El pasado mes de octubre Dell anunció la renovación de su línea de portátiles XPS con nuevos modelos que sobre todo destacaban por la inclusión de nuevos procesadores de la familia Skylake de Intel y por las unidades SSD en formato M.2 PCIe.
Nosotros ya destacamos en aquel momento que otra de las novedades sorpresa en Dell era la integración de los puertos Thunderbolt 3 con conector USB-C, algo curioso teniendo en cuenta que hasta ahora solo Apple había apoyado ese estándar en el pasado. ¿Es importante esa novedad?
El auge, la caída y el resurgir de Thunderbolt
Es lo que se estaba debatiendo estos días en Reddit, donde los argumentos para esa inclusión estaban divididos. La interfaz Thunderbolt, originalmente conocida como Light Peak, fue desarrollada por Intel en colaboración con Apple, que fue la única que dio respaldo comercial realmente sólido a esta interfaz, a la que dio ese nombre por el que fue conocida a posteriori.
Sin embargo pasó algo curioso: tras el uso de Thunderbolt 1 y 2 en distintos equipos desde 2011 -con aquellos MacBook Pro en los que debutó esta tecnología- Apple parece no haber vuelto a apostar demasiado por ella, porque en su última hornada de productos no ha dado el salto a Thunderbolt 3 como algunos esperaban.
Lo cierto es que la inclusión de esta nueva versión podría beneficiarse del uso de los conectores USB-C que parecen destinados a convertirse en el nuevo estándar de facto de la industria, pero es imposible saber si eso logrará hacer que esta tecnología sea más popular o no.
¿Thunderbolt 3 + USB-C, combinación perfecta?
Las nuevas especificaciones del estándar USB también incluyen novedades interesantes, y aunque sigue habiendo diferencias -TB3 proporciona mayores velocidades de transferencia, hasta 40 Gbps- muchos fabricantes llevan tiempo apostando por esta tecnología en todos sus periféricos.
Aún así, como decía uno de los usuarios que participaba en el debate, diversos OEMs y fabricantes de placas base están aprovechando Thunderbolt 3 en sus productos como una opción más, y eso podría suponer que los responsables del diseño y fabricación de periféricos se lanzasen a ofrecer soluciones que sacaran partido de esas prestaciones.
No solo en materia de dispositivos de almacenamiento, que es el ejemplo clásico de soluciones que permiten que nos beneficiemos de esos anchos de banda, sino de nuevas opciones en un terreno que aportaría muchas ventajas a los portátiles: el de las tarjetas gráficas externas y los monitores.
Thunderbolt 3 promete
En una demostración en el pasado IDF 2015 se pudo comprobar cómo un prototipo de portátil diseñado por Intel y que usaba este tipo de interfaz podía dar mucho de sí. El equipo fabricado por la taiwanesa Inventec contaba contaba con dos de estos puertos.
En uno de ellos había conectada una unidad SSD ultrarrápida, mientras que en el otro habían conectado una caja con una gráfica externa (en concreto, una AMD Radeon R9 M385) que ofrecía la ayuda necesaria en juegos y benchmarks gráficos para demostrar que el concepto de portátil que se puede convertir en una potente máquina de videojuegos (o cualquier otra aplicación con uso intensivo de gráficos) tiene mucho sentido.
De hecho a esa opción se le suma el hecho de que esta interfaz también permite conectar por ejemplo dos monitores 4K sin problemas, y que desde luego sería lo suficientemente capaz para manejar el ancho de banda de los datos necesarios para aprovechar esas prometedoras pantallas 5K a 60 Hz que deberían hacerse más y más populares a lo largo de 2016 y que podrían utilizar un único cable TB3 gracias al soporte de DisplayPort 1.2 integrado. Las opciones son prometedoras, así que la apuesta de Dell parece, como mínimo, interesante. Veremos si 2016 nos da más sorpresas al respecto.
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