Si había un ejemplo claro de la revolución planteada por Uber ese es Londres, ciudad que había acogido este servicio como la solución a sus problemas de movilidad. Su conquista fue total gracias al bendición de las autoridades de la ciudad, que permitieron que se convirtiera en un medio de transporte que podía competir sin problemas con sus asentados 'black cabs' y 'minicabs'.
En septiembre de 2017 Uber ya se encontró con problemas para operar en Londres, y ahora su consorcio de transporte público, el llamado Transport for London (TfL) ha denegado la renovación de la licencia a esta empresa.
Uber no cuida lo suficiente la seguridad de los pasajeros según TfL
Sus responsables indicaban que a pesar de los "cambios positivos y mejoras" que Uber ha hecho en su cultura, liderazgo y sistemas, el TfL "ha identificado un patrón de fallos de seguridadpor la empresa, incluyendo varias vulnerabilidades que han puesto la seguridad de los pasajeros en riesgo".
BOOM. Uber fuera de Londres, su mayor mercado en Europa. https://t.co/AXoDrQOkun
— Analía Plaza (@lalalalia) 25 de noviembre de 2019
Entre esos problemas de seguridad y privacidad mencionan el de sus sistemas, que permitían que conductores no autorizados subieran sus fotos a las cuentas de otros conductores de Uber. Eso permitía a esos conductores no autorizados recoger a pasajeros suplantando la identidad de otros conductores.
Para el TfL "eso significa que todos los viajes estuvieron en peligro y algunos trayectos tuvieron lugar con conductores sin licencia". Los problemas con las cuentas de conductores se extienden a la reapertura de cuentas de conductor para conductores que habían sido suspendidos o expulsados del servicio, "comprometiendo de nuevo la seguridad de los pasajeros".
El alcalde de Londres, Sadiq Khan, ha emitido un comunicado en el que indica que apoya la decisión del TfL. "Hay indudablemente sitio para empresas innovadoras en Londres[...], pero es esencial que las empresas cumplan las normas para mantener a sus clientes seguros". El alcalde admite que esta decisión "será poco popular con los usuarios de Uber, pero su seguridad es nuestra máxima preocupación".
Uber tiene 21 días para apelar esta decisión y tratar de demostrar que estos problemas están resueltos, pero una vez más estas empresas vuelven a enfrentarse a situaciones delicadas que por ejemplo han generado una tensa situación entre el sector del taxi y Uber y Cabify en España en los últimos años.