No todo lo que estudia la NASA está más allá de la exosfera y un ejemplo de ello es una de las actuales misiones. Uno de los próximos cohetes que lanzará la agencia tendrá la misión de crear nubes artificiales durante su vuelo.
En esta ocasión no se trata de intentar crear lluvia de manera artificial como vimos hace unas semanas en el caso de China, sino de estudiar las auroras y su interacción con la ionosfera y las partes más altas de la atmósfera terrestre. Una misión para la que recurren a cohetes sonda, los cuales se usan desde hace cuarenta años para misiones de distancias menores para realizar mediciones y registros y suelen ser más económicas.
Así, ésta es una de las tres misiones con las que la NASA quiere explorar el entorno magnético de la Tierra y su impacto en las partes más altas de la atmósfera. Además de cómo la magnetosfera, los vientos solares y el propio Sol afectan a las auroras, lo que se quiere es obtener nueva información sobre la composición de la atmósfera.
Unas nubes para vientos y no para lluvias
En realidad se hará un lanzamiento simultáneo de dos cohetes Black Brant IX. Uno subirá hasta los 324 kilómetros mientras que el otro llegará aproximadamente a los 172 kilómetros, y éste último es el que se encargará de formar las nubes artificiales. De este modo conseguirán realizar una medición en vertical del interior de las auroras que no tiene precedentes, según comunica la NASA.
Las nubes artificiales se crearán con trimetil-aluminio (TMA), un compuesto que reacciona con el oxígeno obteniéndose óxido de aluminio, dióxido de carbono y vapor de agua. Un proceso que ocurre de manera natural en la atmósfera y que en este caso se realizará a una altura de entre 97 y 161 kilómetros con una duración aproximada de diez minutos.
¿Qué es lo que esperan ver con esto? Según predicen los científicos del centro Goddard en Greenbelt, Maryland, la respuesta de la ionosfera ante los campos eléctricos es un aumento de los vientos neutrales en el interior de un arco de aurora. Es decir, con estas nubes de TMA esperan registrar los vientos que se producen en el interior de las auroras.
Como fuegos artificiales, o ni eso
Además de ser un proceso que se produce de manera natural en la atmósfera, la agencia estadounidense garantiza que dada la altura del experimento no habrá consecuencias en la superficie ni ningún tipo de riesgo. Como dato tranquilizador apunta además que la cantidad de TMA que se usará "es mucho menor que la que se usa en los fuegos artificiales de un 4 de julio".
Esta misión tiene un total de cinco lanzamientos previstos y el primero fue en enero, estando previsto el lanzamiento de este próximo entre hoy mismo y el día 3 de marzo. La hora de este próximo lanzamiento dependerá de las condiciones climáticas y de la actividad de las auroras, y se podrá seguir en directo desde YouTube.
Imágenes | NASA/Brea Reeves, NASA/Jamie Adkins