Seguro que a más de uno le suena el protagonista o responsable de todo esto, se llama George Hotz - alguno lo recordará por Geohot - y fue el encargado de molestar a Sony y PlayStation 3 con sus trabajos de ingeniería inversa, también por conseguir desbloquear el iPhone, permitiendo utilizar diferentes operadoras en un teléfono que de fábrica no lo permitía. Terminó dejando todos estos juegos para ponerse a trabajar en tecnología para coches autónomos.
Trabajar tan en serio que estamos a punto de conocer su primer fruto real y comprable, que sale de la startup que creó para la ocasión, Comma.ai. Ha pasado un año desde que conocimos de sus labores y todo parece haber avanzado muy rápido para poder poner en el mercado a Comma One, un “kit” que convierte en “coches autónomos” a vehículos que no lo son.
Nos encontramos principalmente con una cajita verde que sustituye al retrovisor central del vehículo, nos cuenta que no hay que ser ingeniero para instalarlo. Aunque no se dan detalles concretos sobre tecnología y hardware, podemos resumir que la potencia de su sistema reside en la cámara y en los algoritmos de aprendizaje automático.
En su estreno el kit funciona únicamente con unos modelos Honda y Acura - misma marca - que ya llevan de por sí un sistema de asistencia para carriles y la tecnología necesaria para mover el coche. Comma One lo que hace es sumar la información que él recoge y la conjuga con los radares/lidar y cámaras que estos vehículos ya poseen.
Al final lo que nos encontramos es un sistema de asistencia en la conducción, muy parecido a lo que ofrece Tesla con su Autopilot, obviamente las calles no están preparadas para que coches autónomos marchen circulando a su antojo y riesgo. Hotz promete que se puede ir de Mountain View a San Francisco sin tocar nada, eso son unos 70 kilómetros en una autopista bastante concurrida.
El secreto en la cámara, el cerebro es Nvidia
Para el que tuviera dudas sobre el cerebro de proceso de Comma One, de nuevo es Nvidia la que se cuela en un coche que quiere ser inteligente. La potencia de proceso es muy necesaria en este sistema ya que el secreto o la diferencia con otros está en el trabajo de las cámaras: mientras la competencia real se apoya principalmente en radares y sistemas lidar, nosotros analizamos lo que ocurre ahí fuera con las imágenes de vídeo.
¿Cuánto cuesta todo esto? Pues Hotz lo va a ofrecer por 999 dólares, más un pago adicional de 24 dólares mensuales, por tener lo más importante del sistema al día, que es el software. Comma One será una realidad a finales de año, en Estados Unidos. Con el paso de los meses se irán anunciando más coches compatibles.
Una startup en un mundo de gigantes
En el negocio hay empresas mucho más grande que Comma.ai desarrollando la misma idea a diferentes niveles, no podemos obviar a Tesla, Google, Ford o Nvidia, los camiones de Otto, o la gente de Drive.ai. Por no hablar de las alianzas que buscan grandes fabricantes como BMW, que recientemente movió ficha junto a Intel y Mobileye.
Como era de esperar el sistema está acompañado de muchas críticas - desde los competidores Mobileye - o escepticismo, pero ellos van a comenzar a andar con los kits de forma bastante limitada. Hotz cree firmemente que presentar el producto como un añadido les dará su punto de atractivo: hay mucha gente ya tiene coches con la tecnología necesaria, y no tienen que esperar a un superproyecto de coche autónomo.
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