Existen miles de videojuegos de hace más de una década que las personas aún siguen disfrutando, y que en su momento adquirieron legítimamente. ¿Pero que sucede si el desarrollador del videojuego decide que es momento de cerrar el proyecto y apaga los servidores que dan vida al juego o simplemente la compañía cierra y el juego queda abandonado en el olvido? Bueno hasta ahora eso significaba la muerte segura del juego, y que muchos usuarios que habían pagado legítimamente por su juego se verían perjudicados e imposibilitados a hacer algo al respecto pues se podrían ver involucrados en una potencial demanda por violación de derechos de autor.
Las buenas noticias son que la EFF una organización que cada 2 a 3 años trabaja por lograr excepciones a las normas de protección de derechos de autor digitales, ha logrado nuevas excepciones que permitirán a los usuarios mantener vivos bajo circunstancias especiales, juegos que sus desarrolladores abandonen.
La primera de las excepciones obtenidas permitirá a museos y organizaciones similares que traten de mantener y preservar la historia de los videojuegos modificar los mismos de forma tal que puedan seguir funcionando para el publico de sus exposiciones sin poder ser acusados de violar los derechos de autor. Esto significa que el juego en cuestión no se modificará para uso del publico en general o para piratería sino únicamente para mantener su funcionalidad en la exposición.
La segunda y más importante excepción tiene que ver con los usuarios en general, a quienes se les va a permitir modificar legalmente juegos que hallan adquirido legalmente y que ya no puedan seguir jugando debido a que los servidores de autenticación requeridos por el juego ya no existen. La excepción sin embargo aclara que no se permitirá que estas modificaciones habiliten servidores para partidas de multiplayer o una distribución masiva del juego, sino únicamente la porción de single player que el juego posea, es decir para que el jugador individual pueda seguir disfrutando del juego por el que pago.
Parte de las excepciones que ya se habían obtenido por un plazo de 3 años y que fueron renovadas, incluyen el derecho que tienen los dueños de celulares y tablets o dispositivos electrónicos similares de hacer modificaciones a los mismos como por ejemplo obtener acceso de ROOT o Jailbreak para mantener su funcionalidad o hacer mejoras según su conveniencia.