Desde 2013, Sony ha tenido unos años muy relevantes en la gama alta de teléfonos, no es que hayan vendido como han querido, pero sus Xperia Z siempre han marcado referencia en algunos aspectos y han tenido muchos seguidores. A mi me gustan especialmente las versiones Compact, pero ninguna de ellas parece que van a tener más recorrido, ya que Sony le da prioridad a estos nuevos Xperia X.
Analizamos la versión “normal” de los Xperia X recientemente, pero la nueva familia tenía una opción para cubrir la gama alta que iba a ser reconocida principalmente por el apellido Performance. Son teléfonos realmente parecidos en aspecto, pero el protagonista de nuestro análisis añade resistencia al agua y un corazón mucho más potente.
Lo que sí es cierto es que la competencia ya no espera a nadie, y teléfonos de primeras marcas están a un nivel superlativo, por no hablar de lo que ofrecen marcas chinas por mucho menos dinero. La empresa japonesa lo tiene complicado, pero también tiene sus armas, vamos a conocerlas:
Características técnicas | |
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Dimensiones físicas | 143,7 x 70,4 x 8,7 mm (164,4 gramos) |
Pantalla | LCD IPS 5 pulgadas |
Resolución | 1.920 x 1.080 (441 ppp) |
Procesador | Qualcomm Snapdragon 820 - Cuatro núcleos Kryo, GPU Adreno 530 |
RAM | 3GB LPDDR4 |
Memoria | 32GB |
Versión software | Android 6.0.1 |
Conectividad | LTE Cat 9, Bluetooth 4.2, Wi‑Fi 802.11ac |
Cámaras | 23 megapíxeles. Cámara frontal de 13 megapíxeles |
Otros | Resistencia al agua, sensor de huellas dactilares, carga rápida |
Batería | 2.700mAh |
Precio | 699 euros |
Más información | Sony |
Un diseño reconocible y resistente al agua
El diseño del Xperia X Performance no va a sorprender a nadie: en Sony crean una nueva familia pero las líneas Omnibalance siguen ahí presentes, nos recordará a muchos otros teléfonos. De hecho es clavado a los Xperia X que han nacido con él, así que habrá que mirar bien para diferenciarlos.
Es un apartado complicado de puntuar, más allá de lo subjetivo, ya que no presenta unas dimensiones muy buenas para su tamaño de pantalla, no tiene ningún elemento especialmente atractivo, pero tiene algo que no tienen muchos: resistencia.
Estamos ante un teléfono muy resistente, diseñado para que podamos estar jugando con él en el agua sin mayor problema - siempre que no hagamos submarinismo -. La certificación cumplida es IP68, para polvo y agua. Curiosamente no hay ninguna herramienta especial para proteger a la bandeja para la microSD y la SIM, eso sí, en cuanto la abrimos un poco, se apaga el teléfono.
Las líneas son muy sencillas, por cada lado que lo miremos, y eso a la larga puede que sera un punto positivo, normalmente así pasan mejor los años que con diseños más arriesgados o llamativos. El teléfono se puede comprar en cuatro tonalidades: negro, blanco, lima y rosa.
En lo que sí nos parece diferente es en materiales, aquí no hay cristales, sino aluminio para la tapa trasera. El marco está hecho de policarbonato, pero casa bien con toda la estructura, casi todo parece lo mismo. La pantalla cuenta con un redondeado en los bordes - 2.5D - que mejora un aburrido diseño frontal, en el que los marcos son bastante llamativos.
Al menos esos marcos dejan espacio para dos elementos que yo valoro positivamente: un LED de notificaciones en la parte superior, y la presencia de altavoces estéreo, uno arriba y otro abajo de la pantalla. Suenan muy bien, con potencia.
La parte derecha del teléfono es la más ocupada, allí nos encontramos el botón de encendido que hace las veces de sensor de huellas, también el volumen, y una tecla dedicada a la cámara. No me gusta el volumen colocando tan abajo, supongo que es cuestión de acostumbrarse. En el lateral izquierdo solo tenemos la bandeja para SIM y microSD.
Siendo duros con Sony, podemos hacer una comparación rápida con el terminal referencia en diseño: Galaxy S7. El Xperia tiene unas dimensiones completas de 143,7 x 70,4 x 8,7 milímetros, mientras que el modelo de Samsung le gana en todas las cotas, y en peso, teniendo una pantalla algo más grande, y bastante más batería. Un teléfono más barato y de otro nivel como un OnePlus X, también le da un repaso.
Pantalla brillante de 5 pulgadas
Es una de las cosas que me parecen mejor resueltas en este teléfono, acostumbrado a estar usando pantallas más grandes, no me desagrada nada que se quede en 5 pulgadas, que parece que es lo mínimo interesante que se despacha hoy en día. Estamos ante un panel IPS con resolución Full HD, que nos ofrece una experiencia de uso muy buena, pero siendo realistas no es lo que esperamos en teléfonos de más de 600 euros.
La definición es muy buena, debemos de tener en cuenta que mantiene la resolución con respecto al Xperia Z5, pero aquel tenía una pantalla algo más grande - 5,2 pulgadas -. También es muy destacable por niveles de brillo - 600 nits - y ángulos de visión, que facilitan la visualización en exteriores.
Me gusta la calidad del panel en el nivel mínimo de brillo, pudiendo leer en la oscuridad sin molestar a alguien más que esté con nosotros. En todo caso he dejado que el teléfono elija el mejor nivel de brillo posible, lo optimiza bastante bien según la luz ambiental. El contraste me parece significativamente mejor que en un Z5.
La reproducción del color es bastante fiel, a mi me gusta más que la de un Huawei P9, por comparar con un móvil conocido y parecido. Podemos tocar el balance de blancos en la configuración, y tenemos tres modos de “vivacidad” de color: desconectado, X-Reality, y SuperVivid.
Lo dicho, hay mucha tecnología propia para mejorar la imagen: Triluminous para ampliar la gama de colores que se puede representar, o el citado X-reality, que además mejora dinámicamente las imágenes y el vídeo, consiguiendo elevar el contraste y detalle del contenido multimedia. Puede que a veces distorsione el contenido para que todo se muestre muy atractivo, pero creemos que merece la pena.
He tenido ocasión de leer quejas al respecto del sensor táctil, pero a mi me funciona sin problemas, responde rápido en cualquier posición y situación - cuando está en el agua es otra cosa -. Con respecto a la protección, no es Gorilla Glass, Sony utiliza una tecnología propia para ello.
Rendimiento top, un pasito por detrás de los mejores
El Xperia X Performance es el teléfono más potente que ha creado Sony en su larga historia, lo es desde el punto de vista del chipset empleado, que no es otro que el Snapdragon 820, común en la gama alta 2016, hasta que llegue el 821. En lugar de venir con 4GB, como llevan Galaxy S7 o LG G5, o los 6GB del OnePlus 3, aquí nos contentamos con 3GB.
La verdad es que el Xperia X sencillo ya maneja muy bien Android 6.0 con un Snapdragon 650, pero este modelo tendrá una vida de actualizaciones más amplia, y cuando se le exprime, con juegos, tiempos de carga, o multitarea, se comporta a la perfección y se notan las diferencias.
En comparación con los pesos pesados del mercado, y tirando de benchmarks, tampoco encontramos grandes diferencias, posiblemente por la “suerte” de llevar una pantalla Full HD. En Geekbench se acerca a un S7, en 3DMark también, incluso mejora a muchos, y es que a la Adreno 530 le gustará eso de trabajar con menos resolución. Hay que tener cuidado de tener quitados los modos económicos de batería, y también que no esté excesivamente caliente, ya que se nota en los resultados.
La memoria interna del equipo es de 32GB - hay versión con 64GB - y es ampliable mediante tarjetas microSD hasta 200GB. Pasando a conectividad, pocos peros. Se trata de un teléfono que conecta a redes LTE con categoría 9, lo que le permite descargas de hasta 450Mbps. En su bandeja hay lugar para una única SIM y el NFC pasa a estar en el frontal, en la esquina superior derecha.
En Sony es habitual trabajar bien la parte audio de sus teléfonos, quedaremos más que satisfechos en la calidad del sonido en llamadas, el software implementado, en la salida de audio, o en los altavoces estéreo que hay en el frontal, que funcionan muy bien como manos libres. Los auriculares que vienen en el paquete están bastante bien.
Como es habitual en tareas exigentes, este tipo de teléfonos se calienta, y en el Performance se nota en la trasera metálica. Cuando grabamos vídeo más de un minuto en máxima calidad, enseguida se nota el calentamiento.
¿Qué tal va ese sensor de huellas? Pues es rápido y certero, pero no me gusta su posición en el lateral, o al menos no me ha dado tiempo a acostumbrarme en esta semana que llevo con él. Luego hay otra cosa que no me gusta, para activarlo desde teléfono en reposo, hay que pulsar el botón de encendido, que es donde está integrado el sensor.
Autonomía normal ayudada por Stamina
La batería del Xperia X Performance es de 2.700mAh. Eso es un poco menos que lo que llevan sus rivales de gama alta, pero también cuenta con una pantalla más pequeña que esos otros. También es un poco más grande que la que tiene un Xperia X normal, con 2.620mAh (que tiene mejor autonomía gracias a un hardware menos potente y tragón).
Para el que se esté preguntando sobre el conector utilizado, pues decir que es un microUSB 2.0 normal, que parece poca cosa a estas alturas en la que muchos ya decidieron jugar con conectores reversibles o las mayores de velocidades de a configuraciones USB Type-C.
En líneas generales nos encontramos con un teléfono que aguanta bien el día - especialmente si no usamos la cámara -, como todos aquellos que apostaron por el 820, pero siendo meticulosos podemos encontrar pruebas que nos determinan que su vida es ligeramente inferior a la de un S7, un LG G5, o un OnePlus 3. El Xperia es más pequeño en pantalla, pero también tiene una batería de menos capacidad.
Sí es positivo conocer que cuenta con la carga rápida de Qualcomm, la Quick Charge 2.0, que permite llenar el teléfono al completo - desde cero - en noventa minutos. No es el más rápido del mercado - un OnePlus 3 o S7 tardan la mitad - pero menos es nada. Importante destacar que también hay tecnología especial en la carga firmada por Qnovo, con ella las baterías tendrán una vida útil mayor gracias a un sistema de protección durante el proceso.
Bonita personalización a la que le sobran cosas
Recuerdo los tiempos en los que hablábamos con detalle del calendario de actualizaciones Android, afortunadamente ahora los teléfonos importantes salen con lo último, y en el caso del X Performance viene con la versión 6.0.1 Marshmallow.
Sony, como otras, está dirigiendo su personalización a un nivel más simple, más Material Design. Donde sí se pone pesada es con las aplicaciones propias: galería, fitness, recomendaciones, el servicio de vídeo de la casa, el tiempo, correo y mensajes, etc. Están bien diseñadas, pero duplican cosas que ya se hacen bien en Android.
Hay otras que pueden aportar cosas como PlayStation - para jugar a la PS4 desde el teléfono -, el teclado Swiftkey, una para realizar sketchs, un antivirus de AVG, o el acceso directo a Amazon. El sistema, aplicaciones y servicios añadidos se comen unos 12GB de los 32GB que tiene el teléfono (también hay una versión con 64GB).
Desde el punto de vista estético el sistema es muy atractivo, con sus iconos redondos y una selección de temas y fondos muy llamativos - gratuitos -, alguno acorde con el color del teléfono que elijas. Con Marshmallow el control del consumo es mejor, pero Sony tiene los modos Stamina y Ultra Stamina (deja cosas vitales como el teléfono, mensajes, contactos, cámara y reloj) que nos permite gestionar muchas opciones y posibilidades del teléfono para que consuma menos.
Sé que soy un insistente con esto, pero creo que todas las compañías deberían centrarse bastante en optimizar Android que funcionen bien en su hardware, crear buen software para la cámara, y poco más. Deben pensarse muy bien si el valor añadido que quieren meter, realmente lo es.
Una cámara potente a la que le cojea el vídeo
Los Sony Xperia X comparten cámara, tanto el modelo normal como el Performance: un sensor de la casa del tipo Exmor RS, con 23 megapíxeles y un tamaño de 1/2,3 pulgadas. La calidad es marginalmente mejor en este modelo, principalmente por la capacidad de proceso del Snapdragon 820, pero realmente nada importante.
En cuanto a la óptica es equivalente a 24 milímetros con una apertura máxima de f/2,0. Desgraciadamente no hay estabilización en la misma, nos tenemos que contentar con un sistema digital llamado EIS, que mejora significativamente la fluidez de los vídeos, pero que no hace nada realmente especial a la hora de tomar fotos, y es algo que se nota en los enfoques, o cuando la luz en la escena es pobre.
A Sony le gusta que la cámara sea una prioridad en el teléfono, así que le ha creado un botón físico que hace las veces de disparador. Funciona en dos pasos, uno para enfocar y otro para realizar la toma, y también es posible arrancar la cámara al dejarlo pulsado (tarda 0,6 segundos en tener la cámara lista).
El gran añadido en cuanto a tecnología Sony es el sistema híbrido de enfoque automático, con él podemos dejar sujetos marcados y la cámara lo perseguirá. La realidad es que el sistema es rápido arrancando y enfocando, pero eso no asegura que todo salga bien en la primera toma, a veces es mejor no tener tanta prisa con esta cámara.
Para todo aquel que no es fotógrafo, y en general para el uso de un móvil como cámara, lo mejor es que el sistema sea inteligente para hacer las cosas bien sin que toquemos nada. Para eso podemos confiar en el modo Superior Auto - entra el HDR cuando hace falta, es útil -. También está el modo manual, pero no es muy potente en opciones (no tocamos ni velocidad ni enfoque). No entiendo la ausencia de un modo de grabación RAW para los que nos gusta estirar el resultado final, estoy seguro que ese sensor da para mucho.
En el teléfono se ven las cosas demasiado llamativas y saturadas, pero al abrirlas en un ordenador las vemos mejor coloreadas y contrastadas. El nivel de detalle es alto pero a veces la reducción de ruido mete demasiado la mano, con resultados artificiales para intentar mejorar la toma. Tampoco es una maravilla en rango dinámico, algo normal en teléfonos móviles, pero aquí esperábamos más.
Una cosa que ya habíamos visto en teléfonos de Oppo es una especie de tienda de aplicaciones para la cámara, ahí están las cosas que se salen un poco del uso normal, como aplicaciones relacionadas con realidad aumentada, filtros, o panoramas (decentes, nada espectaculares).
El nivel de calidad es parecido al de un teléfono más antiguo como es el Z5, que no es algo malo, pero sinceramente yo esperaba más en un teléfono de una nueva generación, con un precio bastante alto. Si buscas un teléfono por su cámara, preferiría apuntar a la calidad de los S7 o iPhone, o a la util configuración de doble cámara del LG G5.
La cámara frontal
La cámara frontal es ahora de 13 megapíxeles, con un tamaño de sensor de 1/3 pulgadas y tecnología Exmor RS. El sensor está emparejado con una óptica con una apertura máxima f/2,0. Su calidad es más que adecuada, con un ángulo de visión bastante amplio y rapidez de funcionamiento.
Como es habitual, si hay buena luz tendremos tomas estupendas, y si quieres más definición quita el filtro para suavizar las caras, bastante destructivo. Es destacable que sea capaz de grabar vídeo en formato 1080p, a 30 imágenes por segundo.
¿Dónde está el 4K?
Raro encontrarnos con un teléfono Sony de gama alta en el que no se grabe en formato 4K, ya que ellos desarrollan muchos sensores y hardware que lidia con esa cantidad de información. Si encima tenemos un Snapdragon 820 para gestionar esa calidad, no entendemos la ausencia. Lo mismo la habilitan en el futuro, pero el teléfono tiende a calentarse con el uso de la cámara, así que no apostaría demasiado por esto.
Nos quedamos con una más que capaz grabación de vídeo en formato 1080p a 60 imágenes por segundo, que registra una tasa de datos de 30Mbps (hay 30fps con 17.5Mbps). En ambos casos el audio se graba en estéreo a 156Kbps.
La fluidez y estabilización es buena en los vídeos, pero acostumbrados al detalle y colorido de la competencia más feroz, me deja la sensación de que está un paso por debajo, y puestos a pagar estos precios, me gusta tenerlo todo.
La opinión de Xataka
La nueva apuesta de Sony es extraña, es una familia más cara que los teléfonos con los que tiene que competir, por no hablar de que ni siquiera es más potente que un Z5 Premium, del año pasado: pantalla 4K, grabación en el mismo formato, o más autonomía. Cuando este Xperia X Performance se ponga algo más asequible, será una opción, ya que es un gran dispositivo, pero al precio que está ahora me cuesta demasiado recomendarlo. Creo que es fácil encontrar un Z5 normal a muy buen precio, si lo que te gusta es Sony.
No me sirve para justificar el precio, ni quiero que eso sea el peso mayor en esta valoración, ya que intentamos dejarlo bastante al margen, pero hay cosas que hay que destacar positivamente. La primera es la que estamos ante un teléfono resistente al agua, cosa que muy pocos ofrecen, y por aquí se puede ganar compradores. También nos gusta mucho la pantalla, con un brillo muy potente.
Sinceramente, si lo que te gusta es la nueva oferta de Sony, me costaría mucho recomendar pagar los 150 euros que cuesta de más con respecto al Xperia X normal, un teléfono mejor ajustado en precio y que funciona realmente bien. Vale, el Performance se acerca mucho más en especificaciones a lo más granado del mercado, pero no es mejor en nada, y elegiría antes un Galaxy S7, un LG G5, incluso un HTC 10. Por no hablar del OnePlus 3 o Xiaomi Mi5, que son mucho más asequibles que los anteriores.
8,4
A favor
- Resistencia al agua
- Rendimiento al nivel del mejor gama alta
- Altavoces estéreo
- Diseño Xperia, elegante y reconocible, ahora metálico
- Pantalla notable, muy buena en niveles de brillo
En contra
- La cámara debería estar a un mejor nivel en vídeo
- Precio demasiado alto
- Calentamientos
- No hay conector USB-C
- ¿Dónde está la radio FM ? Xperia X la lleva
El terminal ha sido cedido para la prueba por parte de Sony. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.
En la realización del vídeo tenemos a Pedro Santamaría.
Más información | Sony