En la primavera de 1958, Rose Pamphyle conoce a Louis Échard y este se convierte, rápidamente, en su entrenador personal. En el siguiente año y medio, Pamphyle ganará todos y cada uno de los campeonatos de Calvados, la Baja Normandía y Francia. Finalmente, en los últimos meses de 59, se proclamará campeona del mundo en Nueva York.
Pamphyle no es futbolista, ni atleta, ni ajedrecista: es mecanografista. Y, aunque no es un caso real, sino el argumento de la película Populaire, refleja a la perfección un submundo que existió (y de qué manera) en las décadas centrales del siglo XX: el de los concursos de velocidad mecanográfica.
Barbara Blackburn, sin ir más lejos, fue capaz de estar 50 minutos escribiendo a la increíble velocidad de 150 palabras por minuto en 1985. La velocidad media en un teclado Querty de tamaño completo, para hacernos una idea, suele ser de 52. Pero, ¿Y con el móvil?
Los dedos más rápidos a este lado del Río Grande
La misma pregunta se la hicieron un grupo de investigadores de la Universidades de Aalto en Finlandia y Cambridge en Reino Unido. Para averiguarlo, reunieron a 37,000 voluntarios de más 160 países (aunque aproximadamente la mitad eran norteamericanos) y les sometieron a una prueba de velocidad y precisión con sus smartphones.
Como era de esperar, los resultados varían mucho según la técnica. Como han explicado en la MobileHCI 2019, una conferencia internacional sobre Interacción Humano-Computadora centrada en dispositivos móviles, los usuarios que escriben con un solo dedo alcanzaban, de media, las 29 ppm.
Sin embargo, los usuarios que dominaban la escritura con dos pulgares alcanzaban las 38 palabras. Esto es solo un 25% menos que las velocidades medias en Querty. No está mal, aunque, eso sí, hubo algunos que lograron escribir en sus teléfonos móviles a la friolera de 85 ppm.
Claves para escribir más rápido
En general, los investigadores han confirmado que la edad es un factor importante. Mientras los adolescentes superan la media de 40ppm, los mayores de 45 años se encuentran en torno a las 28 palabras por minuto. Esto, evidentemente, tiene mucho que ver con que los jóvenes son, en general, usuarios mucho más intensivos de los teclados móviles que sus contrapartes de mediana edad.
Hay más hallazgos interesantes: las conclusiones del estudio sugieren que el autocorrector aumentaba hasta 9 ppm la velocidad de escritura. En cambio, el teclado predictivo retrasa, de media, dos palabras por minuto. La explicación está relacionada con la atención: mientras el autocorrector, como bien sabemos, funciona sin que le prestemos mucha atención, la predicción nos exige elegir palabras y nos distrae.
En general, como señala Anna Feit, coautora del estudio e investigadora del ETH Zurich en Suiza, el consejo parece claro: "Si quieres ser rápido [escribiendo con el móvil], utiliza ambos pulgares y activa la autocorrección, aunque a veces pueda ser molesto". Y, sobre todo, "sigue usándolo" hasta que lo domines a la perfección. Eso nos daría 47 ppm de media. Que tiemble Querty.
Imagen | Robin Worrall