El Sony SRS-XG300 es la más reciente apuesta de la compañía japonesa para capturar el mercado de altavoces para exteriores. Para exteriores quiere decir, en este caso, portátiles (más o menos, volveremos a eso), resistentes y a prueba de agua.
El que probamos es el más grande, más completo -y, sí, también el más caro- de los recientes lanzamientos de altavoces Bluetooth de Sony y claramente apunta a ser el alma de la fiesta, el rey de la piscina, y no necesariamente parte del kit que lleva usted en su mochila. Sencillamente, no tiene ni la forma ni el peso para esa clase de portabilidad.
Entonces, tras haberlo probado por varias semanas, valga decir, el SRS-XG300 está diseñado primero que todo y después de todo, para producir un sonido potente, capaz de llenar los espacios con graves profundos y agudos precisos.
Eso se logra en gran medida por su diseño cilíndrico, pensado para ser ubicado de costado. No tiene sentido poner este aparato en posición vertical, como sí ocurre, por ejemplo, con el Samsung R1 y similares.
Primero, porque, hombre, para algo están los topes de goma en la parte inferior. Pero, segundo, porque hay un radiador pasivo, o un altavoz pasivo o un auxiliar bass radiator en cada extremo.
Según el diccionario, un radiador pasivo de graves es un sistema de amplificación muy parecido a un altavoz común, pero desprovisto de bobina e imán. Aunque puede resultar limitante en ciertas condiciones, tiene la ventaja de no necesitar energía eléctrica para funcionar porque, después de todo, se trata simplemente de un cono y una suspensión.
Resistencia... y luces LED
Cada radiador está rodeado de luces LED de colores que pulsan al ritmo de su música. Es un efecto agradable, y se ve bien en las fotos, pero no es particularmente útil y, de hecho, en determinadas condiciones de luz ni siquiera es particularmente notable.
Mucho más significativa es la presencia dos woofers y dos tweeters en la parte delantera. Por lo mismo, como resultado de su forma y la disposición de sus componentes, este no es un producto omnidireccional y hace toda la diferencia del mundo en dónde está ubicado quien escucha.
Un aspecto interesante de este altavoz es su clasificación IP67, que quiere decir resistente al polvo y al agua. Ojo, water-resistant no es lo mismo que water-proof y si bien, en condiciones normales, con la tapa en su sitio y por poco tiempo, debería resistir un chapuzón accidental, no es en absoluto un aparato sumergible. Los controles están todos hechos de goma y los componentes eléctricos están en panel posterior que tiene un sistema de sellamiento para mantener el agua fuera.
La conectividad es Bluetooth 5.2, con opciones de alta calidad para dispositivos iOS y Android, aunque, por supuesto, alta calidad significa aquí alta calidad desde un celular. Al usar la aplicación Sony Music Center tienes control de la ecualización -de hecho, puedes hacer que la memorice según tus preferencias- y puedes vincular tus diferentes bibliotecas de transmisión de música en YouTube Music y Spotify, además, obviamente, de tus archivos locales.
El altavoz tiene un botón Mega Bass que hace exactamente lo que su nombre sugiere y que, en una sutil muestra de multitasking, Sony habilitó también para que, al mantenerlo presionado, encienda la configuración de "resistencia", que de hecho reduce la salida de graves, aparentemente para preservar la vida útil de la batería, que en nuestras pruebas resistió sin problemas un día de uso intenso.
Versátil y fácil de usar
Entonces, estamos sin duda ante un aparato conveniente, bonito, fácil de usar. Dado que el altavoz pesa poco más de 3 kg, no es un portátil en el sentido de que no se lo llevaría usted en una excursión, pero si hablamos de algo que se pueda mover con facilidad de una habitación a otra, o a un patio o piscina, pues este es, por diseño, perfecto para esa misión.
Por añadidura, es suficientemente potente para ser versátil. No es, ni tiene porque serlo, una barra de sonido, y a pesar de ello fue un complemento perfecto para una tarde de cine con proyector en la sala.
Lo mejor, en mi experiencia, fue la sencillez del proceso de conectarlo y desconectarlo y, sobre todo, la estabilidad de la conexión. Poder reproducir música desde el celular y que la señal se mantenga aún mientras me muevo de una habitación a otra, es de las mejores características del XG300.
Por alrededor de 950.000 pesos colombianos, no es un parlante barato, y necesariamente obliga a preguntarse primero qué es lo que desea hacer con él. Pero si se compara con equipos más caros, como algunos Bose, o más baratos, como los Kalley, puede que Sony haya encontrado un punto medio entre sonido potente, de buena calidad, y portabilidad -así sea portabilidad con un asterisco- si hay clientes dispuestos a pagar por ello.