¿Hay un límite para la resistencia humana? ¿Hay un límite metabólico, un esfuerzo máximo que los humanos puedan soportar a largo plazo? Parece que sí. Un grupo de investigadores de la Universidad de Duke ha estudiado el gasto de energía de numerosas actividades físicas y han descubierto lo que parece ser ese límite. Y no, no es algo meramente mental o psicológico, que también: es pura fisiología.
Corre, Forest, corre
El estudio El 16 de enero de 2015, un grupo de atletas internacionales decidieron atravesar Estados Unidos corriendo para "inspirar a las nuevas generaciones". Durante 140 días, 12 corredores estuvieron realizando seis carreras a la semana para completar los 3080 kilómetros que hay entre la costa californiana y Washington DC. Fue en ese momento cuando los investigadores de Duke vieron una oportunidad.
El equipo midió el gasto calórico diario de los atletas de Race Across USA y lo compararon con otros escenarios de gran exigencia física como el Tour de Francia, los investigadores en la Antártida o el embarazo. La idea era estudiar cómo evolucionaba ese gasto en la mayor cantidad posible de situaciones que requieren gran esfuerzo físico.
Los resultados En efecto, los resultados fueron sorprendentes: aunque el gasto calórico empezara alto, rápidamente se quedaba en dos veces y media la tasa metabólica basal. Más allá de ese umbral, los investigadores encontraron que el cuerpo comienza a descomponer sus propios tejidos para compensar el déficit calórico.
¿Por qué? No está claro y, de hecho, todo esto está aún en disputa con investigadores que sostienen que el rendimiento humano está vinculado a la capacidad de regular la temperatura corporal. Sin embargo, el trabajo supone un espaldarazo a la teoría que lo relaciona con la capacidad del sistema digestivo para absorber calorías y nutrientes de los alimentos. Hay que seguir investigando, pero el estudio plantea líneas muy interesantes de trabajo para conseguir aumentar la resistencia.
La curiosidad Como he dicho antes, los investigadores estudiaron también a las embarazadas. No era un error. Es más, el trabajo concluye que el gasto energético máximo sostenible encontrado entre los atletas de resistencia es solo un poco más alto que las tasas metabólicas que las mujeres mantienen durante el embarazo.