¿Dónde está el equilibrio entre mantener la esencia y evolucionar? ¿Tiene un alto precio lo genuino? Puede que Sony se cuestionase esto al idear su última hornada de móviles, pero quien seguro que se lo ha preguntado somos nosotros en el análisis del Sony Xperia XZ1.
El terminal acaba de salir del huevo acompañando al Xperia XZ1 Compact, la línea con una diagonal casi en peligro de extinción, para ser un hermano mediano entre éste y el Xperia XZ Premium. Dice el tópico que el mediano es el hermano que pasa más desapercibido, pero ¿ocurre esto con el nuevo Xperia y su captura 3D? Lo vemos en detalle.
Sony Xperia XZ1, especificaciones técnicas
Sony Xperia XZ1 |
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Pantalla |
IPS de 5,2 pulgadas FullHD con Gorilla Glass 5 Resolución 1.920 x 1.080 píxeles (uno 424 pop), HDR |
Procesador |
Snapdragon 835 |
Núcleos |
4 x 2.35 GHz Kryo y 4 x 1.9 GHz Kryo |
RAM | 4GB |
Almacenamiento | 64GB + micro SD de hasta 256GB |
Software | Android 8.0 Oreo + capa de personalización |
Cámara trasera | Sensor de 19 megapíxeles de 1/2,3 pulgadas enfoque predictivo, vídeo 960 fps, 4K Cámara frontal: 13MP 1/3.06" |
Cámara frontal | Sensor 13 megapíxeles de 1/3,06 pulgadas |
Conectividad | Wifi 802.11 a/b/g/n/ac, LTE Cat. 16, Bluetooth 5.0 Sensor de huellas, USB 3.1 tipo-C, NFC |
Batería | 2.700 mAh, Quick Charge 3.0 |
Dimensiones y peso | 148 x 73 x 7,4 milímetros, 156 gramos |
Otros | NanoSIM, microSD, Hi-Res Audio, certificación IP65/68, 3D Creator |
Precio | Disponible para reservar por 699 euros |
Sony Xperia XZ1, review en vídeo
Diseño: lo poco gusta, lo mucho... Xperia
Estoicamente conservadora, Sony no nos deja opción para la sorpresa o para tener un déjà vu porque no ha salido de lo clásico, de lo genuino. El XZ1 abandera de nuevo el diseño puramente rectangular, con pantalla y trasera planas, una pantalla que se pierde en el frontal y los bordes en este caso curvos, la parte que puede que sea la que más variabilidad haya experimentado en los teléfonos del gigante nipón.
Con altavoces frontales y el logotipo abanderado la parte superior junto a la cámara subjetiva, el XZ1 guarda la simetría horizontal y verticalmente en lo que se refiere a frontal y también en estos bordes, que en el caso de los laterales dibujan un semicírculo perfecto uniendo las dos caras y también una ligera curvatura en el del superior y el inferior, siendo éstos dos tapas de plástico.
Esta simetría frontal incluye un despilfarro de centímetros bajo una capa de cristal pobremente protagonizado por la pantalla, que ocupa un 68,6% del frontal siendo un tope de gama en 2017. Viendo tanto éste como otros smartphones de este año del fabricante junto con algunos de la competencia, sobran las palabras.
Dejando a un lado el determinismo sonyano, el cual por otra parte no debe tampoco sorprender dadas las convicciones corporativas que recordamos en las primeras impresiones del XZ1 y XZ1 Compact, se trata de un terminal muy bien acabado, en un metal que no resbala y que integra logo y bandas de manera discretísima y elegante en la parte trasera. Discreto también el ligero saliente de la cámara principal, no nos da ese miedo que algunas protuberancias o jorobas dan al apoyarlo en una superficie.
De hecho es un terminal cómodo: no pesa y no resulta demasiado grande pese a la escasa labor en compactación, en parte por tener un grosor adecuado y por los bordes curvos. Comodidad relativa con el sensor de huellas, dado que la ubicación depende de gustos y usos, pero en nuestra opinión el lateral es buena opción sobre todo si el lector actúa tan bien como éste (con lecturas válidas aunque el dedo pose de manera lateral o con poca superficie) y tan bien integrado.
Algo que es relativo al uso pero que también afecta al diseño es la resistencia al agua. Hablamos de la certificación IP65/68 para polvo y agua, la cual se materializa en las tapas que también han sido seña de identidad de la marca (una en este caso). Estéticamente no afecta estando cerrada, pero colocar la SIM y/o la SD sí nos dará ése déjà vu tan indeseado como innecesario, viendo que otros fabricantes dotan a sus terminales de esta característica sin recurrir a tapas, efectivas pero nada atractivas y de practicidad cuestionable.
Añadir a este respecto ya que lo mencionamos una consideración en cuanto a la experiencia de usuario y el primer contacto: no tener que llevar el típico pincho para sacar la bandeja SIM está bien, pero el precio a pagar aquí es algo más caro. La SIM tiene una bandeja pequeñísima e independiente de la de la microSD (fusionada a la tapa) algo engorrosa de extraer y bastante fácil que se caiga, quizás no ha sido el mejor diseño para esto sobre todo teniendo en cuenta que en muchos casos los precedentes tienen mejores opciones pariendo de la misma premisa (tapa + bandeja doble).
Pantalla: el Full HD es más que suficiente, pero hay un importante fallo que remediar
Si la cuestión es no subirse a los trenes la resolución tampoco va a ser una excepción, en este caso para bien (en caso de retinas conformistas y con nivel medio de exigencia). 5,2 pulgadas de pantalla IPS con resolución FullHD y las opciones de personalización de la capa del fabricante dan, a grandes rasgos, una buena experiencia, aunque no le podemos dar un 10.
El nivel de brillo máximo es suficiente para hacer frente a los incisivos rayos del sol de mediodía sin que nos cuesten ver los elementos de la pantalla, pero el ajuste de brillo automático deja que desear de noche, siendo bastante inconsistente y bailando entre un nivel demasiado bajo y el adecuado. Sin problemas en otras situaciones, nits suficientes, buen nivel de contraste y colores que también podemos ajustar según la viveza que prefiramos, así como la temperatura del blanco.
Buenos ángulo de visión, aunque según qué grado de inclinación tengamos veremos que el blanco se torna verde o gris casi como ocurre con las aberraciones de algunos AMOLED. Y lo que no nos ha gustado nada y es una verdadera lástima es el sharpening, es decir, esa especie de pérdida de nitidez que aparece claramente con texto claro y fondo gris con el brillo a niveles altos (quizás os suene del LG G3, dado que fue el gran pecado de aquel precoz panel 2K), lo cual podemos ver por ejemplo en la interfaz de Spotify, concretamente en la casilla de reproducción minimizada, o en la cortinilla de notificaciones.
La pantalla es de calidad, con buenos colores, contraste y nivel de brillo, pero es una lástima lo del "sharpening"
Por lo demás es un panel a la altura, con buena sensibilidad táctil y nivel de detalle más que satisfactorio. Bien aquí ese estoicismo con un FullHD más que suficiente que siempre será menos exigente a nivel de consumo, y el problema con brillo automático es un asunto de software que bien podría corregirse con futuras actualizaciones.
Rendimiento: se nota, se siente, un buen SoC está presente
El apellido Premium sigue conllevando un panel 4K en la casa japonesa y no veremos esto en el hermano mediano del XZ Premium, pero sí su procesador y su RAM. El Xperia XZ1 también integra el último SoC de Qualcomm, el Snapdragon 835, salpimentándolo con 4 GB de RAM, siendo en esto mellizo del XZ Premium.
Si bien no se trata de la combinación más potente (sobre el papel) del mercado y tampoco se han subido de momento al tren de los 6 GB de RAM, la experiencia es pareja a la que tuvimos con el hermano mayor y tanto la apertura de apps como su funcionamiento, así como el despliegue de la multitarea, se sucede sin lag, tirones o parones. La gráfica Adreno 540 completa el cupo en lo referente al "motor" del smartphone, y en lo que respecta a juegos pesados como Asphalt 8 o Sniper 3D tampoco apreciamos ningún parón, cierre o bloqueo.
Eso sí, la temperatura sube sobre bastante si tiramos de cámara o juegos, obviamente bastante más si gozamos de altas temperaturas ambientales en torno a los 27 - 30 grados centígrados (aunque simplemente estemos con un cliente de Twitter). No llega a ser molesto del todo incluso cuando alcanza los máximos de temperatura (lo cual ocurre sobre todo en la parte de abajo de la trasera, a la derecha si ponemos miramos a la pantalla del terminal).
Lo que sí nos ha fallado es la cámara, y probablemente se deba a este aumento de temperatura aunque no siempre nos haya dado el aviso. Algún bloqueo y algún reinicio puntuales que no se han repetido tras esperar unos minutos a volver a usar la cámara, o bien las advertencias que Sony acostumbra a mostrarnos si el terminal alcanza ciertos grados de que algunas funciones no se podrán usar hasta que se enfríe.
Por lo demás ningún otro problema de ejecución o apertura, fluidez continua y navegación aceptable en todo momento. Os dejamos los resultados de los benchmarks para quienes los tomáis como referencia en comparación con los de otros terminales de configuración equivalente o cercana.
Prueba |
Sony Xperia XZ1 |
Sony Xperia XZ Premium |
Samsung Galaxy S8+ |
OnePlus 5 |
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AnTuTu |
140.805 |
151.304 |
170.805 |
178.967 |
GeekBench (Single / Multi) |
1.833 / 5.718 |
1.892 6.711 |
1.988 6.616 |
1.951 6.711 |
PCMark Work |
6.886 |
6.533 |
6.011 |
7.981 |
3DMark (IceStorm Unlimited) |
38.805 |
40.102 |
31.519 |
- |
Software: no sólo de galletas vive el usuario de un Xperia
Sony siempre ha optado por imponer aplicar sus líneas de estilo, su estética y sus apps en sus smartphones, manteniendo algunas interfaces tal cual las tiene Android como la cortinilla de notificaciones, pero personalizando cajón, menú de ajustes y algunos otros aspectos del sistema. En esta ocasión el disfraz lo lleva un Android 8.0 Oreo acabadito de salir del horno, condición de la que no gozan otros fabricantes.
En su momento nuestros compañeros de Xataka Android desgranaron todas las novedades que traerá la nueva versión del sistema operativo de Google, algunas de las cuales ya hemos podido experimentar en el XZ1 como los puntos de notificación, los canales de notificaciones o el Picture in picture (PiP) de momento disponible en Chrome.
Con capas agresivas siempre solemos plantear lo siguiente: teniendo en cuenta que el maquillaje por parte del fabricante puede exigir más recursos pero en ocasiones complementa las carencias del sistema nativo, ¿en qué punto se encuentra la experiencia con el terminal?
Aquí hablamos de que el motor lleva buenos y abundantes pistones y que un Snapdragon 835 y 4 GB de RAM aguantan por definición bastantes embistes, pero lo cierto es que, como hemos recalcado antes, lag no hay, así que cabe pensar que además del hardware hablamos de un software limpio en lo referido a la ejecución y toma de recursos por parte de la capa de Sony.
¿Qué nos gusta? Parte de ello ya lo hemos mencionado. Sony es de los fabricantes que deja que el usuario ajuste el color y la temperatura de su pantalla a su gusto, y además en este caso también facilita opciones para configurar la audición de las cuales hablaremos más adelante. Una lástima que no vitamine la (algo ajustada) información sobre el consumo de batería que da Android y que en casos como en la capa de ASUS sí vemos algo más ampliada, pero cualquier cosa que signifique dar la posibilidad de elegir o ajustar al usuario siempre se agradece.
¿Qué no nos gusta? Lo contrario, es decir, lo impuesto. Sony sigue insistiendo en que usemos sus propias apps, incluyendo algunas de dudosa utilidad como What's New, la cual de hecho ni podremos inhabilitar u ocultar como sí ocurre con otras como Boceto. Tampoco estaría nada mal que hubiese una opción similar al Ambient Display de Android y/o un desbloqueo o activación de la pantalla con doble toque, dado que la posición del lector de huellas en el lateral es de las más incómodas si usamos el móvil apoyado sobre su superficie trasera y esto mejoraría la experiencia de uso.
Cámara: seguimos hablando en singular para la trasera, pero se agradece un verdadero modo manual
Muy irónicamente quizás la cámara en los smartphones sea lo que más le haya costado evolucionar a este fabricante japonés, cuyos sensores mueven cámaras tan potentes como la de los iPhones y cuyas divisiones de cámaras de todo tipo destacan posicionándola como marca puntera desde hace décadas. Al menos si atendemos a los resultados previos o al hecho de que el fabricante de momento haya decidido pasar de la tendencia actual en fotografía móvil, dejando a este nuevo XZ1, que perfectamente se dibuja como un buque insignia para su catálogo de este año, sin doble cámara.
Lo que nos encontramos en el Sony Xperia XZ1 es un sensor Exmor RS de 19 megapíxeles con lente G de f/2.0 y de gran angular de 25 milímetros para la cámara trasera, y otro de 13 megapíxeles para la frontal con objetivo gran angular de 22 milímetros. Sobre el papel no entra en batallas de aperturas máximas, teleobjetivos con zoom óptico u otros extras que han utilizado como reclamo otros fabricantes, pero veamos cómo nos plasma la realidad el XZ1.
Comentar que el ZX1 tiene un botón específico para la cámara, pero tiene una utilidad cuestionable, sobre todo cuando nos encontramos una interfaz que no obedece a los volteos y que siempre mantendrá el botón de disparo en el lado del USB. Además, teniendo en cuenta que tenemos un acceso rápido desde la pantalla de bloqueo y la posibilidad de configurar otro con la doble pulsación del botón de encendido, hemos utilizado el botón exclusivo de cámara casi por obligación (por probar) y más veces por accidente, dado que al intentar disparar con la mano izquierda éste queda justo donde ponemos el dedo de apoyo, y disparamos sin querer.
Una app sencilla y completa, pero mejorable
La app de fotografía de los Sony ha sido tradicionalmente sencilla, con una interfaz discreta, con los apartados justos y una navegación basada en los deslizamientos o swipes para cambiar de modo. Todo esto se mantiene en la versión actual, añadiendo en este caso más opciones para el modo manual y la posibilidad de grabar en cámara súper lenta (ambas cosas las veremos en detalle a posteriori).
Lo que podría mejorarse es la disposición en la interfaz de disparo de ciertas opciones que conviene tener más a mano y que no vemos en este caso al quedar escondidas en el menú de ajustes propio de la app. Hablamos del HDR, sólo disponible en el disparo manual, o del modo de suavizar piel para el disparo con la frontal, opciones que por lo general suelen tener su switch o botón directo junto a los del flash o el cambio de cámara.
Por otra parte está el funcionamiento. La de cámara es la única app que ha mostrado un comportamiento errático (muy puntualmente, eso sí) y que ha provocado incluso reinicios como decíamos antes. La temperatura influye, pero dado que incluso a mayores temperaturas que las registradas durante los reinicios la cámara ha funcionado bien, parece más cosa de software, quizás al aplicar las actualizaciones (dado que en otras ocasiones no hemos tenido estos problemas, incluso con móviles más básicos).
En cuanto a opciones, la app está a medio camino de la absoluta simplicidad de la app de cámara de Android y otras que son todo lo contrario, repletas de funciones especiales y añadidos de "belleza" en el caso de la frontal. Para un uso estándar es más que suficiente, dado que en ocasiones tanta opción al final cae en el olvido si no se trata de una aplicación que tenga el resultado (o se haga mainstream) de los modos retrato, teniendo en cuenta que el disparo manual da algo más de juego (por fin), aunque falte la guinda de guardar el RAW.
Cámara trasera: una experiencia con nubes y claros, y las primeras no favorecen nada
Como hemos especificado en la introducción de esta sección partimos de un hardware que sobre el papel queda algo por debajo de sus rivales, teniendo en cuenta que no hay estabilización óptica de imagen y la apertura máxima está por debajo de esas f/1,7 y f/1,6 que vemos en Samsung y LG. Por su parte Sony complementa con captura predictiva, ráfagas a 10 fps, la cámara lenta a 960 fps o la creación de modelos 3D entre otros añadidos. Veamos qué tal en la práctica.
Con luz abundante la cámara cumple de manera aceptable, con colores realistas y buen balance de blancos. Al rastreo de objetos para el enfoque ya nos tenían acostumbrados y en esto sigue salvando muy bien la foto incluso cuando la luz escasea un poco. Donde mejor queda es en las macro, sacando buenas instantáneas incluso a condición y en interiores y luz media o contraluces.
Las ráfagas se realizan sin parones y mantienen también la calidad en las macro, así como en otros encuadres y disparos. El cambio a otros modos también se produce sin incidentes, aunque tendremos que tener en cuenta para el enfoque y el encuadre que al pasar de automático a manual el tamaño de la toma cambia (más grande y alargada en disparo manual) y hay un ligero zoom (si estamos haciendo una macro nos tocará aumentar la distancia al ítem).
Pero lo que más penaliza la experiencia es una falta de detalle bastante habitual, que obviamente se acentúa en disparos nocturno y con luz baja, donde el ruido también hace acto de presencia. Esto debe preocuparnos si priorizamos la nitidez y no nos conformamos con obtener fotografías para redes sociales o para no ampliar, pues es en el detalle donde se nota más esta carencia.
Para reducir el ruido puede ayudarnos el disparo en modo manual, ya que ahora por fin hablamos de uno como tal en las cámaras de Sony y nos deja ajustar independientemente velocidad de obturación, balance de blancos, ISO, exposición y enfoque. Ante una situación de luz media-baja, podemos forzar un disparo con la ISO mínima (ISO 50) y evitar en parte el ruido.
En el modo manual también tenemos el HDR, modo que al combinar varios disparos suele salvar los cielos en determinadas situaciones que de otro modo quedarían en blanco. El HDR queda activado hasta que lo volvamos desactivar nosotros, aunque salgamos de la app (y, por cierto, las resoluciones de vídeo y fotografía no vienen por defecto al máximo).
En la práctica la experiencia con este modo manual ha mejorado mucho con la ampliación de opciones y el hecho de que cada uno de los ajustes sea independiente (en ocasiones no podemos ajustar velocidad de obturación y exposición, es o una u otra, por ejemplo), y nos da opción para jugar con el enfoque y buscar bokehs, intentar afinar el disparo nocturno jugando con la exposición y el enfoque o probar a sacar el efecto de aguas de seda o las estelas de luces (con trípode, claro).
No va a evitar las acuarelas y la acusada pérdida de nitidez en cuanto el sol se empieza a ir, pero con el HDR y la versatilidad es un plus a tener en cuenta para quienes buscamos exprimir la cámara al máximo. Eso sí, podría destacarse más el área de enfoque en el modo manual porque no se llega a ver del todo bien.
¿Y la captura predictiva? Buen trabajo aquí de los japoneses, dado que funciona muy bien en ambas cámaras, aunque quizás demasiado. Los disparos nos suelen pillar de sorpresa, sobre todo teniendo en cuenta que "se anticipa a la sonrisa" y que sin ni tan siquiera mirar a la cámara (y un sutilísimo movimiento de las comisuras, unos milímetros) la cámara captura la imagen. Después podemos elegir la que más nos gusta, eso sí.
¿Y la captura en 3D? Aquí nuestra experiencia ha sido bastante desastrosa, dado que depende muchísimo del entorno y de que podamos mantener la estabilidad y la distancia con respecto al ítem que escaneamos. Esto no es fácil, además la app no permite el enfoque manual y es bastante complejo que enfoque y que no sub/sobreexponga, con lo que se nos quejará de que no hay suficiente iluminación o hay demasiada. El resultado: mucho 3D, pero amorfo.
Cámara frontal: buen resultado sonrías o no
La captura predictiva dará en este caso bastante juego dado que lo obvio es que haya siempre al menos un rostro en estos disparos. No obstante, el hecho de que sea tan precisa en este caso puede acabar agobiando un poco, al disparar ante la mínima sospecha de sonrisa y obteniendo al final muchos más de los que teníamos intención.
En general tenemos un resultado aceptable a nivel de balance de luz y detalle. No destaca en esto último, pero no encontramos una pérdida mayor de la esperada como si nos ocurre con la trasera. Se defiende bien en interiores y en situaciones donde podríamos ver acuarelas que en este caso se resisten algo más a salir.
El disparo moviendo la mano sí nos puede resultar más útil y funciona bastante bien. Y en cuanto al modo de suavidad de la piel y al HDR no son demasiado agresivos, y de hecho éste segundo no siempre nos salva el cielo en el fondo como sí suele ocurrir con el de la cámara trasera.
Eso sí, aunque aquí también tenemos modo manual, éste no tiene nada que ver con el que tenemos en la cámara principal y no permite nada más que no tenga el disparo automático salvo el ajuste de la exposición y el balance de blancos, cuando lo lógico aquí sería poder jugar con el enfoque para exprimir al máximo la apertura F/2.0 buscando el desenfoque.
Buen resultado de esta frontal en general, incluyendo disparos con media y baja luz. Lo único que falla es el enfoque, dado que aunque detecta muy bien las caras y podemos ayudar con un tap, no es extraño que "se pierda" y acabe enfocando automáticamente al fondo, quedando algo borroso el rostro.
Vídeo: la súper cámara lenta mola mucho, pero las tomas nocturnas no tanto
Otro de los reclamos del apartado de cámara en este terminal (y en su antecesor) es la capacidad de capturar vídeos a cámara lenta a 960 fps (Motion Eye en términos de marketing), o lo que es lo mismo, cámara súper lenta. Esto se traduce en secuencias de 5,9 segundos al reproducir el vídeo, fruto de pulsar el botón propio de la función que aparece sobre el de Rec, de modo que la cámara hace una captura de 0,184 segundos a 960 fps.
La verdad es que es una función divertida hasta cierto punto, si bien la captura a cámara lenta no es ni mucho menos algo nuevo. Pero con la capacidad de hacerlo a 960 fps (en calidad 720p, ojo, no tenemos 4K en estas tomas) aporta algo de frescura a esta clase de tomas y en relación al uso lo han aplicado de una manera muy clara e intuitiva, aunque limitada en cuanto a las opciones del usuario dado que obliga a que sean estas capturas cortas sin posibilidad de prolongarlo o de editarlo después. Os ponemos algunos ejemplos en distintas situaciones.
Por lo demás la captura del vídeo es muy buena de día (con luz abundante) tanto en FullHD como en 4K, perdiendo bastante detalle si hacemos zoom (en parte por la imposibilidad de enfocar manualmente y el hecho de que no lo haga de manera automática) y echando mucho de menos un estabilizador que vaya más allá que la función SteadyShot, la estabilización de imagen de 5 ejes que sólo funciona en grabación a FullHD a 30 fps con el modo Inteligente activo.
Aunque el grave problema en estas tomas es una subexposición por defecto imposible de evitar y que limita mucho la grabación en estas situaciones, tanto en FullHD como en 4K. En cuanto la luz disminuye la calidad decrece de manera demasiado llamativa, mucho más que la pérdida que se espera de la cámara de un smartphone que no es un gama media o baja, sino todo lo contrario.
El enfoque manual brilla por su ausencia tanto antes como durante la toma del vídeo, si bien puede activarse el rastreo de objetos que funciona bastante bien. Y un pequeño fallo de diseño puede haber sido la ubicación del micrófono, situado en la base al lado del USB (se ve un pequeño agujero) ya que se tapa o se toca con facilidad y afectará a la captura de sonido, que es muy buena aunque se trate de una fuente de audio alejada (y esto le quita puntos dado que el tocar o tapar puntualmente esta entrada afecta a la calidad final del vídeo).
Autonomía: no es mala, pero podría ser mucho mejor
Aunque la autonomía no es cuestión de números siempre está bien ver qué miliamperaje/hora trae la de cada terminal, así como los tiempos de carga (lo cual sí pesa bastante en la experiencia, sobre todo ahora que la carga rápida se va extendiendo). El Xperia XZ1 comparte esta característica con su hermano pequeño el Compact incorporando una batería de 2.700 mAh, unos 400 menos que el XZ Premium.
En la práctica estos miliamperios/hora se traducen en algo más de media jornada con uso intensivo (mucha cámara, mucha consulta de redes sociales, reproducción multimedia de vídeo y audio, etc.) y conexión de datos, prolongándose hasta las 17-18 horas de vida media (con una media de 8 horas activo) si hacemos un uso más estándar y menos exigente.
Pero para acabar el día o llegar al día siguiente hemos de pasar el día con wifi y tocando muy poco el terminal. La media de horas de pantalla está entre 3 y 5 horas, según qué perfil de uso sea el nuestro (intensivo o moderado).
No es una batería sobresaliente y es un punto bastante mejorable, sobre todo teniendo en cuenta que con un mayor volumen que el XZ1 Compact tiene la misma y quizás pudiese haberse aprovechado algo más el espacio para una mayor, pero para un uso moderado da para casi toda la jornada, sin siguiera ajustar demasiado en cuanto al consumo de apps. Los modos STAMINA y Ultra STAMINA dan también algo de tregua en el consumo, sobre todo el segundo que sí capa ciertas funciones.
El tiempo de carga aproximado desde el 0% al 100% con el móvil apagado es de unas dos horas y media con el cargador que viene de serie, el cual no soporta Quick Charge 3.0. Con uno que sí la soporta se carga en poco más de dos horas, aunque se nota más en la primera media hora de carga en la cual se llega casi al 50% de la batería.
Sonido: lleno de opciones para los más sibaritas del audio
Si hay una experiencia que el usuario puede ajustarse al detalle con este terminal ésa es la audición. El menú de ajustes de audio del Xperia XZ1 dispone de muchas opciones para adaptar la escucha a nuestras preferencias, yendo desde el más tradicional ecualizador (con algunas preconfiguraciones y la posibilidad de guardar dos ajustes personalizados) y a un surtido de funciones bautizadas en cada caso con su pertinente y particular nombre comercial, más o menos justificado.
Quizás la organización de todas estas opciones podría ser mejor, con dos claros apartados de auriculares y altavoces dentro de la misma (y especificando ahí ya dentro de lo necesario si afectará a conexión analógica o inalámbrica) y con algún toggle para la cortinilla de notificaciones, app propia o botón flotante que permitiese un acceso más rápido a la configuración. Al menos para el ecualizador o las opciones que solemos variar según el tipo de sonido que estemos escuchando.
Aquí no hay una configuración óptima; dependerá de la sensibilidad de nuestro oído y sobre todo de nuestro gusto. Pero lo que sí es objetivo es más allá de los nombres y promesas la activación de un modo u otro da una experiencia distinta, que ya podrá gustarnos más o menos.
- DSEE HX: sólo sirve para auriculares con cable y si se activa no es compatible con ninguna otra opción (se desactivan todos los switchs). Se trata de un sonido de alta resolución, dando algo más de calidad (y bajando el volumen en cuanto se aplica).
- ClearAudio+: al activarlo se inactiva la opción de ajustar el ecualizador, pero probablemente éste cambie a alguna configuración determinada con esta opción. Al activarlo se optimiza el sonido obteniendo más matices, aunque menos claro que con la opción anterior (si estamos en auriculares).
- Efectos de sonido: incluye el ecualizador, la opción de configurar qué tipo de sonido envolvente queremos (sala grande, sala pequeña, etc., para auriculares) y el S-Force Front Sorround (fuerza más la salida de audio, haciendo que la música suene más parecida a una grabación acústica -aunque no lo sea-).
- Normalizador dinámico: para reducir las diferencias de volumen entre distintas pistas.
Personalmente dejé activados el ClearAudio+ y el normalizador dinámico. Cada opción aporta una experiencia distinta y nos encajará según prefiramos un sonido algo más nítido, con más matices o queramos añadir o quitar bajos. Y pese a que podría estar todo más accesible y/u ordenado, es bastante deductivo y entendible aunque no se sea experto en audio ni mucho menos.
Cada opción aporta una experiencia distinta y nos encajará según prefiramos un sonido algo más nítido, con más matices o queramos añadir o quitar bajos
Tengamos ya todo esto configurado o lo dejemos como viene de fábrica, la experiencia con el audio es muy buena. Tenemos una emisión estéreo por los dos altavoces frontales que suena con calidad incluso a volúmenes altos (la pérdida empieza en torno al 80-90% del volumen total), con un volumen máximo de unos 106 decibelios según nuestras pruebas (el tope depende también de qué opción de las anteriores hayamos activado).
Sony Xperia XZ1, la opinión de Xataka
Gustar no es difícil, convencer sí es un reto. Cuantas más cartas juegues más posibilidades habrá de que aciertes con una, pero la clave de ampliar un catálogo es que las opciones aporten algo distinto a nivel interno, sin olvidar los reclamos para competir con los rivales, pero Sony no hace concesiones en este sentido y sus buques insignia siguen un camino alternativo en sus actualizaciones.
El Sony Xperia XZ1 es un terminal elegante, muy bien acabado y que da una experiencia de uso buena a nivel de fluidez y opciones. No echamos de menos prácticamente nada y es un buen centro multimedia sin requerir auriculares o limitarnos por el tamaño de la diagonal de pantalla, pero nos falta "un algo": que saque pecho en cámara(s) y que considere dejar atrás algunas señas de identidad que afectan a la experiencia como el botón de cámara o un frontal desaprovechadísimo.
es un terminal elegante, muy bien acabado y que da una experiencia de uso buena a nivel de fluidez y opciones
La temperatura ha sido otro pecado recurrente en los terminales de la marca y en este caso tampoco es una excepción, si bien aunque constante el aumento no resulta molesto y no compromete las funciones del terminal más allá de una app de cámara aparentemente mejorable y posiblemente un mayor consumo de batería. Si somos de zonas cálidas no tendremos ni que sacar el terminal de la mochila para encontrarnos una trasera ardiendo.
El XZ1 es un "sí, pero". Es una mezcla compensada de mejoras y el estoicismo de la marca a la que le ha faltado salpimentarse un poco en cuestión de cámara y que podría haber sido una prueba de que el FullHD es más que suficiente para una buena experiencia si no fuese por ese sharpening (que no tiene por qué tener relación con la resolución, pero empobrece la experiencia).
8.25
A favor
- Acabados y construcción: material resistente, no resbala, elegante y además cómodo.
- Muy fluido pese a tener capa de personalización, sin "lags".
- Buen audio y personalizable a alto nivel para los usuarios más exigentes.
En contra
- La cámara está por debajo de las expectativas (sin llegar a ser mala), sobre todo en baja luz y de noche (foto y vídeo).
- El "sharpening" de la pantalla y el ajuste de brillo automático de noche.
- La autonomía es bastante mejorable (y el cargador incluido podría ser el que soportase Quick Charge 3.0).