Sony cerró el círculo y por fin anunció, de forma oficial, la fecha de lanzamiento y el precio de la PlayStation 5. Y entre otros detalles, anunció también el aumento de precio de los juegos AAA, que pasarán a costar 80 dólares en sus versiones estándar, más allá de ediciones especiales y paquetes que incluyen material adicional en forma de monedas, skins o similares.
Este aumento de precio significa que los juegos alcanzan un nuevo récord y pasan a ser los más caros de la historia... si miramos los precios históricos sin ajustar por inflación. Si ajustamos esos precios a 2020, la historia empieza a cambiar y encontramos que esta nueva cifra supone el mayor desembolso de los últimos 25 años. Aunque en muchos casos, con precios muy cercanos, solo ligeramente inferiores. Y antes de la Nintendo 64, todos los juegos eran más caros que los de esta nueva generación.
Merece una mención especial el precio promedio de los videojuegos de la Neo-Geo, equivalentes a casi 400 dólares actuales (la consola salía a más de 1.300 dólares ajustados). Un delirio que todavía recuerdan los que la poseyeron en su lanzamiento, año 1990.
Para ver mejor la evolución de estos precios, y cómo quedan respecto a los 80 dólares anunciados para PlayStation 5, vamos a eliminar a la Neo-Geo por salirse completamente de la horquilla más habitual, de entre 70 y 180 dólares.
De esta forma es fácil apreciar que la tendencia es claramente bajista: el precio promedio de cada videojuego AAA de las principales consolas de la historia ha ido reduciéndose.
Además, si nos fijamos en el caso específico de las consolas de Sony, vemos otro detalle significativo: mantiene estable durante dos generaciones los precios de salida de cada juego, así que podemos esperar, si se cumple el guión, que los 80 dólares duren toda esta generación, y también la posterior. Es decir, que sigamos viendo el mismo precio durante los próximos 13-14 años, lo que durarán ambas generaciones.
La inflación en ese caso correrá a favor de los jugadores de PlayStation, ya que 80 dólares de 2030 o 2034 no tendrán el mismo valor que 80 dólares de 2020. Nuevamente, todo esto en caso de que PlayStation continúe con la misma estrategia que lleva aplicando desde su primera versión hace veinticinco años y contando con que el paradigma del juego en la nube y las suscripciones no se lleven por delante el modelo de negocio tradicional de venta de títulos.
Vamos con una última curiosidad: la proporción entre precio de la consola y precio del videojuego. La PlayStation 3 marcó el valor más bajo de todas las grandes consolas de la historia, 0,12. Es decir, con el precio de la consola se podían comprar más de 8 juegos (100 entre 12 es igual 8,333...).
En aquel modelo no fue tanto por bajos precios de los títulos como por lo costosa que era la consola. En el caso de PlayStation 5, este valor es casi idéntico al de PlayStation 4 (0,16 y 0,15 respectivamente), y en general, también ha bajado con el paso de las generaciones a nivel de toda la industria.
Si algo hemos aprendido en los últimos años es que los fabricantes apenas ganan dinero vendiendo sus consolas, ya que renuncian a ese beneficio para obtenerlo después mediante la venta de videojuegos y rebajar la barrera de entrada que supone el desembolso de una consola de cientos de dólares. El tradicional modelo de negocio de cebo y anzuelo.