no tenían extensiones, o las tenían desactivadas durante las pruebas.
Las pruebas fueron realizadas en un Dell XPS 13 (9343) con un Intel Core i5-5200U al que le acompañan 4 GB de RAM DDR3. El sistema operativo utilizado para las pruebas es Windows 10 actualizado con la reciente Fall Creators Update.
La primera de las pruebas la realizamos con Ares-6, con la que se evalúan distintas funciones JavaScript relativamente nuevas de las que podéis obtener más detalles aquí. En estas pruebas Opera fue el más rápido seguido de cerca por Chrome. Firefox 57 se comportó de forma errática y claramente peor, mientras que Microsoft Edge ni siquiera logró completar.
En la seguda de las pruebas ejecutamos JetStream, que trata de evaluar la capacidad de estos navegadores para ejecutar aplicaciones web avanzadas. Tenéis más información aquí, y una vez más Firefox no logró batir a sus contrincantes, siendo el último de una prueba en la que Microsoft Edge fue claramente superior al resto.
Otro test para evaluar el comportamiento del navegador es Speedometer, en el que se miden interacciones de usuario simuladas en aplicaciones web que sobre todo afectan a listas de tareas. Una vez más Firefox fue el último en rendimiento, mientras que Opera volvió a ser el mejor.
Sería fácil pensar que Octane 2.0, un benchmark desarrollado por Google, podría favorecer a Google Chrome, pero lo cierto es que aunque efectivamente Chrome se comportó mejor lo hizo por un escaso margen. El benchmark evalúa el rendimiento de la ejecución de distintas funciones JavaScript.
Otro apartado importante para poder analizar el comportamiento de estos navegadores fue el de su gestión de memoria y el consumo en Mbytes en distintas situaciones. Tradicionalmente Firefox tenía mucho margen de mejora en este ámbito, y en nuestras pruebas hemos podido ver cómo la situación ha mejorado, sobre todo cuando uno trabaja con muchas pestañas.
En nuestro análisis establecimos dos casos separados, uno con cuatro pestañas distintas en Chrome y Firefox (solo comparamos estos dos navegadores y otro con 25 pestañas. En el primer caso Chrome se comportaba algo mejor, pero era en el caso con más pestañas abiertas en el que la nueva arquitectura de Firefox 57 dejaba claro que se ha avanzado mucho en este terreno.
La experiencia de usuario, fantástica
Aunque los números en bruto no favorezcan a Firefox, hay que dejar claro que esas diferencias de rendimiento en las pruebas son difícilmente apreciables en la rutina diaria con el navegador.
De hecho las sensaciones con este navegador son excelentes desde el primer momento. Aunque las pruebas puedan dar otra impresión, tanto en el tiempo de lanzamiento del navegador como en la carga de páginas la fluidez fue destacable.
¿Se nota esa velocidad? Lo cierto es que es difícil apreciar cambios radicales cuando en nuestro día a día no "medimos" conscientemente la velocidad con la que se cargan los distintos sitios web que visitamos. Sin embargo la sensación general es la de que todo va fluido, que efectivamente incluso sitios web "pesados" muestran su información rápidamente.
Esas sensaciones son especialmente buenas cuando abrimos muchas pestañas. Firefox no se "atasca" y es posible cambiar de unas a otras con alegría, sin parones o conflictos. Aquí el trabajo de los ingenieros de Mozilla ha sido espectacular, e incluso es posible trabajar con sesiones con cientos de pestañas (no hemos probado tantas) concurrentes en el navegador sin demasiados problemas.
A esa fluidez se le suman esos pequeños detalles que hacen que Firefox sea muy grande. Está la opción de enviar la página que estamos leyendo a otro dispositivo directamente con el botón derecho del ratón, como también la que nos permite guardar esas páginas web a Pocket, el servicio que nos permitirá leerlas más tarde de forma cómoda.
La herramienta para capturar secciones del sitio web que estamos visitando también puede llegar muy útil —a pesar de no ser tan completa como la de Microsoft Edge, mucho más preparada si uno usa un tablet o convertible con stylus—, y otro de los elementos clave de las sesiones de navegación es el servicio Firefox Sync.
Esta opción nos permite ir almacenando contraseñas o marcadores/favoritos de nuestro navegador para que siempre los tengamos disponibles en otros ordenadores. Funciona de forma idéntica a como lo hace el servicio análogo de Chrome integrado en ese navegador de Google, y precisamente dar el salto de uno a otro da algo de pereza por tener Chrome ya configurado. Hacer el cambio e introducir esas contraseñas o configurar esos marcadores una vez lleva unos minutos (en Firefox nos ayudan a realizar la importación de marcadores, por ejemplo), cierto, pero el cambio, desde luego, merece la pena.
Un navegador a tu medida
Otro de los apartados en los que Firefox destaca sobre su principal competidor, Chrome, es en la capacidad de personalización que afecta tanto al aspecto visual como a las opciones internas.
En todo momento podremos acceder al menú de personalización para seleccionar qué iconos queremos mostrar, qué elementos de la interfaz o si queremos mantener el aspecto tradicional de Firefox con una barra de búsqueda separada de la barra de direcciones o unificarlo todo como el nuevo Firefox 57 permite.
Esas opciones van más allá gracias al tradicional fichero userChrome.css que sigue siendo un recurso mucho más potente para los usuarios avanzados del navegador. Hay un sitio web dedicado a este tema con información detallada sobre todo lo que se puede lograr, y a ese fichero se le suma un userContent.css que también permite modificar el contenido de páginas por defecto del navegador como la que se muestra al abrir una nueva pestaña.
El responsable de la extensión Classic Theme Restorer ha publicado por ejemplo una lista de cambios que se pueden hacer en estos ficheros para que el aspecto de las pestañas sea distinto, para que los botones también tengan otro formato o para cambiar tipografías y otros elementos visuales de las barras de herramientas, la barra de direcciones o el gestor de complementos. Las posibilidades son realmente variadas, y no hay nada parecido en Chrome.
Si eso no es suficiente, tenemos otro elemento más para personalizar el comportamiento interno y externo del navegador. El famoso about:config sigue presente en Firefox 57, y en él podemos acceder a distintas opciones de funcionamiento del navegador que de otro modo sería difícil cambiar.
Allí por ejemplo podremos desactivar ese comportamiento por defecto de Firefox de añadir un espacio al final siempre que seleccionas texto (layout.wordselect.eatspacetonext_word), y también desactivar la (molesta, al menos para algunos) reproducción automática de vídeos HTML5 cuando abrimos una nueva página en el navegador (media.autoplay.enabled).
Basta con buscar esas opciones y pinchar dos veces para cambiar el valor al que se ajuste a nuestras preferencias. Para buscar cuál es la opción adecuada siempre podremos acudir a la ayuda de Firefox y también a cualquier buscador de internet en el encontraremos respuesta a todas nuestras necesidades.
Extensiones, pasito a pasito
Uno de los cambios importantes que más afecta a los usuarios es el de las nuevas WebExtensions, que se acercan a la filosofía de las extensiones que ya se usaban en Chrome u Opera y que sustituyen a las tradicionales extensiones XUL. El salto a este modelo ha hecho que el catálogo disponible se haya reducido ya que muchas extensiones clásicas siguen sin estar disponibles en Firefox Quantum.
Las WebExtensions son más limitadas en cuanto a lo que pueden hacer, ya que las anteriores extensiones tenían acceso total al navegador, lo que implicaba que con las actualizaciones de Firefox podían surgir conflictos importantes. Las nuevas extensiones solo pueden acceder a ciertas opciones de Firefox, y eso hará que el navegador falle o se comporte de forma errática en menos ocasiones.
Ese cambio de modelo sigue haciendo que algunas extensiones tradicionales, y los propios responsables de Mozilla han puesto en marcha un sitio web para informar de si distintas extensiones están o no disponibles en Firefox Quantum/57. Por otro lado Los usuarios del navegador han creado una completa lista de extensiones tradicionales que han sido ya trasladadas al nuevo modelo de las WebExtensions o que están en proceso de hacerlo. Para las que no están funcionando, hay además alternativas que pueden ser interesantes para todo tipo de usuarios.
Compromiso con la privacidad
Otra de las grandes apuestas de Mozilla desde hace años es la de la protección de la privacidad de los usuarios, y aquí Firefox Quantum/57 también muestra sus bazas desde el primer momento.
Esas mejoras afectan a la adopción de un modelo de sandboxing similar en cierta forma al que Chrome usa desde hace años en Chrome. Estas "cajas de arena" permiten aislar cada pestaña del resto del navegador y el sistema, de forma que un potencial atacante tendrá más difícil poder escalar privilegios al resto del navegador o del sistem para poder tratar de controlar nuestro ordenador remotamente.
Como explicaba Gian-Carlo Pascutto ("Garf"), uno de los responsables del desarrollo de Firefox, incluso el propio proceso dedicado a renderizar las páginas web está bloqueado a la hora de tratar de acceder a buena parte de nuestro sistema de ficheros.
Este desarrollador explicaba por ejemplo en la versión de Firefox para Linux no es posible bloquear todos esos permisos de lectura porque Firefox hace uso de GTK, pero aún así es posible configurar el nivel de seguridad en la ya mencionada "about:config" con parámetros como "security.sandbox.content.level", que por ejemplo en el nivel 0 deshabilita por completo el sandboxing, mientras que el nivel 3 bloquea la mayoría de las llamadas al sistema de ficheros.
A estas medidas se le suman la protección contra rastreo del Modo Privado de Navegación, con la que el navegador bloquea contenido activo como anuncios, trackers de motores de estadística web, o botones sociales que podrían recolectar nuestra actividad sin que nos diésemos cuenta.
Todas esas mejoras se unen al hecho de que Mozilla no vive de la publicidad o de recolectar nuestros datos, aunque sí que se beneficia económicamente de las búsquedas que realizamos con el motor de Google, que es el predefinido en el navegador. Podremos cambiar a otro motor de búsqueda que nos resulte más apropiado en este caso (DuckDuckGo se ha convertido en referencia en temas de privacidad en búsquedas), lo que hará que nos sintamos aún más tranquilos respecto a esa constante recolección de datos que está volviéndose demasiado preocupante incluso para una empresa que vive de ello como Google.
Nuestras conclusiones son obvias: tras estos días usando Firefox Quantum/57 estamos encantados con su fluidez, su capacidad de personalización o su compromiso con la privacidad. Nunca Firefox fue tan buen navegador, y es una excelente oportunidad para probarlo —aquí tenéis el sitio web oficial de descarga—y comprobar si os convence tanto a vosotros como lo ha hecho en nuestro caso.
En Xataka | Estas son las cinco razones por las que he cambiado de Chrome al revolucionario Firefox Quantum de Mozilla