La gama media en móviles está más aguerrida que nunca con tanta marca y dispositivo, y parece que la estrategia de Xiaomi es fortalecer su marca Redmi con una buena hornada de modelos en lo que llevamos de año. Una representación de ello la tenemos en el análisis del Xiaomi Redmi Note 9 Pro, algo así como el hermano intermedio entre el Redmi Note 9 y el Redmi Note 9S.
Son fórmulas parecidas, en este caso llegando hasta los 6 GB de RAM y con cuatro cámaras traseras. Con un diseño con la simetría por bandera y un procesador de Qualcomm para una gama media competente en gaming, os contamos con detalle la experiencia con otro aspirante a móvil "BBB" de Xiaomi.
Ficha técnica del Xiaomi Redmi Note 9 Pro
Xiaomi Redmi Note 9 Pro |
|
---|---|
Pantalla |
6,67 pulgadas 60 Hz IPS LCD |
Procesador |
Snapdragon 720G |
RAM y almacenamiento |
4 GB RAM + 64 GB (+ microSD hasta 512 GB) |
Cámara frontal |
16 MP, f/2.48 |
Cámaras traseras |
Cuatro cámaras: |
Conectividad |
NFC, Bluetooth 5.0, USB-C, GPS (Galileo, Glonass, NavIC) |
Batería |
5.020 mAh |
Otros |
Jack de 3,5 mm, puerto IR, dual SIM |
Biometría |
Sensor de huellas lateral |
Dimensiones y peso |
165,75 x 76,68 x 8,8 mm |
Precio |
Diseño: la simetría como recurso diferencial
Uno de los aspectos que más curiosidad despertaba de su diseño y construcción al verlo presentado era ese gran módulo de cámaras, tan simétrico y centrado como notorio. Daba la impresión de sobresalir mucho y efectivamente lo hace, con casi 2 milímetros de protuberancia.
No es algo que moleste al agarre por su ubicación, lo cual parece clave para evitar el “efecto mecedora” que seguramente tendría de estar en un lateral. No lo vemos en este caso cuando lo manejamos estando apoyado en la mesa, salvo que nos vayamos a “buscarle las cosquillas” y toquemos muy en el borde lateral (algo que es más bien forzado).
Es lo más destacado de una trasera que tiene un acabado totalmente reflectante y metalizado, con el logo de la marca y algunos símbolos en la parte inferior. Eso sí, la trasera se ensucia con mucha facilidad y normalmente la veremos llena de huellas, aunque quizás compense esto en el sentido de que no resbala y no tendremos que añadir el grosor de una funda si el motivo a priori fuese éste.
Esto último es importante dado que es un móvil de lo que ahora es tamaño medio (y es sinónimo de ser grande), aunque han logrado contener el grosor a los lados, dando así la sensación de que es menos grueso. Es voluminoso aunque en la tónica habitual en la actualidad, de hecho en un volumen muy aproximado al del Realme 6 Pro han logrado meter una batería bastante mayor sin aumentar el peso (1 gramo para ser precisos).
Altura (milímetros) | Anchura (milímetros) | Grosor (milímetros) | Peso (gramos) | Pantalla (pulgadas) | Batería | Superficie (cm2) | Volumen (cc) | |
---|---|---|---|---|---|---|---|---|
Xiaomi Redmi Note 9 Pro | 165,8 | 76,7 | 8,8 | 209 | 6,67 | 5.020 | 127,16 | 111,91 |
Realme 6 Pro | 163,8 | 75,8 | 8,9 | 202 | 6,6 | 4.300 | 124,2 | 110,5 |
Nubia Red Magic 5G | 168,6 | 78 | 9,8 | 218 | 6,65 | 4.500 | 131,508 | 128,88 |
OnePlus 8 Pro | 165,3 | 74,35 | 8,5 | 199 | 6,78 | 4.510 | 122,9 | 104,47 |
Huawei P40 Pro | 158,2 | 72,6 | 8,95 | 209 | 6,58 | 4.200 | 114,85 | 102,79 |
Samsung Galaxy S20 Ultra | 166,9 | 76 | 8,8 | 220 | 6,9 | 5.000 | 126,84 | 111,62 |
iPhone 11 Pro Max | 158 | 77,8 | 8,1 | 226 | 6,5 | 3.969 | 122,92 | 99,57 |
Pixel 4 XL | 160,4 | 75,1 | 8,2 | 193 | 6,3 | 3.700 | 120,46 | 98,78 |
LG V60 ThinQ | 169,4 | 77,7 | 8,9 | 219 | 6,8 | 5.000 | 131,62 | 117,15 |
OPPO Reno 10x Zoom | 162 | 77,2 | 9,3 | 210 | 6,6 | 4.065 | 125,07 | 116,31 |
Sony Xperia 1 II | 165,1 | 71,1 | 7,6 | 181,4 | 6,5 | 4.000 | 117,39 | 89,21 |
Xiaomi Mi 10 Pro | 162,5 | 74,8 | 9 | 208 | 6,67 | 4.500 | 121,55 | 109,39 |
Se va pues a la liga del Samsung Galaxy S20 Ultra en cuanto a volumen y batería, aunque pensando algo menos. De hecho, es casi igual de grueso que su primo el Xiaomi Mi 10 Pro, pero la batería del Redmi Note 9 Pro es superior en capacidad.
Así, se trata de un móvil de agarre cómodo, sin que sea una sensación que diste de la de otros móviles grandes. No llega a cansar y dadas las dimensiones lo positivo es que no resbale.
El Redmi Note 9 Pro dispone de Corning Gorilla Glass 5 tanto en su trasera como para la parte frontal, teniendo los bordes de plástico. La construcción es buena y vemos que trasera y borde guardan totalmente la armonía estética aunque el tono y acabado de cada uno sea distinto (el borde es mate), conformando una caja para el frontal, que visto de perfil queda a modo de saliente.
En estos bordes vemos la bandeja de la SIM, sola en el lado izquierdo al estar los botones físicos de volumen y el lector de huellas en el lateral. Y en el borde inferior se disponen el altavoz, el USB tipo C y el jack de 3,5 milímetros, no del todo alineados en el centro del mismo.
La rejilla del auricular se encaja en el borde superior aprovechando la junta con la pantalla, viendo que además no hay notch, sino agujero para la cámara frontal. Posteriormente entraremos en el aprovechamiento de pantalla, pero por ahora podemos decir que es una única cámara y que el agujero queda centrado. All about simmetry (casi todo) en la estética de este Redmi.
Algo que supone una nota de distinción y al mismo tiempo de recuerdo es el LED de notificaciones instalado también en la rejilla del auricular. Veremos qué podemos hacer con él hablando del software, pero ha dejado de ser algo habitual en los smartphones y pese a ser algo tan visto durante años supone a la vez algo distinto.
Pantalla: la supervivencia de los IPS y los paneles planos
En la gama media actual vemos que se tiende a mantener el IPS en algunos casos, quizás por una cuestión de costes y/o consumo energético. Lo vimos en los Realme 6 y lo vemos también en este Redmi Note 9 Pro, con una pantalla IPS de 6,67 pulgadas y resolución FUllHD+ (de 1.080 x 2.400 píxeles).
Con esto logran una densidad de unos 399 píxeles, lo cual se traduce en una definición aceptable y acorde con las características del móvil. El brillo máximo es de 450 nits, con lo cual no hemos echado en falta más intensidad, aunque normalmente el ajuste de brillo automático queda demasiado alto (y podría corregirse para que mejorase el ahorro energético).
La pantalla viene algo fría y saturada de fábrica, pero lo podemos adaptar más o menos a nuestro gusto con los ajustes de pantalla, pudiendo rebajar la saturación al seleccionar un modo de color o bien el matiz del panel. También encontraremos opciones para que se muestre o no el agujero de la pantalla, tanto en general como para cada app.
En MIUI encontramos una serie de ajustes de pantalla en relación a la de bloqueo en otro correspondiente apartado. Ahí vemos que podremos activar opciones como el doble toque o el levantar para despertar la pantalla, así como configurar la suspensión automática y otros aspectos. Lo que no veremos es pantalla ambiente de ningún tipo, ya que se trata de una pantalla IPS.
El panel es correcto también en cuanto a contraste y ángulos de visión, sin que haya problemas de visualización en ninguna situación. Bien también en cuanto a la sensibilidad táctil, de hecho veremos que es algo que viene atendido por el software al hablar del Game Turbo. Ayuda también que sea una pantalla plana, con lo que suele reducirse la posibilidad de toques accidentales.
Hablando del aprovechamiento del frontal, en este caso vemos que la pantalla ocupa un 84,6% del mismo según GSMArena. No está mal para un móvil de la gama media actual, teniendo en cuenta que aunque los marcos laterales y superior son relativamente delgados y se tira de agujero para la cámara frontal tiene la habitual barbilla.
Hablando del agujero en pantalla, tiene más o menos un diámetro de 4,28 milímetros. Por su posición hace que la barra de herramientas ocupe unos 7 milímetros, con lo que el texto se “pierde” un poco en el espacio.
No parece algo muy lejano a lo que vimos en el Mi 10 Pro, aunque éste tenía el agujero a un lado. Es más o menos lo que vimos en el Realme 6 Pro o el Huawei P40 Pro y sus dobles agujeros, alejándose de lo que ha conseguido Samsung, que sigue con la incorporación menos invasiva y bien aprovechada de la perforación que hemos visto aquí.
Al final lo que importa es que no resulte molesto o interfiera en nuestra interacción interfaz-usuario y es el caso en este Redmi. Ajustemos o no a pantalla completa (y ocultemos o no el agujero) no hemos detectado ningún problema, tampoco en los juegos que ocupan todo el panel en horizontal.
Rendimiento: un hardware suficiente que no hemos podido disfrutar del todo
Este Redmi Note 9 Pro integra el Snapdragon 720G, un procesador centrado en suplir las necesidades de grandes sensores y pantallas de hasta 120 Hz de tasa de refresco, pero sobre todo en dar lo necesario para que los juegos tengan un buen desempeño. En este caso lo vemos con 6 GB de RAM como escuderos, al menos en el modelo que hemos probado aquí.
En general se aprecia un lag bastante presente, sobre todo cuando intentamos poner una tarea en segundo plano o al abrir otra. No es raro que notamos que "se arrastran", o que para minimizar alguna no nos haga caso en el primer toque al botón o al hacer el correspondiente gesto. De hecho, en apps de pantalla completa es bastante notable dado que ha de lidiar también con la orientación; esto es una especie de tormenta perfecta para el lag.
Nos llama la atención al ser algo que no vimos en el Realme 6 Pro, teniendo éste el mismo procesador aunque con 2 GB más de RAM. Puede que esa diferencia de hardware (y los 90 Hz que el Redmi tampoco tiene) favorezcan que haya menos fluidez, pero 6 GB de RAM siempre han sido suficientes para mover una capa de personalización y cualquier juego como hemos visto repetidas veces (estando asociado a procesadores suficientemente potentes como es el caso). De ahí que tanto por los síntomas como por otras experiencias parece que es el software el responsable de dar una experiencia algo peor, sobre todo si abrimos juegos como el ‘PUBG’, o incluso con el cambio de una tarea a otra si son “pesadas”.
De hecho, una vez los abrimos podemos jugar tanto al ‘PUBG’ como al ‘Real Racing 3’ y otros títulos con elevada exigencia gráfica sin que se cierren o sin que renqueen, es algo que se nota más en la carga previa y no tanto en la partida. Y en relación a la temperatura, notaremos que se calienta ligeramente, pero sin que suponga ningún problema.
En cuanto a los benchmarks, os mostramos los resultados obtenidos en las habituales pruebas de rendimiento comparándolo con móviles de especificaciones similares.
Xiaomi Redmi Note 9 Pro |
Realme 6 Pro |
Xiaomi Mi Note 10 |
Samsung Galaxy A70 |
Motorola One Vision |
Xiaomi Mi A2 |
Lenovo Z5S |
Huawei P Smart 2019 |
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---|---|---|---|---|---|---|---|---|
PROCESADOR |
Snapdragon 720G |
Snapdragon 720G |
Snapdragon 730G |
Snapdragon 675 |
Exynos 9609 |
Snapdragon 660 |
Snapdragon 710 |
Kirin 710 |
RAM |
6 GB |
8 GB |
6 GB |
6 GB |
4 GB |
4 GB |
3 GB |
4 GB |
ANTUTU |
275.823 |
279.533 |
253.660 |
170.567 |
136.111 |
127.610 |
130.026 |
130.026 |
GEEKBENCH |
568 / 1.771 (5.0) |
568 / 1.676 (5.0) |
539 / 1.715 (5.0) |
2.363 / 6.390 |
1.507/4.934 |
1.626 / 4.286 |
1.531 / 5.149 |
1.531 / 5.149 |
PC MARK WORK |
7.553 |
10.099 |
7.473 |
8.889 |
6.812 |
6.332 |
8.809 |
5.853 |
3DMARK (SLING SHOT) |
3.499 |
3.741 |
- |
1.766 |
2.030 |
1.910 |
- |
1.144 |
Software: donde el Redmi es menos Xiaomi que otros
En este Redmi Note 9 Pro el software va a cargo de Xiaomi sobre el sistema operativo de Google, viendo la versión de 11.01 de MIUI Global sobre Android 10. La estética pues viene definida por esta capa de personalización, con un estilo sencillo pero que disfraza todo lo que veríamos en Android stock.
En el pre-load del sistema encontraremos ya algunas opciones para ir personalizando el sistema y la interfaz, como elegir el buscador predeterminado, cambiar el tamaño de la fuente o el tema. Se nos instalarán automáticamente las utilidades del sistema y las apps de Google, así como algunas de terceros que podremos eliminar.
Curiosamente ahí nos viene Netflix, pero en este móvil seguimos experimentando la incompatibilidad que existe con algunos dispositivos Xiaomi y dicha app, teniendo que descargar una versión antigua de la misma si queremos verlo.
El menú de ajustes se ve claro y está ordenado estilo Xiaomi, con los datos del teléfono y el software antes que el resto de secciones habituales. Hemos visto ya en el apartado de pantalla que los de la misma se dividen en varias secciones, pero salvo la de “funciones especiales” el resto son bastante habituales y deductivas, y si no tenemos un buscador.
En cuanto a la pantalla de inicio, no encontramos una opción de que no haya únicamente escritorio y se separe un cajón de apps. Podremos elegir entre dos tamaños de cuadrícula y algunas otras opciones, como desactivar Google Discover (que viene activado de fábrica).
Lo que sigue estando bastante escondido son las opciones de navegación. Para ello hay que dar con “Reproducir a pantalla completa”, pudiendo ahí activar los gestos de navegación como alternativa a los botones tradicionales.
Entre las herramientas del sistema y de la capa encontramos el bienestar digital, sin alicientes y tal cual lo presenta Android. Una manera de ver en qué tareas empleamos nuestras horas de uso y también de establecer limitaciones, propias o relacionadas con el control parental.
En relación a la gestión de aplicaciones, encontraremos su apartado en los ajustes en el que podremos ver lo que ocupan, inhabilitarlas, etc., así como las aplicaciones duales (algo “tradicional” en MIUI). Pero tendremos que ir a los ajustes de pantalla para elegir el modo pantalla completa de cada una, así como para seleccionar el modo oscuro.
En los ajustes adicionales encontramos otros aspectos de la configuración como la navegación que antes os citábamos, poder activar el modo a una mano o la bola flotante, u opciones más atípicas como la limpieza del altavoz mediante un sonido. También lo que podemos configurar en relación al LED de notificaciones, que en realidad es poca cosa.
MIUI también tiene una herramienta para que se activen de manera automática ciertas configuraciones si jugamos, en este caso llamado Game Turbo. Lo encontramos dentro de las funciones especiales, aunque veremos que al instalar un juego éste se incluye automáticamente en este modo.
De manera automática nos mostrará la actividad de CPU y GPU, aunque lo interesante es todo lo que permite ajustar tanto en general para cada juego. Hay un modo de alto rendimiento con el que se optimiza la red y la respuesta táctil para favorecer al juego, y podemos establecer ajustes específicos para cada uno a nivel de respuesta táctil, sensibilidad a toques repetidos o seleccionar el área de reducción de la sensibilidad en las zonas donde suele haber toques accidentales con la base del pulgar.
También encontraremos la habitual suite de mantenimiento, que en este caso se distribuye en las apps Seguridad y Limpiador. Es una manera de que el propio sistema nos guíe a la hora de gestionar recursos del sistema como las memorias o la batería, normalmente facilitando el vaciado de tareas o de archivos prescindibles como cachés.
En general la capa es completa y si echamos en falta alguna función probablemente no será de las más genéricas o básicas, viendo que en los Redmi no están todos los ajustes que sí aparecen en los Mi (sobre todo en pantalla). Le falta alguna opción de personalización que sí es bastante habitual (al menos en capas de personalización), pero provee de muchas opciones y utilidades básicas, con un modo juego muy completo y su propia tienda de apps (que no podremos eliminar si no nos interesa).
Lo que notamos es que en este caso no va tan fluida como en otros Xiaomi (con mejor hardware o equivalente), por lo que quizás falte optimizarla algo mejor a esta configuración. Hace poco probamos el Realme 6 Pro, con este mismo procesador (aunque con 2 GB más de RAM), y no había lag ni arrastraba como aquí vemos en ocasiones, pareciendo que esté relacionado con el software.
Hay que comentar también que se mantiene la publicidad en los servicios propios, como dentro del instalador o en el limpiador, donde resulta aún más confusa. Es bastante invasiva en las apps donde aparece teniendo en cuenta que además es de terceros, aunque no la vemos en la pantalla de bloqueo o en los ajustes generales.
Biometría
En el Redmi Note 9 Pro encontramos los dos métodos de identificación biométricos por excelencia: el reconocimiento facial (sencillo) y el lector de huellas. En este caso se trata de un sensor en el lateral del teléfono, que hace las veces de botón de encendido/bloqueo.
Aunque como hemos dicho es un móvil grande, el sensor está bien ubicado para que no cueste demasiado alcanzarlo aunque tengamos las manos pequeñas. Funciona muy bien, es rápido y no demasiado exigente en cuanto a la superficie necesaria de la huella para la lectura.
En cuanto al reconocimiento facial, el registro es rapidísimo (no da tiempo ni a verse en el círculo) y nos da varias opciones en cuanto al desbloqueo, como elegir si queremos que se abra la pantalla de bloqueo o que ya vaya directamente al escritorio. No funciona en la oscuridad absoluta (con un fondo de pantalla negro) y sólo funcionará con la pantalla activada, pero si configuramos el activar pantalla al levantar normalmente no tendremos problemas, y además en condiciones de baja luz el sistema potencia un poco el brillo de la pantalla para que haya suficiente luz para que nos detecte el rostro.
Eso sí, aunque tolera bien los contraluces veremos que con gafas de sol no nos reconoce, sí con gafas de vista. No hay tampoco opción de configurar una aspecto alternativo como sí ofrecen otros sistemas, como One UI.
Cámaras: opciones y lentes para casi todos los gustos
Protagonistas en la espalda de este móvil, las cámaras traseras de este nuevo Redmi 9 Pro son las siguientes:
- Sensor de 64 megapíxeles (1/1,72 pulgadas, píxeles de 0,8 μm o de 1,6μm agrupándose con pixel-binning) con lente 6P con apertura f/1.89 y AF.
- Sensor de 8 megapíxeles (píxeles de 1,12 μm) con lente 5P ultra gran angular con apertura f/2.2 y campo de 119 grados.
- Sensor de 5 megapíxeles con lente macro (2 cm - 10 cm).
- Sensor de 2 megapíxeles para el análisis de profundidad.
Así, se opta por la combinación de cuatro cámaras que incluye una lente macro y una para la profundidad prescindiendo de teleobjetivos y estabilización óptica, algo que estamos viendo en muchos móviles de gama media actuales. Por su parte, la cámara frontal integra un sensor de 16 megapíxeles (píxeles de 1 μm) con una lente con apertura f/2.48, disponiendo de reconocimiento facial mediado por inteligencia artificial.
App de cámara
La app de Xiaomi es una vieja conocida, pero manteniendo sus bases se ha ido adaptando a los cambios que se han ido añadiendo a nivel de hardware y software. En este caso vemos pestañas para los modos habituales a los que la marca añade el de vídeo corto y uno para los 64 megapíxeles del objetivo principal, como llevamos tiempo viendo.
No hay pestaña "Más", por lo que quizás el modo Macro nos puede parecer algo escondido en un principio. Está en el cajón de opciones en el que encontramos los ajustes y otras funciones con acceso rápido, no siendo demasiado intuitivo pero tampoco rebuscado en exceso.
Es muy interesante la aproximación del fabricante de cara a que los usuarios lleven el timón de sus fotografías: no sólo el HDR puede ser manual, también la ayuda derivada de la AI (en apariencia), los 64 megapíxeles y la elección del objetivo en el modo Pro. Y como solemos comentar, muy útil el peaking para el enfoque, el cual también encontramos en el modo Pro.
El modo de vídeo también tiene opción manual y permite ajustar aspectos como el enfoque o la velocidad de obturación. En general destaca todo este potencial para el control manual si el usuario lo desea, y si no están los automáticos, viendo que el modo noche y el retrato son enteramente automáticos.
Eso sí, la app sigue yendo algo lenta. Es un problema que se arrastra desde hace tiempo y que se nota especialmente al ajustar aspectos como el HDR o los que encontramos con acceso rápido.
El modo retrato además sigue siendo muy exigente y poco claro en cuanto a la distancia necesaria con el ítem, pero al menos no exige que sean seres humanos. Veremos que el modo noche además sólo actúa con la cámara principal.
Cabe destacar que en la interfaz para vídeo podremos cambiar de una lente a otra sólo antes de empezar la grabación. Aunque se agradece eso sí que haya un acceso directo al cambio de calidad en la misma pantalla y sin tener que ir a los ajustes, ya que como veremos a continuación la calidad de la toma dependerá mucho de la resolución que elijamos.
Cámaras traseras
En general vemos un rendimiento estándar, cumpliendo mínimos pero sin milagros. Notaremos que en general los colores quedan algo apagados, aunque la solución, como veremos más adelante, el botón de la AI no será la mejor solución.
Va algo justo de rango dinámico, es quizás de los aspectos que más margen de mejora tiene junto al detalle en exteriores con baja luz o de noche. Aunque hablando de la lente principal trabaja bien los contraluces con el HDR activado y, como también mostraremos más adelante, hay un buen desempeño del modo retrato.
Si queremos tener una imagen más grande (9.280 x 6.944 píxeles respecto a los 4.640 x 3.472 píxeles de una foto a 16 megapíxeles) podemos irnos a la pestaña de disparo de 64 megapíxeles o al modo Pro y seleccionarlo (especialmente si queremos el archivo RAW). No compensa si no vamos a imprimir o a querer recortes más grandes sin perder detalle, dado que apenas hay cambios al ampliar.
El HDR va a ser una gran ayuda, con eso que comentábamos de que el procesado automático no anda muy sobrado de rango dinámico. De hecho, veremos que en fotografías con un cielo de fondo (y especialmente con el gran angular) saldrá el cielo quemado y un abanico de tonos mucho menor en el disparo en automático.
Nos la puede jugar en días nublados, al perder algo más de información de las sombras de la que debería, aunque sí vemos que el rango dinámico es algo mayor que en el disparo en automático y cuando hay menos contornos y tonos sí favorece. Pero eso sí, el combo con el botón AI puede lanzar a perder el disparo.
El gran angular es quizás la cámara que más sufre en las condiciones de luz más exigentes, viendo que el balance de blancos podrá experimentar variaciones respecto al objetivo principal. En general vemos demasiado contraste y una pérdida acusada de la nitidez, si bien la distorsión por la curva está bien corregida y no vemos exageraciones en los bordes.
El gran angular de noche es quizás uno de los puntos más flacos de la fotografía del Redmi Note 9 Pro. Directamente nos saca óleos si la iluminación es media, así que mejor prescindir de él en esta situación.
Hablando del disparo nocturno en general y con la lente estándar, la cantidad de ruido y grano hace que no haya demasiada definición. Mejor no recurrir al disparo de 64 megapíxeles, dado que quizás por ser más lento normalmente nos da imágenes aún más diluidas.
El modo noche es de los sencillos, sin suponer una larga exposición al uso, y en algunos casos resulta muy similar al uso del automático. Además, si la iluminación es suficiente creará una foto sobreexpuesta al aumentar demasiado la ISO sin que sea mejor que la estándar.
Hablando del disparo macro, que vemos como opción en muchos de los fabricantes, logramos disparar a la mínima distancia del objeto sin que se desenfoque. Eso sí, son ópticas que necesitan mayor aporte de luz para rendir bien y en interiores o de noche veremos bastante ruido, pero en condiciones favorables se obtienen buenas fotos.
El modo retrato ha mejorado con respecto a sus predecesores y es algo menos exigente a la hora de activarse. Sorprende cómo el recorte respeta elementos bastante complicados como espinas, aunque al final el desenfoque pueda ser bastante plano. Podemos reducirlo para que quede más natural, además.
En cuanto a la asistencia de la AI, vemos que se activa el reconocimiento de escenas y que podrá sugerir o aplicar ediciones en función de ello. No supone una ventaja clara con respecto al disparo en automático, hablando especialmente de casos en los que abundan los tonos vivos y se aplica una sobresaturación que lejos de mejorar la imagen hace que pierda calidad.
Cámara frontal
Con la cámara subjetiva vemos resultados algo inconstantes, pero al final da fotografías más o menos aceptables en todos los entornos. Con iluminación que no resulta tan favorable, como una penumbra de día o algún contraste podremos ver que el fondo se desvirtúa bastante y que el rango dinámico se echa en falta si no activamos el HDR, pero con la luz a favor salva bastante bien el detalle y no vemos exceso de contrastes.
Así, si tenemos dudas podemos activar el HDR y así evitar que en la instantánea se pierda el cielo o el fondo que sea por quemarse. Esto no supondrá ninguna exageración con los contornos y las sobras en el primer plano, así que normalmente se porta bien.
El modo retrato tiene un recorte bueno incluso en contraluces, toreando bien el pelo y esos enemigos más habituales sobre todo cuando es un modo retrato por software como es el caso. No nos ha llegado a fallar y resuelve bastante bien, sin que se pierda detalle en el primer plano.
De noche veremos que el resultado es algo peor, aunque casi más por la lentitud del disparo que por la calidad que suele dejar el disparo, ya que es la que se espera en una cámara frontal de un móvil de esta gama. Más ruido y menos definición, especialmente si falla la luz, pero incluso en este caso funciona el modo retrato.
Vídeo
Al contrario de lo que veíamos en general en fotografía, en los vídeos vemos que la sobresaturación es una constante en exteriores con luz abundante, ya sea en 4K o en 1080p. Tomas con los colores demasiado exagerados, así como un viraje descompensado del tono al magenta en consecuencia quizás de un balance de blancos que tampoco se ajusta bien del todo en estas situaciones.
Vemos que se echa en falta algo de estabilización hablando de la cámara principal en las tomas en 4K. Por el contrario, a 1080p e incluso recurriendo al gran angular vemos vídeos bastante estables teniendo en cuenta que es todo electrónico y no hay OIS.
Curiosamente, nos deja hacer vídeos con la cámara macro, aunque será un uso bastante puntual seguramente. En todo caso, nos va a permitir acercarnos al máximo a lo que estemos grabando sin tomas desenfocadas y con buen detalle, aunque muy bajas en rango dinámico y saturación.
De noche veremos que la estabilización a 1080p se conserva aunque algo menos, con menos control de los temblores que habitualmente se dan al grabar mientras se camina. Más detalle en las de 4K, pero igualmente vemos tomas demasiado magenta según la iluminación.
En cuanto al vídeo con la cámara frontal, la imagen tiene un nivel de nitidez correcto hablando de 1080p, viendo que al contrario de lo que ocurría con la trasera principal les falta algo de viveza a los colores. También son tomas bastante estables y fluidas, sin apreciar temblores o desestabilización en los cambios de plano.
De noche veremos que hay algo de ruido y las tomas son bastante menos definidas, pero nada fuera de lo esperado. El balance de blancos es correcto y la toma de audio también.
Autonomía: los números cumplen la expectativa
Uno de los fuertes que se destacaron en la presentación del móvil fue su batería, al albergar una de 5.020 mAh. Es una capacidad que excede lo más habitual, aunque cada vez vayamos viendo más móviles que se acercan o rebasan los 5.000 mAh como este en parte gracias a sus grandes dimensiones.
Pero, como solemos decir, no todo son miliamperios por hora y hay que tener otros factores en cuenta. Aunque por precedentes como el Xiaomi Mi Note 10 podíamos esperar que en este aspecto no quedase mal.
En este caso no es raro que haciendo un uso poco exigente una carga como nos dure hasta dos días, logando al menos llegar a las 18 horas cuando sí hacemos un uso más intensivo. Así, como la de sus hermanos mellizos, la autonomía de este Redmi Note 9 también es un punto destacable y quizás el de más potencial.
Dado que en el ejemplar que hemos probado no disponía del cargador de serie, no hemos podido comprobar qué tal va la carga rápida con él. Al menos probando con el de 30W del Realme X3 SuperZoom tarda unas dos horas y media, lo cual no es lo esperado viendo los tiempos del Xiaomi Redmi Note 9S con el de 22,5W, así que habrá que ver si más adelante podemos volver a probar este aspecto.
Sonido: apostando por la personalización según el tipo de auriculares
El desempeño del audio mediante el altavoz externo está dentro de lo esperado, siendo relativamente claro y estando bien compensado. Le vendría bien potenciar algo más los graves y sobre todo tener más rango dinámico, pero aún así se porta bien.
A volumen máximo da unos 106 decibelios a la salida del altavoz, lo cual queda en unos 76 dB ambientales, lo cual es más que suficiente para ambientar bien una estancia. De hecho, destaca el hecho de que no haya una pérdida de calidad notable cuando lo ponemos a volúmenes tan altos, si bien por audición en general es más agradable dejarlo como mucho al 85 o 90% (unos 71 dB).
Hablando de los auriculares, hemos probado tanto inalámbricos como con cable y la calidad se mantiene, mejorando de manera indirecta por el aislamiento que proporcionan. Aunque podemos notar diferencias con respecto al altavoz a nivel de graves, sobre todo si activamos el potenciador de Mi Sound dentro de los ajustes de sonido.
Veremos que como siempre en los móviles de Xiaomi hay opciones para auriculares Mi, pero podemos dejarlo en alguna de las configuraciones estándar o bien probar si para un modelo de otra marca hay alguno similar y el ajuste nos encaja. En nuestro caso, probando con unos auriculares supraurales de Corsair, obteníamos mejor calidad seleccionando los Mi Headphones.
Xiaomi Redmi Note 9 Pro, la opinión de Xataka
La gama Redmi es una de las más fuertes en cuanto a ser candidata a batir en ventas de esta marca de móviles. Esta vez da la sensación de que aunque las opciones se multiplican con hasta tres Note 9 la esencia es la misma y poco cambia entre uno y otro.
Hablando del Pro, su apellido lo designa como el superior de los tres, el hermano mayor, el que ha de captar la atención de quien quiere lo más de los Redmi Note de este año. Pero lo que el usuario se llevará es algo muy parecido a lo que se experimenta en el Note 9S, quizás con algo más de potencia y con fotografías que pueden ser más grandes.
En general es un móvil de gama media correcto, algo llamativo en aspecto y eso sí, una power bank hecha móvil como los otros dos Redmi Note y sus grandes baterías. Y la experiencia es bastante acorde a la esperada por precio y prestaciones teniendo una buena relación calidad-precio, pero falta mucho por pulir a nivel de software; en esto sí que no recuerda para nada a otros Xiaomi.
8.2
A favor
- Horas y horas de autonomía. Claramente es lo mejor de este móvil.
- Es grande, pero está bien construido y no resbala apenas.
- El lector de huellas funciona muy bien así como el reconocimiento facial, ambos rápidos y correctos.
En contra
- Algo pasa con la versión para estos Redmi de MIUI: echamos en falta funciones y fluidez y nos sobra publicidad.
- La opción fotográfica es nutrida pero no tanto la calidad final: no parece estar del todo a la altura de rivales similares.
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