Royole Technologies, la empresa china que se especializa en el desarrollo de pantallas flexibles y que es considerada como la pionera en la fabricación de teléfonos inteligentes plegables, fue declarada en quiebra tras un fallo del Tribunal Popular Intermedio de Shenzhen.
Según revelaron medios como IT Home , Finance Sina y East Money, la sala consideró en un comunicado que la compañía no puede cubrir sus deudas debido a que sus activos son insuficientes.
Esta decisión marca el fin de una firma que una vez lideró la carrera tecnológica en el sector de los foldables y que en su mejor momento, en 2020, fue valorada en 6 mil millones de dólares y se posicionó en el puesto 12 de la lista China New Economy Unicorn 200.
Un pionero que no pudo sostenerse
Fundada en 2012 por el emprendedor Bill Liu, Royole Technologies destacó rápidamente por su innovación en pantallas flexibles y su principal hito fue el FlexPai, presentado en 2018 como el primer teléfono plegable comercial del mercado que se adelantó a gigantes como Samsung o Huawei.
Sin embargo, a pesar de su impacto inicial, la empresa no logró mantener un flujo de ingresos sostenido ni capturar el interés masivo de los consumidores frente a estos competidores mejor posicionados que continuaron la tendencia que se mantiene con dispositivos como el Samsung Galaxy Z Flip 6 o el Huawei Mate X3.
Además, Royole intentó salir a bolsa en el STAR Market de China, pero retiró su solicitud en 2021, una señal temprana de problemas financieros. Mientras que desde mayo de 2023, la compañía y dos de sus subsidiarias, Royole Display Technology y Royole Electronics Technology, enfrentaban procesos de liquidación por bancarrota.
Es por ello que el fallo reciente confirma la incapacidad de la tecnológica para cubrir sus obligaciones financieras y decreta su liquidación formal.
Impacto en la industria y legado
Aunque Royole no alcanzó el éxito comercial sostenido, su contribución al desarrollo de la tecnología de pantallas plegables es innegable.
Fue una de las primeras en demostrar las posibilidades de las pantallas flexibles, abriendo el camino para que otras compañías, como Samsung y Huawei, consolidaran esta tecnología en el mercado de consumo masivo.
Asimismo, la quiebra también refleja los desafíos que enfrentan los pioneros tecnológicos en un mercado competitivo y costoso. Innovar no siempre garantiza el éxito comercial, especialmente en un sector donde los grandes jugadores cuentan con mayores recursos para capitalizar las ideas iniciales.
Tras la liquidación de los activos de esta empresa, las patentes y tecnologías de pantallas flexibles podrían ser adquiridos por otras firmas, lo que permitiría preservar su legado tecnológico, aunque esto no es seguro.
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