Tomará algún tiempo recuperarnos de la odisea emocional que fue el tercer episodio de The Last of Us, pero esta semana HBO nos pone, literalmente, de vuelta en el camino con su cuarto episodio, Please Hold My Hand.
Gracias a eso -y a la camioneta de Bill- Joel y Ellie avanzan en su road trip rumbo a Wyoming y avanzan también en la que sabemos es la inevitable evolución de su relación, de extraños a compañeros de viaje, a amigos y, eventualmente, a algo parecido a padre e hija. La mejor ilustración de este proceso inexorable es la letanía de chistes malos a los que se ve sometido el pobre Joel, como si el mundo no fuera lo suficientemente cruel.
La evolución de la relación del dúo también se ve reflejada en escenas como la que los muestra acampando, con Ellie descubriendo, para su decepción, que no es lo que llamaríamos una coffee person. Joel le dice que, a falta de esperanza, en el mundo en el que viven se sigue adelante por la familia, y aunque agrega que ella no lo es, poco a poco vemos que las cosas comienzan a cambiar.
La escena también nos advierte que, en muchas situaciones, el peligro principal no proviene de los infectados, sino de otras personas. Es un tema destinado a ser recurrente a lo largo de la temporada.
De vuelta en el camino, hay espacio para relajar el tono. Así como al final del episodio anterior lo vimos sonreír por primera vez desde los hechos terribles del episodio inicial, esta vez cuando Joel sorbe ruidosamente su termo para molestar aún más a Ellie, vemos una nueva pieza de la persona que es, que puede llegar a ser, gracias a ella. Antes de que el episodio termine, lo veremos, de hecho, reír.
El par llega por fin a Kansas City, en donde se ve forzado a tomar un desvío que marcará el destino de varias personas. Adiós, camioneta de Bill, casi no tuvimos tiempo de conocerte.
Esto ocurre porque quienes decidieron hacer de Joel y Ellie las víctimas de su emboscada no contaban con su determinación y habilidad para sobrevivir. En una situación de matar o morir, ambos saben bien qué es lo que harían… y ahora -como se nos recuerda desde la primera toma- Ellie tiene la pistola de Frank.
Ellie salva la vida de Joel, en circunstancias distintas a las del videojuego, pero la salva, y eso solo puede fortalecer su vínculo y la determinación de Joel tras la carta de Bill.
Una ciudad 'liberada'
El episodio 4 es más sobre la preparación de los arcos que siguen, que los tres anteriores. Ese tiempo extra se dedica a la construcción de nuevos personajes, comunidades, incluso. Los personajes se entrelazan y entran más en la trama, y en conversaciones de camino aprendemos un poco más acerca de personajes destinados a reaparecer, como Tommy.
Tomarse el tiempo para mostrar la progresión de la relación de Joel y Ellie es sin duda el punto más fuerte del episodio, pero los hechos de Kansas City nos llevan a conocer a Kathleen, el personaje de Melanie Lynskey, que es ciento por ciento creación de la serie y no aparece en absoluto en los videojuegos. Se trata, como en otras ocasiones, de un personaje complejo, que vive entre la aparente fragilidad de su apariencia y de su voz, y la frialdad con la que ejerce el control en la zona ‘recuperada’ por insurgentes.
Si antes The Last of Us nos mostró la crudeza de vivir en una ciudad bajo el yugo de FEDRA, esta vez nos muestra que la liberación por parte de la milicia no trajo libertad o humanidad. El episodio concluye con los dos personajes principales en el extremo incorrecto de un cañón, frente a nuevos personajes que podrían ser enemigos o aliados.
Probablemente Kansas City siga siendo el escenario por, al menos, otro episodio. Las cosas distan de estar resueltas y probablemente el episodio 5, del que ya se liberó un trailer, traerá renovadas dosis de acción... y de horror, si nos guiamos por ese ominoso hundimiento en el suelo. En un regalo que no esperábamos, HBO informó que el episodio podrá verse en streaming desde el viernes 10 de febrero.