La semana pasada Apple cumplió la promesa que había hecho en el mes de junio e hizo que Swift se convirtiera en un desarrollo Open Source. El lenguaje de programación planteaba así una alternativa interesante para un número aún más amplio de desarrolladores, y la empresa de Cupertino aprovechaba para sacar pecho.
La empresa actualizaba su sitio web incluyendo Swift como parte de sus desarrollos Open Source, y en ella aparecía un mensaje en el que afirmaban que Apple es "la primera gran empresa informática que hizo del desarrollo Open Source una parte clave de su estrategia software, que continúa haciéndolo y que libera cantidades significativas de software Open Source".
Verdades a medias
Esa frase ha desaparecido de la página web en la que había sido mostrada originalmente, quizás debido al tuit de un desarrollador español que indicó que la afirmación era incorrecta. Se puede ver esa página en esa versión gracias a Archive.org, pero actualmente la frase ha cambiado y en esa parte simplemente se indica que "El software Open Source está en el corazón de las plataformas y herramientas de desarrollo de Apple, y Apple continúa contribuyendo y liberando cantidades significativas de software Open Source".
Las diferencias entre ambas frases son notables, pero aún así es difícil rebatir la primera afirmación que Apple había hecho en esa versión original del mensaje, porque entre los grandes fabricantes y desarrolladores de soluciones software y hardware es difícil encontrar ejemplos relevantes que no se adelantaran a Apple en el aprovechamiento del Open Source.
La empresa se refiere, claro está, a Darwin, el corazón de su sistema operativo OS X, que a su vez se basa en el kernel Mach y en componentes de los sistemas operativos BSD, y que lleva años disponible como proyecto Open Source. En muchos sentidos es uno de los proyectos Open Source más oscuros que existen, ya que a pesar de estar disponible, apenas se ha visto que un proyecto derivado que aproveche Darwin (probad a buscar por "Darwin fork") salvo quizás ejemplos como PureDarwin, pero que nadie se engañe: no vais a tener un OS X "libre como en libertad de expresión" con todas las ventajas de OS X si instaláis Darwin o PureDarwin en vuestros equipos.
De hecho hay una circunstancia curiosa: la de que multitud de desarrolladores Open Source utilizan productos de Apple -sobre todo, MacBooks- para trabajar en sus proyectos. Una encuesta reciente realizada por parte de Eldarion lo confirmaba, y ella por ejemplo se indicaba que tres de cada cuatro contribuyentes a proyectos Open Source hacen uso de algún producto de Apple. Como decía Serdar Yegulalp, un editor de InfoWorld, "puede que se quejen de la experiencia o el coste, pero en la mayoría de los casos están a gusto usando algo que tiene en su base un sistema Unix".
Sea como fuere, la relación entre Apple y el Open Source es complicada y, como en el resto de los casos, es una relación basada en los intereses. La empresa es la principal responsable de WebKit, por ejemplo, pero en todo movimiento de Apple y cualquier empresa que aprovecha ese software el debate no está únicamente dirigido a si esas herramientas son valiosas -que seguramente lo sean- sino si lo son fuera de los jardines cerrados que crean las empresas con ellas. Por ejemplo, ¿es Swift válido para los desarrolladores Open Source fuera del ecosistema de Apple? Que sepamos, no.
IBM y Sun, las primeras en ver el potencial
IBM podría ser un ejemplo claro de esa estrategia. Aunque el gigante azul no tenía muy buena fama en los primeros años 80, su estrategia cambió radicalmente años después. La empresa dejó de ofrecer soluciones dirigidas al usuario final y fue deshaciéndose de sus divisiones de PCs y portátiles (los ThinkPad han quedado en muy buenas manos con Lenovo, desde luego), pero su conversión a gigante en el terreno de los servidores y los servicios hizo que hubiese un cambio radical en su estrategia.
El Open Source formó parte de esa estrategia desde muy pronto (PDF). IBM es desde entonces un bastión del Open Source en la empresa, y su base de conocimiento en el ámbito del Open Source es enorme y, sobre todo, excelente en calidad y profundidad, con algunos artículos técnicos realmente excepcionales.
La extinta Sun podría ser otro gran ejemplo de esa estrategia en la que el Open Source jugó un papel fundamental. Sun liberó StarOffice en 1991 y se convirtió muy pronto en el referente absoluto en materia de grandes proyectos bajo licencias FLOSS. MySQL o Java (que empezó siendo propietario) también se convirtieron en grandes desarrollos en ese sentido, pero tras la adquisición de Sun por parte de Oracle las cosas cambiaron en muchos ámbitos.
Intel, la gran desconocida
Si uno le echa un vistazo a la lista actual de las grandes empresas del sector de las tecnologías de la información tendrá que admitir que de todas ellas Apple fue la que primero aprovechó soluciones Open Source como parte de su estrategia básica. En esa lista aparecen además de Apple fabricantes como Samsung, Foxconn, HP, Amazon, Microsoft, Sony, Google, Panasonic, Dell, Intel, LG o Toshiba.
Es complicado rebatir a Apple esa afirmación original. Algunos de esos fabricantes tienen una relación escasa con el Open Source, y otros tienen una fuerte relación pero no son una "gran empresa informática" en el sentido que apunta Apple, el de los usuarios finales. Aquí yo destacaría a una de ellas: Intel, que desde hace años es una de las que contribuye con más recursos al desarrollo del kernel.
Salvo por el caso de Red Hat -modelo de éxito por antonomasia del software Open Source- y de la Linux Foundation, Intel es la empresa que más gente tiene trabajando y colaborando en el desarrollo del kernel Linux, algo que deja claro la presencia de esta empresa tanto en este como en otros proyectos Open Source. Hace años que la empresa puso en marcha su iniciativa 01.org (qué dominio más chulo, ¿no creéis?) en el que habla de todo tipo de proyectos Open Source, pero lo cierto es que Intel es una empresa sensiblemente distinta a Apple ya que en realidad colabora con ella -y otras muchas- en sus PCs y portátiles.
Amazon: coge todo, no da nada
La mayoría de empresas restantes como decía no tienen demasiado que decir en este ámbito, y su participación en proyectos o iniciativas Open Source es más bien escasa. HP y sobre todo Dell han comercializado equipos con Linux -aquí Ubuntu y Canonical han sido protagonistas absolutos-, pero casi todas ellas se han centrado en el hardware, dejando el software a otros grandes imperios de este segmento.
Amazon es un caso extraño: su uso de proyectos Open Source es enorme, pero sus contribuciones a estos proyectos son, como mínimo, discutibles. Un ex-empleado afirmaba que "Amazon no podría existir sin el Open Source" pero curiosamente la empresa no aporta demasiado en respuesta, y sus empleados ya explicaban en Quora hace años que dentro de la empresa estaba mal visto -por no decir prohibido- contribuir a proyectos Open Source. Si lo hacían, tendría que ser en su tiempo libre y firmando con sus direcciones de correo electrónico personales, algo que otros "amazonians" confirmaban en un debate en Hacker News hace menos de un año.
Como Amazonian, me dejó perplejo que un día les conté a mis compañeros que estaba desarrollando un widget javascript que planeaba liberar bajo licencia Open Source, y me advirtieron que prácticamente todo lo que desarrollara en mi portátil pertenecía a la compañía, de modo que necesitaba el permiso de mi jefe para publicar el código como Open Source cuando este proyecto no tenía nada que ver con mi trabajo.
Microsoft, y Google, un antes y un después
Hay otros dos claros referentes actuales en este panorama. El primero es, cómo no, Microsoft, que ha pasado de calificar a Linux como un cáncer -cuántas frases para el recuerdo nos dejó Ballmer- a convertir a este sistema operativo y al Open Source en pilar fundamental de su estrategia para empresas.
Su gran división de Cloud Computing, Azure, inició su andadura con una férrea defensa de sus sistemas operativos servidores, pero poco a poco tuvo que rendirse a la evidencia de que en este ámbito no tener en cuenta a Linux y al Open Source era un error, y hace poco de hecho anunció un gran acuerdo con Red Hat en este ámbito.
El segundo de esos grandes ejemplos es Google, una empresa que fue de las primeras en entender lo mucho que el Open Source podía ofrecer a sus propósitos. Algo lógico si tenemos en cuenta que Google necesitaba soluciones súper escalables que pudiera "toquetear" para pulir allí donde lo necesitara.
Sus grandes proyectos y servicios online han hecho uso extensivo de esta filosofía, pero todos ellos han quedado ensombrecidos por Android, la plataforma móvil cuyo corazón, AOSP, es un proyecto Open Source. Sin olvidar que Google contribuye a este segmento con todo tipo de proyectos y es sin duda la gran protagonista en este ámbito entre las grandes de la tecnología.
Todas presumen de contribuir al Open Source
Hay otros muchos ejemplos de gigantes de la tecnología que están aprovechando la filosofía y los proyectos Open Source en mayor o menor medida. Facebook es sin duda una de las grandes en este terreno, tanto a la hora de coger como de dar pero también lo es Twitter y prácticamente cualquier startup de las que aparecen a diario y que saben que hay muchas joyas en este ámbito que pueden servirles para construir su proyecto sobre tecnologías ya muy pulidas y asentadas.
Sin embargo para otras muchas la etiqueta Open Source es solo eso: una forma de quedar bien ante usuarios y ante los clientes sin que estos conozcan muy bien el alcance de esas contribuciones o del uso y aprovechamiento real del Open Source en esos productos.
A menudo las noticias en las que aparece que una gran empresa libera un proyecto al Open Source se quedan ahí, cuando en esa "liberación" suele haber letra pequeña con temas como el tipo de licencia elegida. Hay decenas de ellas, y por ejemplo Apple tiene su AML (una versión de la MIT License) y Microsoft también tiene su Ms-PL. Afortunadamente sitios como TL;DR Legal aclaran los requisitos y concesiones de cada una de ellas, pero como decimos suele haber flecos en esos grandilocuentes anuncios.
Así pues, lo de presumir de ser una empresa volcada en el Open Source es muy bonito, pero es muy fácil comprobar si esa implicación es tan notable como las empresas afirman. Basta comprobar qué proyectos comparten, con qué licencias, y si se publica el código fuente de forma clara y directa en repositorios como GitHub. Una cosa es sacar pecho y otra muy distinta poder demostrarlo, y en el segmento del Open Source hay que tener especial cuidado con lo que oímos de muchas de las grandes.
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