La sonda-robot Philae de la misión Rosetta no pudo despertar. Tras el asombroso éxito de una misión que llevaba 10 años en curso el aterrizaje de la sonda en una zona demasiado sombría del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko la condenaba a un comprometido futuro.
Tras esa alegría inicial los responsables de la misión se dieron cuenta de que la vida útil de Philae sería mucho más corta de lo esperado. Esperaban que al acercarse al sol la sonda recibiese suficiente energía para lograr reactivarse, pero los últimos comandos enviados no han tenido respuesta. Philae se prepara para el sueño eterno.
El último adiós a Philae
El pasado mes de marzo se intentó la reconexión en diversas ocasiones sin éxito, y este domingo los responsables de la misión del Centro Aeroespacial Alemán en Colonia trataron de enviar una señal a Philae para que se girase y tratase así de salir de ese rincón en el que había aterrizado y al que no llegaba la luz del sol. La maniobra no funcionó.
Aunque el equipo de la misión tratará de enviar algunos comandos más, sus miembros reconocen que hay que ser realistas. "En algún momento tendremos que aceptar que no recibiremos señales de Philae nunca más". El equipo se lamenta por ejemplo de no haber podido recibir más datos que seguramente recolectó Philae. Ahora el cometa se alejará más y más del sol, lo que hará virtualmente imposible volver a recibir señales de la sonda.
Quizás, eso sí, quede una última despedida. En septiembre de este año Rosetta finalizará su misión y los responsables de la misión están preparando acercarla a una órbita muy cercana del cometa para llegar incluso a posarse en la superficie. En ese momento Rosetta podría capturar las últimas imágenes del lugar en el que aterrizó Philae, lo que nos ofrecería un vistazo final a la sonda-robot para darle ese último adiós.
Imagen | OSIRIS Image of the Day
Vía | New Scientist
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