Los agujeros negros son los "no agujeros" más famosos del universo. Son masas con tal campo gravitatorio que ni siquiera la luz escapa de su atracción, pero al parecer no todo en ellos tiene la fuerza que creíamos.
Las dosis de realidad por parte de la ciencia a veces sorprenden quitándonos un poco la ilusión o la expectación, y en este caso unos investigadores de la universidad de Florida han descubierto que el campo magnético de estos fenómenos astronómicos es más débil de lo que hasta ahora se consideraba. Aunque hace muchos años que los conocemos, los agujeros negros aún encierran muchas dudas tanto acerca de su origen como de su comportamiento, y tras este estudio se entienden algo mejor.
Nos habíamos pasado de listos 400 veces
La revelación ha llegado de la mano de un sistema binario de una estrella orbitando a un agujero negro de 62 kilómetros de ancho llamado V404 Cygni, a 8.000 años luz de la Tierra. Y la jarra de agua fría sobre las estimaciones previas ha sido, concretamente, haber medido un campo magnético unas 400 veces menor de lo que se creía.
Los hallazgos han sido publicados en la revista Science, donde explican que estudiaron la información recopilada durante un incremento en los chorros de plasma que el agujero experimentó durante 2015. Fenómeno que no ocurría desde 1989 y que se mide con la combinación de ondas de radio, infrarrojos, rayos x y óptica, en este caso gracias al Observatorio del Roque de los Muchachos (Canarias, España).
Unos agujeros que desprenden chorros de información
Los fenómenos astronómicos masivos suelen causarnos fascinación a quienes somos aficionados, pero el interés también se extiende a los científicos dado que como decíamos aún se conocen relativamente poco. De hecho, nos enteramos de los sucesos cuando han pasado incluso millones de años, como el "baile" de agujeros negros que nos traía la información de LIGO, hace más de 2.800 millones de años.
En este caso lo que se ha medido arroja un chorro (nunca mejor dicho) de información sobre cómo funciona el campo magnético de estos agujeros, como añaden en UF News. Esto abre una nueva ventana al estudio del comportamiento de la materia en las condiciones más extremas y a averiguar por qué los chorros de plasma pueden salir disparados a la velocidad de la luz de los campos magnéticos y no quedan atrapados como el resto de partículas.
También consideran que se podrá avanzar algo más en el estudio de la fisión nuclear e incluso los sistemas GPS. Los agujeros negros además están íntimamente relacionados con las ondas gravitacionales, como vimos también con los agujeros negros supermasivos, por lo que conocerlos mejor es saber más de ellas.
Imagen| NASA/CXC/M.Weiss En Xataka | Un paso más cerca de ver una colisión de dos agujeros negros como nunca habíamos soñado poder verla