El despliegue de redes 5G en Colombia cumplió, por fin, una promesa largamente aplazada de sucesivos gobiernos y, de paso, abrió un debate crucial sobre el desarrollo tecnológico y la equidad en la conectividad.
A pesar de que las ciudades principales disfrutaron con prontitud de redes 5G operativas, gracias a los esfuerzos de grandes operadores móviles como Claro, Movistar y Tigo, un informe reciente de la Cámara Colombiana de Informática y Telecomunicaciones (CCIT) ha puesto de relieve una disparidad significativa: muchas áreas rurales apenas alcanzan cobertura 4G, lo cual plantea serias dudas sobre la democratización efectiva de esta tecnología avanzada en todo el territorio nacional.
El informe, titulado Oportunidades y Desafíos para la masificación de 5G en Colombia, establece que, si bien Claro, Movistar, Tigo y otras compañías adquirieron porciones del espectro 5G mediante licitaciones, el desafío monumental para las redes de última generación es el mismo de siempre: la infraestructura.
Porque, por un lado, según muestra el informe, un 98,8 por ciento de las personas entre 16 y 64 años poseen algún tipo de teléfono móvil y 98,5 por ciento disponen de un smartphone, pero a pesar de eso persisten numerosos obstáculos como la adecuación de infraestructuras eléctricas, la obtención de equipos, las complejidades regulatorias y la seguridad de la información.
Particularmente preocupante es el descubrimiento de que en diversas zonas del país muchos Planes de Ordenamiento Territorial (POT) no contemplan siquiera la destinación de áreas para la instalación o actualización de antenas de cobertura móvil. En algunos caso, la energía disponible ni siquiera lo hace posible.
Además de los desafíos estructurales, existen barreras administrativas significativas que obstaculizan la implementación efectiva de soluciones tecnológicas basadas en 5G, exacerbadas por la falta de uniformidad en los procesos de aprobación a lo largo de los más de 1.100 municipios del país.
Esta fragmentación dificulta aún más el despliegue uniforme de infraestructuras de telecomunicaciones a nivel nacional y complica los esfuerzos por reducir la brecha digital entre las regiones urbanas y rurales.
Con estas consideraciones, los clientes de los principales operadores móviles en Colombia, como Claro, Movistar y Tigo, deben prepararse para una espera prolongada antes de que las promesas de redes 5G se materialicen en todos los rincones del país.
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