En los días previos a un evento astronómico tan espectacular como un eclipse solar, es común que circulen una serie de rumores sobre posibles -reales e inventadas- consecuencias en nuestras vidas cotidianas. Uno de los más recurrentes, y a la vez más infundados, es la idea de que un eclipse puede interrumpir las comunicaciones celulares.
Vamos a ocuparnos de desmentir de inmediato esta creencia.
En primer lugar, es crucial entender que un eclipse solar ocurre cuando la Luna se interpone entre la Tierra y el Sol y proyecta su sombra sobre nuestro planeta. Parte de la superficie se oscurece temporalmente y, en el caso de los eclipses totales, el día se vuelve noche.
Pero por impresionante que sea, este fenómeno no tiene ningún impacto directo en las señales de telefonía móvil. Los sistemas de comunicación celular están diseñados para funcionar de manera estable y confiable, independientemente de los eventos astronómicos.
Las antenas y torres de telefonía móvil continúan operando durante un eclipse sin ninguna alteración significativa en su rendimiento.
Lo que sí puede ocurrir es que la demanda sobrecargue las redes. En eventos de gran magnitud, como conciertos masivos o festivales, o en este caso, cuando miles de personas llegan a una ciudad a ver el eclipse, puede generarse congestión en las redes celulares debido al aumento en la demanda de datos y llamadas.
Sin embargo, esto no tiene relación alguna con la ocurrencia de un eclipse solar.
Por tanto, no hay motivo para temer interrupciones en las llamadas, mensajes de texto o acceso a internet cuando ocurre un eclipse como el que se verá hoy en América del Norte. Desmitificar estas creencias infundadas es fundamental para evitar la propagación de información errónea y promover un entendimiento más preciso de los fenómenos naturales.